OPINIÓN
‘Popeye’, ¿la estrategia de Caracol?
Vuelve y juega. Otra vez una serie sobre narcos, un spinoff (derivado) del Cartel de Medellín y sus bellezas. De regreso a las motos, a los parrilleros que derrapan en una calle angosta, oscura y cerrada. Ahí llegan el pirobo y el gonorrea, con ese motilao larguito atrás y bien rapado a los lados; desenfunden el escapulario y el paraíso con tetas. Y el tonito ese del “si o qué”.
Dirán que Velásquez Vásquez cumplió buena parte de su pena, que le resta año y medio, como máximo, para quedar en ceros con la justicia y que honestamente está buscando “una nueva oportunidad en la sociedad”, y qué mejor para su labor como activista político o defensor de los derechos humanos que esta visibilidad.
Y dirán que previo a la emisión de los primeros capítulos, o a más tardar el fin de semana siguiente, pasarán en horario estelar un documental de contexto sobre quién fue ‘Popeye’. Con eso cerrar el debate y dejarnos a todos bien ubicados. Terror y muerte remesterizados.
Queda en el aire la pregunta de si así de mal está Caracol TV (insisto: o RCN Televisión o RTI o las que sean), en materia de guionistas como para armar su argumento a partir del libro de las aventuras de alias ‘Popeye’. Difícil de creer.
La idea de Caracol Televisión de sacar la vida de J.J. Velásquez Vásquez es un desatino teniendo tanto más para manosear y entender en nuestro espejo de miseria: los Urabeños, repaso al Cartel de Cali, algo hay que empezar a tramar sobre los más crueles carceleros- guerrilleros. Nos quedan horas y capítulos de delincuentes de cuello blanco, chicos de la bolsa, alcaldes que se roban las ciudades. Y si no son suficientes esas lágrimas, ¿qué tal una serie cortica sobre los hijos del desierto, víctimas de los carteles de la desnutrición, con playa y un toque étnico? O algo que tenga picó y violencia de puerto que nos entretenga a todos.
¿Pero otra vez ‘Popeye’y el Cartel de Medellín? Este país intentando otras formas de mirarse –que la serie la vea el que quiera: cada quien elige de qué llenarse la cabeza- y las programadoras dele que dele con una misma lectura.
Dirán que es parte de los contratos con comercializadoras internacionales, que el paquete Colombia le sale con narcos, bombas, un toque de realismo mágico, música, selva y sierra, con un elenco y una factura impecables. Resaltarán todas las otras series y producciones que hacen, que apoyan y hablan de otras cosas. Cierto: ahí están Escalona o El abrazo de la serpiente.
Aquí no se trata de moralismo, de esconder u olvidar. Simplemente de tener las cuentas claras del negocio de la violencia y la muerte de miles; la desgracia de millones. Dirán que es ficción, que hay que mirarlo de otra forma...
Y diremos que no, que ya no nos trama.
@Polymarti