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Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario.

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Nuevos fondos para formar proyectos de vida al servicio del país

Los presupuestos disponibles para la financiación de becas de matrículas por parte de las universidades privadas son cada vez más limitados.

1 de abril de 2023

A propósito de la participación de Sue Cunningham, presidente y CEO de CASE - Council for Advancement and Support of Education-, en el Congreso de América Latina de esta asociación internacional en Cartagena, se presentaron las mejores prácticas a nivel mundial para el relacionamiento de las universidades con los diferentes grupos de interés, muy especialmente para la recaudación de fondos.

El entorno económico global, y por supuesto en Colombia, está enmarcado por la incertidumbre y amenaza de una recesión. La disminución de los ingresos de las familias, el encarecimiento del crédito por las altas tasas de interés, el desempleo creciente y el incremento de los precios al consumidor han afectado de manera negativa el acceso a la educación superior de los jóvenes a las universidades de alta calidad.

Los presupuestos disponibles para la financiación de becas de matrículas por parte de las universidades privadas son cada vez más limitados. La inflación de dos dígitos, la devaluación del peso frente al dólar para la compra de servicios tecnológicos o insumos para infraestructura, la desaceleración económica con un crecimiento esperado apenas del 1 % para este año, entre otros, han generado una caída fuerte de los excedentes operativos, los cuales, para los siguientes años, en un escenario optimista, estarán cercanos a cero.

¿Cómo lograr una mayor financiación para la educación de los jóvenes en Colombia y al mismo tiempo conseguir inversiones para el fortalecimiento de la excelencia académica?

La respuesta es creación de nuevos fondos a través de una estrategia de Advancement con las siguientes consideraciones:

1. Los fondos deben contar con la participación de todos los grupos de interés cercanos a las universidades, es decir, comunidad de egresados, profesores, investigadores, colaboradores, aliados estratégicos y por supuesto a los estudiantes.

Un testimonio extraordinario de la participación de todos los grupos fue precisamente durante la pandemia cuando la comunidad de la Universidad del Rosario logró conseguir más de 6 mil millones de pesos en seis semanas para realizar 110 mil pruebas PCR totalmente gratuitas en todas las regiones sin contraprestación alguna.

2. Las personas naturales, empresas y organizaciones en general desean aportar a los fondos de becas. Se requiere generar espacios de confianza y un proceso de rendición de cuentas auditado que le permita al donante en cualquier momento verificar el destino de los recursos y asegurar su uso equitativo, es decir, confirmar que las becas siempre van dirigidas a quien más lo necesita.

3. Las motivaciones de quienes desean participar en la construcción de un fondo son diversas. El deseo por dejar legado, obtener un reconocimiento, lograr beneficios tributarios cuando la legislación del país lo permite, cercanía especial con la universidad, altruismo, compromiso por reducir las brechas sociales, entre otros, son muy importantes. Sin embargo, la experiencia de CASE en más de 80 países recomienda como factor de éxito la definición de un proyecto bien estructurado, con fines específicos y metas realistas, es decir, claro, desarrollable y medible en el tiempo.

Surge una oportunidad de mejora en nuestras universidades, una curva de aprendizaje en la estructuración de proyectos para recaudación de fondos con estándares de calidad internacionales y atractivos para los potenciales donantes.

4. En Colombia, los donantes de grandes recursos son pocos, razón por la cual las universidades competían por obtener su atención con diferentes proyectos individuales. Afortunadamente, ahora existe en las universidades un espíritu de colaboración, más que de competencia, para plantear en conjunto a los donantes programas de becas, proyectos de investigación e innovación con mayor impacto para el país, como el caso del programa Pa’lante.

Finalmente, reiterar la invitación para que cada universidad pueda desarrollar su propia estrategia de Advancement de acuerdo con su naturaleza, historia, misión y relacionamiento con sus diferentes grupos de interés. La recaudación de fondos contribuye a formar un mayor número de proyectos de vida al servicio de nuestro país y avanzar en la agenda universitaria definida en la planeación y prospectiva institucional, con el apoyo directo de sus respectivas juntas directivas y del networking mundial de las mejores prácticas de CASE.

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