OPINIÓN

Los chistes del fiscal NHM

Resultan un chiste las declaraciones del fiscal cuando dice que el nombramiento de este pillo no tenía nada que ver con favores políticos.

María Jimena Duzán, María Jimena Duzán
8 de julio de 2017

¿Cómo es que un tipo tan deshonesto como Luis Gustavo Moreno pudo llegar a ser el jefe de la lucha contra la corrupción en la Fiscalía? Es evidente que no llegó a ese puesto por cuenta de sus credenciales en la lucha contra la corrupción. A no ser, claro, que ahora, en estos tiempos en que la ética es un valor refundido entre tanta bajeza, se considere una hazaña contra la corruptela toda esa gimnasia jurídica a la que recurría Moreno como abogado a la hora de defender a sus clientes.

En el caso de quien después se convertiría en su esposa, este adalid de la lucha contra la corrupción logró que el juez la absolviera de un delito cometido por ella. ¿Y cómo lo hizo? Pues convenció al fiscal del caso de que la maleta con droga que le encontraron antes de tomar un vuelo a París no era de ella, sino de su abuela, la cual había fallecido unos días antes. De esa forma, Moreno logró que pagara solo un mes de cárcel y quedara absuelta, libre de toda culpa.

Nada de esto era un secreto, como tampoco lo era su afán por la notoriedad y por comprar la atención de los políticos a quienes defendió a lo largo de su corta carrera como abogado, y a los magistrados que lo ayudaron en su meteórico ascenso hacia la Fiscalía.

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La única razón lógica que explica el nombramiento de un personaje venal como Moreno en la unidad de lucha contra la corrupción de la Fiscalía es que fue impuesto por una pléyade de políticos poderosos, que lo querían encumbrar para que desde ahí les hiciera favores como el que le hizo al exgobernador de Córdoba Alejandro Lyons, a quien Moreno estaba extorsionando a cambio de que le ayudara a frenar sus investigaciones en la Fiscalía.

Por eso resultan un chiste las declaraciones del fiscal NHM cuando dice que el nombramiento de este pillo no tuvo nada que ver con favores políticos ni con recomendaciones de magistrados. Un hombre que conoce el poder por dentro como NHM no nombra a nadie en puestos claves sin saber de dónde viene y quién o quiénes lo apoyan. Intentar tapar el Sol con las manos no es la mejor estrategia cuando hay evidencias de que en su Fiscalía hay serios interrogantes en torno a la manera como se está llevando a cabo la lucha contra la corrupción:

¿Es cierto, señor fiscal, que además de los exmagistrados Leonidas Bustos, Francisco Ricaurte y Ruth Marina Díaz, su exfiscal Moreno tenía, como padrino político al senador de Cambio Radical German Varón Cotrino?

¿Por qué el exgobernador de Córdoba, que es de Cambio Radical, Alejandro Lyons, pudo salir del país el pasado 23 de abril, a pesar de que tenía varias investigaciones en la Fiscalía, entre ellas una por presunto homicidio por el asesinato de Jairo Zapa?

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¿Sabe la Fiscalía si Moreno estaba extorsionando a otros gobernadores con investigaciones pendientes cuyas pruebas pasaban por su escritorio? ¿Quiénes son? ¿La Fiscalía ha podido constatar si Moreno hacía esos ‘favores’ solo para obtener dinero o si lo hacía para favorecer a un determinado grupo político? ¿Sabe la Fiscalía si Moreno impulsaba las investigaciones de manera selectiva, apagando las que le convenían e inflando las de los opositores políticos de sus patrocinadores? ¿Usted, señor fiscal, es un militante de Cambio Radical?

NHM también ha dicho que el hecho de que Moreno tuviera a cargo las investigaciones de Odebrecht y de Canal de Isabel II no significa que estas hayan resultado comprometidas. Difícil creerle, porque hasta donde se sabe, oficialmente Moreno tenía la responsabilidad de llevar a buen puerto estas investigaciones. Cuando muchos periodistas señalamos que NHM tenía unos conflictos de intereses en el tema de Odebrecht, él nos respondió diciendo que esas investigaciones las hacía su fiscal estrella Moreno, no él. Pero ahora que su alfil está tras las rejas por corrupto, nos ha revelado que Moreno fue marginado de esas investigaciones desde que se supo que la DEA tenía una investigación en su contra. Mejor dicho, hasta Cantinflas habría sido más claro.

Lo cierto es que ni en el tema de Odebrecht ni en el de Canal de Isabel II las investigaciones se han movido. En el escándalo de Odebrecht, la Fiscalía se quedó en los peces chicos. Luego de casi seis meses de que se destapó el escándalo, pese al material probatorio, la audiencia de imputación contra el expresidente de Corficolombiana José Elías Melo se sigue aplazando. El señor Roberto Prieto, gerente de la campaña presidencial del presidente Santos de 2014, sigue fresco contratando con Presidencia sin que la Fiscalía lo haya tocado, y Alejandro Char y los Gerlein ni siquiera han sido llamados a dar su versión a la Fiscalía por la investigación del Canal de Isabel II.

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El exfiscal Montealegre puso la Fiscalía al servicio de su inmenso ego y la llenó de una burocracia ineficiente, cosa que le dio un poder inusitado que, sin embargo, poco sirvió en la lucha contra la corrupción. Solo nos falta que al fiscal NHM, anegado por evidentes conflictos de intereses, se le sume otro dolor de cabeza: su relación con Cambio Radical. Pobre justicia.

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