OPINIÓN

Oro, plata y... coca

La operación “leyenda del dorado” debe leerse de dos maneras: por un lado, el éxito de uno grupo de fiscales que trabajan con recursos insuficientes y bajo procedimientos normativos arcaicos, en Colombia legalizar una prueba por lavado de activos es una maratón contra el vencimiento de términos y la inexperiencia de los jueces de control de garantías; y por otro lado debe leerse como el fracaso de todas las instancias previas de prevención y control administrativo frente al lavado de activos.

Daniel Mauricio Rico, Daniel Mauricio Rico
21 de mayo de 2019

En medio de la pirotecnia verbal y jurídica que mantuvo el ahora exfiscal General contra la JEP, pasó desapercibida una de las mayores operaciones que la unidad contra el lavado de activos de la FGN haya realizado en toda su historia. Las cifras de la operación “leyenda del dorado” son impresionantes y también preocupantes, según declaró la Dra. Luz Ángela Bahamon, directora de esta unidad especial, a la comercializadora CIJ Gutiérrez y su amplia red de proveedores, sub-proveedores y sub-sub-proveedores se le sindica de lavar 2.4 billones (billones con B) de pesos durante al menos una década.

Un cheque de $2.400.000.000.000 de pesos mcte, es una cifra de ligas mayores en la legalidad o la ilegalidad, en finanzas publicas equivale a la suma del presupuesto anual de tres ciudades capitales como Bucaramanga, Cúcuta y Pereira. ¿Cómo puede operar ininterrumpidamente una empresa criminal de tal magnitud? Aquí las explicaciones de la Fiscal Bahamon: https://www.youtube.com/watch?v=U89Kt8Te1sQ   

La tipología de lavado que develó la FGN tiene algunas caras nuevas pero en el fondo no es ni novedoso ni muy sofisticado, es casi calcado a la operación por la que sindicaron a John Uber Hernandez “el zar del oro” con Goldex (2015), y mantiene las viejas rutas de llegada y destino del valioso metal: se compra barato en Venezuela cuyo origen es principalmente Brasil, se mete graneadito por la frontera (por ejemplo, fundiendo pilas de celular en oro y pasando varias veces al día la frontera con el celular en la mano durante las requisas), se exporta parcial y ficticiamente a Europa, Norteamérica y Asia pero en realidad el oro termina en sitios como Ecuador, Venezuela o Panamá, donde vuelve a entrar a Colombia y de allí nuevamente se reinicia el ciclo de reexportación de oro para preparar otra tanda de lavado.

La operación “leyenda del dorado” debe leerse de dos maneras: por un lado, el éxito de uno grupo de fiscales que trabajan con recursos insuficientes y bajo procedimientos normativos arcaicos, en Colombia legalizar una prueba por lavado de activos es una maratón contra el vencimiento de términos y la inexperiencia de los jueces de control de garantías; y por otro lado debe leerse como el fracaso de todas las instancias previas de prevención y control administrativo frente al lavado de activos.

Si las empresas criminales como Goldex y CIJ Gutiérrez, se crearon y registraron comercialmente, abrieron y mantuvieron cuentas bancarias, pagaron impuestos (al menos una parte), monetizaron divisas (muchas divisas), contrataron servicios de seguridad privada, esquemas de escoltas y transportadoras de valores, además obtuvieron licencias y permisos de operación en Ministerios y Superintendencias, contrataron empleados y realizaron sus aportes de ley, e infinidad de diligencias y tramites adicionales ante autoridades de control, y sin embargo permanecieron activas en su actividad criminal por más de 10 años, esto solo ocurre porque este fallando estructuralmente el sistema antilavado en Colombia.

¿Por qué no intervino preventivamente y con suficiente decisión el Ministerio de Minas? ¿Por qué los proveedores fachada que ya habían sido identificados en casos previos de lavado mantenían su NIT en las Cámaras de Comercio y el RUT ante la DIAN? ¿Por qué no todas las entidades financieras les cerraron las cuentas a estas empresas criminales –algunas si lo hicieron-? ¿Por qué si las denuncias contra estas empresas estaban desde el 2011 la UIAF del Ministerio de Hacienda no pidió una acción de control especial que hubiera cerrado años atrás este lavadero? ¿Por qué las corporaciones ambientales y el Ministerio de Ambiente no hicieron visitas rigurosas de inspección para determinar el verdadero origen del oro? ¿En que andaban ocupados los investigadores de la Dirección Nacional de Inteligencia mientras este mega-lavadero operaba?

Es imperativo responder estas preguntas y sacar lecciones para las instituciones de control, e insistir en que la manera más efectiva para combatir el lavado es la prevención y las vías administrativas, que pueden operar con mayor celeridad que las vías judiciales. De no ser así, en un país como Colombia donde el 86% del oro que se exporta es ilegal (Miami Herald, 2018) más temprano que tarde se volverán a crear otras comercializadoras que seguirán lavando con ORO la PLATA de la COCA.   

Adelanto: Este mes la revista especializada en prevención y monitoreo de riesgos de lavado de activos INFOLAFT cumple sus primeros diez años, felicitaciones a sus editores y directivos, ojalá sean muchos más años de éxitos y aportes técnicos para enfrentar los desafíos de la prevención contra el lavado de activos.



Noticias Destacadas