OPINIÓN

El centro ya ganó

Los millones de votos de Fajardo provocaron ajustes positivos en las narrativas de Duque y Petro. El poder del ‘centro’ ya es decisivo.

José Manuel Acevedo M., José Manuel Acevedo M.
8 de junio de 2018

Quienes se expresaron en las urnas a favor del candidato Sergio Fajardo no perdieron su voto. Les quedó faltando el centavo pa’l peso y no lograron pasar a segunda vuelta, pero los más de 4 millones 500 mil sufragios que se concentraron alrededor de la propuesta de ‘centro’ que representa el profe Fajardo han ejercido una sana y silenciosa presión sobre las campañas de Iván Duque y Gustavo Petro.

Aunque haya sido a punta de tozudas realidades electorales, las narrativas de los dos candidatos punteros ciertamente cambiaron después del 27 de mayo para matizar algunas de sus propuestas más extremas.

Hoy ni Petro ofrece una constituyente –que más parecía un peligroso salto al vacío– ni Duque se ha matriculado irreversiblemente con la propuesta de una única Corte. Gracias a esa presión efectiva de los votantes de centro, Petro ha ido variando su posición frente a las vengativas expropiaciones, mientras las intervenciones de Duque de cara a los derechos de la población LGBTI, van en el sentido de reconocer abiertamente los avances jurisprudenciales logrados en los últimos años.

Hasta Uribe, a pesar de sus convicciones personales y con todo y la metida de pata en que lo hicieron incurrir con la expresión de “no heterosexuales”, salió al ruedo para prometer como jefe del Centro Democrático respeto a lo decidido por la Corte Constitucional en esta materia; un acto inusual en un político al que algunos de sus copartidarios lo que le reclaman es que sea más recalcitrante.  

Es verdad que la bajada de volumen de las dos campañas no es espontánea y que no es imposible que, ya en el poder, tengan la tentación de volverse a radicalizar. Sin embargo, el costo de hacerlo es alto. Con un ‘centro’ envalentonado que ya no solo se expresa en las redes sociales sino que fue capaz de ir a las urnas a expresar su poderoso mensaje, las reversas se vuelven más difíciles.

En ese sentido, me gusta la posición de Fajardo o de Juanita Goebertus o de Jorge Robledo que se decantaron por el voto en blanco porque así podrán ejercer control político y presión social con plena independencia y autoridad moral con Petro o con Duque por igual. No tengo duda de que muchos de sus simpatizantes volverán a ratificar el próximo 17 de junio con miles de votos en blanco que están dispuestos a hacer exigibles sus peticiones de no polarización y respeto por los derechos civiles. 

Creo firmemente que los de la ‘mitad’ ganaron porque además de presionar los cambios en los discursos de los otros, gracias a la copiosa votación de la primera vuelta, tuvieron un increíble margen para comprometer a los congresistas con su consulta anticorrupción y porque, con unos liderazgos más tranquilos y menos histéricos, podrían dar una buena batalla en la competencia por alcaldías y gobernaciones el año entrante. 

No importa si gana Duque o si gana Petro; el centro, por su lado, ¡ya ganó!

Twitter @JoseMacevedo

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