OPINIÓN
Metidas de pata de alto nivel
El incidente del presidente Biden con un periodista esta semana hace recordar muchos casos similares en el ámbito internacional.
El presidente Biden, esta semana, al término de una rueda de prensa, no cayó en cuenta de que los micrófonos continuaban abiertos y al referirse a un periodista de la cadena Fox News lo calificó de “estúpido hijo de puta”. El video dio la vuelta al mundo.
Estas “metidas de pata” son muy frecuentes.
En 1954, en plena dictadura de Pérez Jiménez en Venezuela, el embajador venezolano en Bogotá, Leonardo Altuve Carrillo, preparó una visita a Caracas del expresidente Mariano Ospina Pérez. Altuve le entregó a un delegado de Ospina Pérez un sobre cerrado con todos los detalles de una proyectada visita del expresidente a Venezuela, después del absurdo reconocimiento por parte de Colombia de la soberanía venezolana sobre los islotes de Los Monjes.
Sin embargo, dentro de los papeles entregados al embajador “se le fue”, por equivocación, una nota confidencial de su puño y letra, que era dirigida al ministro de defensa de su país. En ella afirmaba que a propósito de la invitación a Ospina era simplemente el de utilizarlo para que admirara la “gran obra” del dictador venezolano y para que supiera que “es venezolana la consigna bolivariana de que la justicia de nuestras armas es igual antes que después de la victoria”. Ospina tuvo que suspender su viaje.
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En 1994, el embajador Rubens Recúpero, un brasilero funcionario de carrera de la cancillería de Itamaraty, y gran amigo de Colombia, por su habilidad y conocimientos fue escogido como asesor del presidente. El jefe del estado, Itamar Franco, bastante folclórico, lo designó luego como ministro de economía de Brasil.
Al finalizar una rueda de prensa, Recúpero no se dio cuenta de que el micrófono estaba abierto y que se estaba transmitiendo a todo el país. Comentó entre risas: “No tengo escrúpulos; si es bueno, decimos que ganamos, lo malo lo escondemos”. Tuvo que renunciar y su estrella se apagó. El hecho es que era su cuñado el encargado de las comunicaciones, que dio lugar a todo tipo de consejos.
Cuando ejercía la presidencia de Uruguay, José Mujica puso en riesgo las relaciones de su país con su poderoso vecino, Argentina. En una conversación con un funcionario que tenía al lado en una reunión, no se percató que tenía el micrófono activo y refiriéndose a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y a su difunto esposo, el expresidente Néstor Kirchner, expresó: “Esta vieja es peor que el tuerto”. El “tuerto” era el marido, naturalmente. Lo supieron de inmediato en Argentina.
El movimiento de los países no alineados le sirvió de pulmón a la política exterior del presidente Ernesto Samper. En la cumbre celebrada en octubre de 1995, en Cartagena, el mandatario al sentarse en el podio, antes de que se iniciara formalmente la sesión, cogió el martillo o mazo de madera que se utiliza para afirmar las decisiones en las reuniones internacionales y le dijo jocosamente en voz baja a su canciller, que tenía al lado: “Supongo que este martillo es para darle en la cabeza a todos estos personajes”.
No se había dado cuenta que el micrófono estaba abierto. Hubo una mezcla de sorpresa y de risas nerviosas entre las delegaciones presentes. Menos mal que no habían entrado aún los jefes de estado. Algunos personajes son muy sensibles.
* Decano de la facultad de estudios internacionales, políticos y urbanos de la universidad del Rosario.