OPINIÓN
¿Petro tocó techo?
En términos aritméticos, el líder del Pacto Histórico entonces podría tener dificultad de alcanzar los siete millones de votos en la primera vuelta.
La diferencia que obtuvo Petro en la consulta interpartidista en relación con sus propios compañeros del Pacto Histórico y frente a los ganadores de las otras dos coaliciones (Fico y Fajardo), generó la sensación de un triunfo avasallador del líder de la izquierda colombiana. ¡Duplicó a Fico!, dicen sus seguidores y algunos medios desprevenidos. Adicionalmente, el evidente éxito del petrismo en las elecciones para el Congreso de la República generó la imagen de un Petro arrollador y prácticamente invencible.
Pero las primeras imágenes de las reacciones de su equipo de campaña en el hotel más lujoso de la ciudad mostraban otra cosa: cierta incertidumbre y mucha reflexión. No hubo en principio ni satisfacción ni júbilo, pese al aparente triunfo de su líder. Pero en pocos minutos la actitud cambió ante el asedio de las cámaras y la llegada de Petro a la sede. Había que mostrarse estratégicamente triunfalistas y mantener el discurso de la posibilidad de ganar en primera vuelta.
La realidad es tozuda: Petro obtuvo casi 400.000 votos menos que en la primera vuelta presidencial de hace cuatro años, lo cual debería resultar preocupante para un candidato que por tercera vez compite por la Casa de Nariño, tras una larga campaña que ya alcanza casi 15 meses. Si bien es cierto que su coalición alcanzó cinco millones y medio de votos, técnicamente Petro no puede concluir que los votos de los demás candidatos de su fórmula le serán del todo endosables. Y menos los de Francia Márquez que son votos que podrían responder a distintas motivaciones y no exclusivamente al interés de apoyar a Petro. Palabras más, palabras menos, el líder del Pacto Histórico podría contar -como punto de partida- con alrededor de cinco millones de votos, tras los resultados del domingo.
Pero con cinco millones de votos el petrismo no tiene asegurado el tiquete para ganar en primera vuelta, porque se requieren entre ocho y diez millones de votos para ganar en esta instancia. Por el contrario, es un resultado que lo pone más en segunda que en primera, lo cual debería ser muy preocupante para el Pacto Histórico, pues es evidente que en segunda vuelta el antipetrismo -tanto de derecha como de centro- se consolidará alrededor del contendor de turno. La historia de 2018 se podría repetir.
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Petro entonces tiene que salir a buscar entre tres y cuatro millones de votos para ganar en primera vuelta, o, seguramente, entre cinco y seis millones para ganar en segunda. Recordemos que Duque ganó con algo más de diez millones de sufragios, en segunda vuelta. La situación no es nada fácil entonces para el Pacto Histórico si pensamos que las fuentes de esos votos son el centro -cuya coalición sacó aproximadamente dos millones en la consulta-, el Partido Liberal -que puso dos millones en el Congreso, los votos de Rodolfo Hernández (que pueden ir para cualquier parte) y los partidos minoritarios de izquierda, que fracasaron el domingo. Adicionalmente, Petro podría pescar en el río de los votos en blanco (un millón) y en el mar de indecisos que aún no han votado.
Los votos del centro, reflejados en los resultados que obtuvo la coalición Centro Esperanza no son una buena pista de aterrizaje para Petro. El electorado de Alejandro Gaviria, de Robledo y de Carlos Amaya podrían ser los que más afines se sientan al petrismo, pero no del todo, porque no son votos amarrados. Son votos de opinión, en su gran mayoría. Pero de esa suma podrían salir alrededor de 500.000 sufragios. Con los demás, Galán y Fajardo, el petrismo no puede contar. Pero además recordemos que el voto de centro es en esencia un voto ideológico y un voto castigo contra la polarización, por lo cual es esperable que migre una parte hacia los extremos, pero no el grueso. Por otro lado, el Partido Liberal -de donde es razonable que Petro espere votos- está fraccionado en tres alas: la cercana al Pacto Histórico, la de centro y la cercana a la centro derecha. Los congresistas liberales electos el domingo que están en el primer bando alcanzaron 500.000 votos aproximadamente. Vamos entonces por un millón de votos probables posconsulta para Petro.
En un escenario en el que el voto en blanco se mantenga en similares proporciones a las del domingo, y considerando que un alto volumen de votantes en blanco sufragan contra el establecimiento, podría haber una bolsa de entre 300.000 y 400.000 votos que podría conquistar Petro, si asumimos que entre 30 y 40 % de los votos en blanco del pasado domingo deciden votar por alguna opción. De allí no saldrían más de 150.000 votos para el petrismo.
Y si agregamos un millón de votos provenientes de los indecisos, en una proyección muy optimista, Petro estaría conquistando alrededor de dos millones de votos adicionales, lo cual lo ubicaría por debajo de la línea de los siete millones de votos contando con los cinco millones de su coalición, en el mejor de los escenarios. Faltaría sumar los votos salpicón de Rodolfo Hernández, que si las encuestas lo muestran débil frente a los dos evidentes gallos mayores, podría sufrir una estampida de sus votantes hacia los dos toldos tanto de derecha como de izquierda. Sumando entonces estos votos, Petro se ubicaría en el rango de los siete a ocho millones. Es decir, obtendría lo mismo o algo menos de lo que vimos en la primera vuelta de 2018.
Y esta estimación hay que ponerla en un contexto importante: la imagen crecientemente desfavorable de Petro. Es el candidato que tiene la imagen más negativa en la ciudadanía, lo cual podría afectar las mencionadas proyecciones optimistas porque el costo de este problema es la resistencia del electorado no petrista a cambiarse de candidato. En términos aritméticos, el líder del Pacto Histórico entonces podría tener dificultad de alcanzar los siete millones de votos en la primera vuelta.
Petro comenzó a reconocer este retador escenario al convocar a construir un “Frente amplio democrático”, que no es otra cosa que la estrategia para conquistar votos en otros toldos, incluyendo -según él- a los conservadores, a los militantes de Cambio Radical y desde luego, a los liberales. Lo hace porque las cuentas no dan con los votos de izquierda, y aún con los que puedan llegar del centro. Petro entonces, al parecer, ya tocó su techo.