Opinión
Poder regional
Los beneficios de fortalecer el poder regional, tal como proponen nuestros mandatarios locales, son fundamentales para asegurar una gobernanza efectiva y equitativa.
La decisión tomada por los colombianos en las recientes elecciones regionales del 29 de octubre fue clara e incuestionable: un rechazo total al gobierno del cambio, que resultó claramente perdedor en dichos comicios. Este rechazo no se limitó únicamente al Gobierno, sino que también afectó a las bancadas que respaldaban al cuestionado gobierno encabezado por el presidente Gustavo Petro.
Sin embargo, parece que algunos representantes políticos en la Cámara no han comprendido el mensaje expresado masivamente por los ciudadanos durante las elecciones regionales. Un ejemplo de esto fue el debate sobre la reforma a la salud, en el que muchos de ellos se opusieron a votar a favor de la reforma, argumentando que ello significaría poner en peligro la salud de los colombianos. Coincidieron en este aspecto con los candidatos a la gobernación y alcaldía que, durante sus campañas, se manifestaron en contra de las reformas del Gobierno. Este posicionamiento llevó a que la mayoría de estos candidatos resultaran elegidos.
Es importante reconocer que, a día de hoy, estos alcaldes y gobernadores siguen siendo coherentes con sus decisiones durante la campaña al cuestionar y no respaldar la mayoría de las reformas propuestas por el Gobierno.
Una gran mayoría de representantes a la Cámara, que inicialmente se oponían a las reformas respaldando a sus candidatos y partidos de oposición o independientes en las elecciones regionales, han sorprendido al cambiar rápidamente de opinión una vez finalizados los comicios. Ahora son los más fervientes defensores de las reformas propuestas por el gobierno del cambio, beneficiándose considerablemente de las prebendas distribuidas y por distribuirse. Este cambio de postura, de opositores a defensores, implica un giro notorio, yendo en contra de los intereses de sus electores en las regiones y respaldando la desestabilización del sistema de salud colombiano.
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Contrariamente a la actuación de estos parlamentarios, una noticia alentadora para los colombianos es la unidad que se está construyendo entre los mandatarios elegidos en las ciudades capitales y en municipios no capitales, pero altamente representativos del país. Estos líderes se reunieron la semana pasada en Medellín para recibir capacitación gubernamental, un requisito previo a su toma de posesión el próximo primero de enero. Este gesto de colaboración y aprendizaje conjunto promete fortalecer la gestión y la coordinación entre las distintas instancias gubernamentales en beneficio de la ciudadanía.
Los alcaldes que han alcanzado un acuerdo, entre los cuales se destacan figuras como Carlos Galán de Bogotá, Federico Gutiérrez de Medellín, Alejandro Eder de Cali, Alejandro Char de Barranquilla, Jaime Beltrán de Bucaramanga, Dumek Turbay de Cartagena y Jorge Rojas de Manizales, por mencionar algunos, sumarán más de 150 líderes locales. Estos dirigentes se han unido con el propósito de colaborar en pro del bienestar de sus respectivas regiones, buscando fortalecer el poder regional.
Este esfuerzo también está siendo respaldado por los gobernadores electos, siendo líderes en este aspecto los gobernadores de Antioquia, Valle y Atlántico. Esta iniciativa pretende desafiar la política centralista del Gobierno nacional, la cual históricamente ha tendido a subyugar a los líderes locales, una estrategia que ha sido eficaz con los actuales gobernantes y que contribuyó al éxito electoral que llevó a Gustavo Petro a la Presidencia de Colombia.
Los beneficios de fortalecer el poder regional, tal como proponen nuestros mandatarios locales, son fundamentales para asegurar una gobernanza efectiva y equitativa. Además, esta medida busca garantizar la participación ciudadana y fomentar el desarrollo sostenible en cada región.
Algunos puntos destacados sobre la importancia de los poderes regionales incluyen:
- Autonomía local para un mayor control: la autonomía local permite que los poderes regionales en departamentos y municipios tengan un control más efectivo sobre sus necesidades. Esto implica la capacidad de establecer normativas, recaudar impuestos y tomar decisiones en áreas críticas como educación, salud e infraestructuras, que, bajo la dependencia de políticas nacionales actuales, se perciben como un fracaso total.
- Comprensión acentuada de las necesidades regionales: al estar más cerca de la población, los poderes regionales tienen una comprensión más profunda de las necesidades locales, lo que les permite implementar políticas y programas más adecuados a las situaciones específicas de sus territorios. Reforzando los poderes regionales, se logra una distribución más equitativa del poder político, en contraposición a la concentración exclusiva en el gobierno central.
- Promoción del desarrollo económico y social: los poderes regionales tienen la capacidad de impulsar el desarrollo económico y social en sus áreas. Pueden implementar políticas específicas para fomentar inversiones, mejorar la infraestructura, estimular la industria local y garantizar servicios públicos eficientes.
- Participación ciudadana en la toma de decisiones: un aspecto crucial es la relación cercana con la población. Los poderes regionales abren oportunidades para una mayor participación ciudadana en la toma de decisiones. Esta participación no solo fomenta la transparencia y la rendición de cuentas, sino que también cultiva un sentido más fuerte de pertenencia y responsabilidad cívica.
En este contexto, los líderes regionales, como gobernadores y alcaldes, tienen una oportunidad única. Esto adquiere relevancia en medio de un desprestigio generalizado de la mayoría de los partidos políticos y del líder nacional, cuyos parlamentarios, muchos de ellos provenientes de partidos de oposición e independientes, cedieron al Gobierno sus votos a cambio de concesiones que claramente perjudican a las regiones y a todos los colombianos.
La estrategia de otorgar poder y autonomía a las regiones se presenta como una valiosa oportunidad para su desarrollo, liberándolas de la dependencia centralista. Los errores del gobierno central han despertado la posibilidad de iniciar un régimen federal.
Este nuevo enfoque no solo busca la representación de las regiones, sino también la elección de senadores y representantes que estén más comprometidos con las necesidades locales que con los intereses de partidos políticos desprestigiados.
Damos la bienvenida al empoderamiento de las regiones, confiando en los líderes departamentales y municipales para impulsar el cambio hacia una nueva Colombia.
Jorge Enrique Vélez García