Petro y Venezuela: entre la espada y la pared

Transcurren los días y la permanencia de Maduro en el poder es un tema recurrente en la prensa nacional e internacional. A eso se agregan las frecuentes declaraciones de jefes de Estado, organismos, cancilleres y voceros de partidos políticos de varios países exigiendo el respeto a la voluntad popular, que aparece reflejada en las actas que ha divulgado la oposición venezolana.

Muchos están actuando como mediadores. Colombia, México y Brasil, entre otros, sin contar otras gestiones que no se han divulgado. Sin embargo, el grupo no parece muy homogéneo. El presidente de México ha anunciado que no seguirá en la mediación, hasta no conocer la decisión del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela. No se sabe si es para respaldar lo que dice el tribunal, que es totalmente madurista, o, por el contrario, para advertir que definitivamente no reconoce el supuesto triunfo de Maduro.

Igualmente, el presidente del Brasil ha insinuado que se podrían repetir las elecciones, lo que mereció en su momento el rechazo de plano por Corina Machado. Ahora esa propuesta sorpresivamente fue acogida por Biden, con el respaldo de Petro y de Lula.

Así, Biden saldría de la “papa caliente” de Venezuela en medio de las elecciones norteamericanas. A menos que sea un gap mental del mandatario, lo que no solamente justificaría, una vez más, su renuncia a la candidatura, sino también lo dicho por Trump, que no debe gobernar hasta enero del año entrante.

Se supone que, si el presidente de los Estados Unidos lo dijo, apoyado por Brasil y Colombia, los tres o uno de ellos deben haber consultado con Corina Machado. Si no fue así, que es lo que parece, se cometió un error. Esos errores no se pueden cometer en política exterior.

No se puede mediar consultando a una sola de las partes y lo que es peor, a ninguna, porque Diosdado Cabello al parecer ha jurado que no aceptarían nuevas elecciones. Si Maduro dice otra cosa en Venezuela, es posible que hayan empezado a presentarse grietas en el gobierno.

Los Estados Unidos han garantizado que en ninguna circunstancia intervendrían militarmente en Venezuela. Naturalmente que otros Estados tampoco lo harían. Corina, que anuncia para mañana una movilización mundial de la diáspora venezolana, afirma igualmente que su candidato tomará posesión como presidente de Venezuela el próximo 10 de enero. Maduro y sus compinches han reiterado que en esta oportunidad no permitirán otro Guaidó.

Es imposible predecir cuál será el epílogo de semejante situación. Sin embargo, las fuerzas armadas han reiterado su respaldo a Maduro, que depende íntegramente de ellas.

Un bloqueo económico no se podría dar, ya que Venezuela es productor de hierro y de petróleo, además no es una isla. Estados Unidos necesita de Venezuela. Extensas selvas la separan de Brasil y todo el Mar Caribe de México, la relación con Colombia con una frontera viva y dinámica de 2219 kilómetros tiene unas condiciones muy especiales.

Petro afronta una compleja situación frente a su amigo y colega, que no dudaría en irse contra él si es necesario, como ya lo demostraron en una ocasión los lugartenientes del dictador venezolano.

Veremos qué pasa…