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Petro, ¿una réplica de Hitler?

Si analizan la estrategia y los comportamientos dictatoriales de Gustavo Petro contra la libre prensa son exactamente iguales a los de Hitler. No hay un solo punto de los 11 de la propaganda nazi que Petro no aplique. Es calcado.

Sofy Casas
24 de septiembre de 2024

Adolf Hitler utilizó la persecución a la prensa como una de sus principales herramientas para consolidar y mantener el poder. Desde el inicio de su ascenso, controló, manipuló y suprimió cualquier forma de disidencia mediática. Misma estrategia está aplicando Petro en Colombia para silenciar a la libre prensa. Así operan todos los extremos ideológicos: siempre se encuentran en algún punto.

Tras su llegada al poder en 1933, Hitler estableció el Ministerio de Propaganda dirigido por Joseph Goebbels, cuyo propósito era ejercer control total sobre la prensa, la radio, el cine y la cultura en general. La prensa fue centralizada bajo este ministerio, eliminando cualquier tipo de contenido que no alineara con la ideología nazi. Aplicó la censura y persecución contra los medios y si los editores no se alineaban con las órdenes del régimen, enfrentaban el cierre de sus periódicos y, en muchos casos, arrestos. También tomó control de la radio y todas las noticias tenían que pasar por la supervisión del régimen.

Esta fue la estrategia de Hitler para acabar con la libre prensa en Alemania:

  1. Control total de los medios: censura y supervisión. El gobierno nazi supervisó estrictamente todas las publicaciones y transmitió un mensaje unificado, en el que se exaltaba a Hitler y al Partido Nazi, mientras se suprimía cualquier crítica.
  2. Ley de prensa de 1933: en octubre de 1933, el gobierno nazi promulgó la Ley editorial del Reich, que regulaba estrictamente quién podía trabajar como periodista y qué podían publicar los medios. Sólo los editores y periodistas que fueran políticamente “fiables” y que apoyaran la ideología nazi podían continuar operando. Los periodistas fueron obligados a unirse a la Cámara de Prensa del Reich, controlada por el Estado. Aquellos que no se unían o que se oponían al régimen nazi eran perseguidos, despedidos o arrestados.
  3. Cierre de periódicos opositores: desde el principio de su régimen, Hitler cerró todos los periódicos y publicaciones que pertenecían a partidos políticos opositores, especialmente los periódicos socialdemócratas, comunistas y liberales. Muchos periodistas que trabajaban en estos medios fueron arrestados, torturados o enviados a campos de concentración. Algunos lograron exiliarse, pero la mayoría fue silenciada.
  4. Propaganda antisemita: los medios de comunicación fueron utilizados como una herramienta clave para difundir el antisemitismo. Los periódicos nazis, como Der Stürmer, dirigido por Julius Streicher, publicaban caricaturas y artículos antisemitas que presentaban a los judíos como una amenaza para la sociedad. La propaganda mediática jugó un papel central en la preparación psicológica de la población para aceptar las políticas de persecución y, eventualmente, el genocidio.
  5. Control de la radio: la radio fue un medio especialmente importante para Hitler, dado su alcance masivo. Bajo el régimen nazi, las transmisiones radiales se utilizaron para difundir mensajes propagandísticos y mantener a la población bajo un constante bombardeo de ideas nazis. Los nazis promovieron el uso de un dispositivo conocido como el Volksempfänger (el “receptor del pueblo”), una radio barata que permitía que la propaganda llegara incluso a los hogares más humildes. Sólo podían escucharse emisoras aprobadas por el régimen, eliminando cualquier fuente alternativa de información.
  6. Represión de periodistas y editores: los periodistas que se atrevían a criticar el régimen eran acosados, detenidos y, en algunos casos, ejecutados. A través de las SS y la Gestapo (policía secreta), Hitler vigilaba de cerca cualquier intento de disidencia en los medios. Muchos periodistas independientes fueron enviados a campos de concentración, donde algunos murieron a causa de las duras condiciones o fueron ejecutados.
  7. Manipulación de la opinión pública: Hitler y Goebbels entendieron el poder de los medios para moldear la opinión pública. La prensa no solo se utilizaba para informar (de manera distorsionada), sino para crear un culto a la personalidad alrededor de Hitler, presentándolo como el salvador de Alemania. Toda la prensa estaba diseñada para unificar el pensamiento de la población en torno a las ideas nazis, eliminando cualquier debate público o diversidad de opinión.
  8. Destrucción de la prensa libre en los territorios ocupados: a medida que Alemania ocupaba otros países durante la Segunda Guerra Mundial, Hitler también suprimía las libertades de prensa en esas regiones. Las imprentas y estaciones de radio de los países ocupados eran confiscadas o destruidas, y reemplazadas por medios controlados por los nazis.

Adolf Hitler operaba principalmente a través de una combinación de tácticas políticas, militares y propagandísticas para consolidar su poder y expandir su ideología. La propaganda y control de la opinión pública a través de uno de sus hombres más cercanos y leales, Joseph Goebbels, con su ministerio de propaganda nazi, jugó un papel crucial en la difusión de la ideología nazi a través de medios de comunicación, cine, radio y literatura. La propaganda presentaba a Hitler como un líder fuerte y carismático que restauraría la grandeza de Alemania, a la que bautizó los 11 principios de la propaganda nazi: “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”. La exageración y desfiguración fueron claves. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave y “si una mentira se repite suficientemente, acaba con convertirse en verdad”. Por medio de esta propaganda aprovechó para demonizar a judíos, comunistas y otras minorías, preparándose para su persecución. ¿Les suena parecido a lo que hace Petro en Colombia? Esto hace hoy el Gobierno junto con sus bodegueros —a los cuales les paga una millonada con los impuestos de los colombianos para asediar a los periodistas y amedrentar opositores—, generando odio, división y buscando mostrar al megalómano como el mesías.

Si analizan la estrategia y los comportamientos dictatoriales de Gustavo Petro contra la libre prensa, son exactamente iguales a los de Hitler. No hay un solo punto de los 11 de la propaganda nazi que Petro no aplique. Es calcado.

Así lo hicieron Fidel Castro en Cuba y Hugo Chávez en Venezuela, países donde hoy no existe la libertad de prensa y los periodistas son perseguidos y silenciados. Su continua persecución a la prensa y el tacharnos a los periodistas de sevicia y perfidia en plena alocución presidencial en horario prime, cuando su mensaje de odio llega a millones de colombianos, no es nada más que el modus operandi para tomar el control de los medios de comunicación que denuncian a diario la corrupción rampante de su gobierno.

Los periodistas hoy somos sus grandes enemigos y la piedra en el zapato a su propósito de cubanizar a Colombia y de aplicar una dictadura comunista para socavar a la patria y así lograr atornillarse en el poder. ¿Qué garantías tenemos hoy los periodistas y la libre prensa bajo este gobierno acosador y perseguidor, en un país tomado por el narcoterrorismo, entorno en el que él se mueve como pez en el agua?

¡No nos callarán!

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