Opinión
Mi experiencia en el Real Jardín Botánico de Madrid
La idea que nos ocupa es la necesidad de hacer un llamado para que todos los colombianos podamos acompañar con cariño a nuestros jardines botánicos, apoyar su financiación y apreciar con orgullo nuestra biodiversidad.
Alegría, admiración y serenidad son las emociones que experimenté al recibir el reconocimiento del Real Jardín Botánico de Madrid (JBM) por los 370 años de servicio de nuestra Universidad del Rosario a Colombia y el mundo.
Durante nuestra visita, recibimos una clase de botánica entrelazada con la historia del Jardín, desde su creación en 1755 a orillas del río Manzanares hasta su traslado al Paseo del Prado en 1781, pasando por sus posteriores renovaciones, momentos difíciles, logros, apuestas científicas y desafíos, que reflejan el pasado, presente y futuro de una ciudad como Madrid.
Más de 5500 especies entre árboles y plantas conforman el escenario perfecto para la protección, investigación y divulgación de la biodiversidad. Su reto pedagógico es precisamente acercar a la comunidad, y muy especialmente, contribuir a la incorporación de la dimensión ambiental en las nuevas generaciones, que afortunadamente son cada vez más sensibles a la complejidad del mundo que les rodea.
La visita al Real Jardín Botánico nos reservaba una experiencia adicional, única e irrepetible: conocer la colección de dibujo botánico del sabio Mutis, fruto de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, realizada durante más de 30 años a partir de 1783. En ella, artistas como Salvador Rizo, Francisco Javier Matís, los hermanos Cortés Alcocer, entre muchos otros, quienes bajo la tutela del Sabio Mutis plasmaron con precisión y estética los hallazgos en el virreinato con mucho esfuerzo, tal como lo expresó José Celestino Mutis en una de sus cartas: “cada lámina me cuesta mil suspiros”.
Tendencias
Sin duda, la personalidad de una ciudad se ve reflejada en su jardín botánico. Los primeros jardines, como los de Pisa, Padua y Florencia en el siglo XVI, estuvieron muy relacionados con el cultivo de plantas medicinales. Hoy en día, estos espacios para la investigación científica y la pedagogía son verdaderos íconos de las ciudades que los acogen, como el Kew Gardens en Londres, el Jardín des Plantes en París, el Jardín Botánico de Berlín, el Jardín Botánico de Bogotá, el Jardín Botánico de Río de Janeiro, el Jardín Botánico de Singapur o el Jardín Botánico de Montreal, entre muchos otros.
El acuerdo de cooperación que firmamos con la agencia estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) nos permitirá aprender de la experiencia del Real Jardín Botánico y de su equipo de trabajo, como su directora María Paz Martín y sus investigadores, y compartir nuestras buenas prácticas en Colombia.
Durante la visita, observamos el JBM bajo la óptica de posibles proyectos de cooperación con nuestro país. Al finalizar la tarde, ya de salida del jardín en el Paseo del Prado, la idea que nos ocupa es la necesidad de hacer un llamado para que todos los colombianos podamos acompañar con cariño a nuestros jardines botánicos, apoyar su financiación y apreciar con orgullo nuestra biodiversidad.
Mis redes sociales @alejandrocheyne. Rector de la Universidad del Rosario.