Alejandra Carvajal Reyes Columna Semana

Opinión

Presidente Petro: Estados Unidos no es el enemigo

Pegasus se utilizó para fines estratégicos dentro del marco de la lucha binacional contra el narcotráfico.

Alejandra Carvajal
12 de noviembre de 2024

La política antidrogas de los Estados Unidos ha sido una de las banderas de ese país, convirtiéndose en un aspecto clave de su política exterior. Los efectos nocivos que causan los estupefacientes a millones de personas, así como los altos índices de criminalidad que desata, han hecho que los gobiernos de todas las naciones quieran combatirlos.

Con el fin de combatir esta problemática, Colombia y Estados Unidos se han asociado, razón por la cual han desarrollado durante décadas de manera conjunta operaciones de carácter estratégico que han beneficiado a las dos naciones. Como es lógico, buena parte de ellas son absolutamente confidenciales, debido a sus altos niveles de complejidad.

Parte del éxito de operaciones, que incluyan componentes de inteligencia y contrainteligencia, es que estas se mantengan en secreto, siendo apenas lógico y normal que así sea.

Estados Unidos siempre ha sido una nación amiga que nos ha ayudado históricamente a derrotar los carteles de drogas, así como a desmantelar a varias bandas criminales que tienen tentáculos en Colombia y en el exterior, que ponen en riesgo nuestra democracia.

Desafortunadamente, los pronunciamientos del presidente de la República, Gustavo Petro, ponen en peligro las magníficas relaciones que han tenido Colombia y Estados Unidos durante décadas. El diálogo entre ambas naciones es clave, pero lamentablemente pueden resquebrajarse luego de que Petro dijera que la utilización del software Pegasus habría constituido la violación de nuestra soberanía nacional.

Encontrar y dar de baja a Pablo Escobar es un ejemplo exitoso de la cooperación entre Colombia y Estados Unidos. Gracias a los dispositivos de inteligencia suministrados por la Unión Americana pudieron interceptarse las comunicaciones de uno de los delincuentes más sanguinarios de la historia, pudiendo solo así localizarlo y darle de baja. Gracias a la acción eficaz y secreta de organismos de inteligencia de Colombia y Estados Unidos, decenas de capos como Pablo Escobar han sido capturados, el narcotráfico disminuido y nuestra democracia fortalecida.

Es una equivocación del Gobierno nacional el querer graduar a nuestros aliados más importantes como enemigos. Tal como veo las cosas, en ningún momento Estados Unidos ha querido violar la soberanía de Colombia, eso sería equiparar a este país al nivel de Hezbolá o el Tren de Aragua, organizaciones delincuenciales internacionales que mediante tácticas terroristas desean alterar el orden público para fortalecer sus actividades delictivas.

Justo por actuaciones como esta, hace pocos meses, el congresista republicano Mario Díaz-Balart, presidente de la Subcomisión de Asignaciones sobre el Departamento de Estado, Operaciones Extranjeras y Programas Relacionados en la Comisión de Asignaciones de la Cámara de Representantes, propuso que se condicionara la entrega de los recursos a Colombia y que incluso estas fueran disminuidas en un 50 %, lo que representaría unos 200 millones de dólares menos para combatir el narcotráfico en nuestro país.

Para Díaz-Balart, había que analizar si las políticas actuales del gobierno colombiano estarían en consonancia con los intereses de los Estados Unidos. Asimismo, evaluar si la administración Petro estaría dando resultados en mitigación de la migración irregular; fortalecimiento del Estado de derecho, la democracia y las instituciones; la lucha contra el narcotráfico; las organizaciones terroristas; la trata de personas y el antisemitismo.

Cabe decir que políticas como la llamada paz total hacen que florezca el narcotráfico y que crezcan organizaciones terroristas como las Farc. Para varios países centroamericanos, como Costa Rica, Colombia se ha convertido en un dolor de cabeza por cuenta de que varias bandas criminales, como el Clan del Golfo, estarían detrás del tráfico de inmigrantes. El antisemitismo, antes jamás visto en Colombia, ha aumentado en todo el territorio nacional.

Al igual que el congresista Díaz-Balart, otros legisladores republicanos, como María Elvira Salazar, Rick Scott, Marco Rubio y Carlos Giménez —cercanos al Presidente Trump— han manifestado a la administración Biden su inconformismo frente a las políticas del presidente Petro y el cómo estas ponen en peligro la seguridad de los Estados Unidos.

Hace unos meses, Vicky Dávila, directora de esta casa editorial, fue condecorada por el Congreso de los Estados Unidos, por su lucha por la libertad de prensa. Es a todas luces claro para el Congreso de los Estados Unidos, que en Colombia se amenazan diariamente a periodistas comprometiendo así el trabajo de decenas de comunicadores en nuestro país por ejercer su labor, y así contribuir a la lucha contra la corrupción y al fortalecimiento de la democracia y de la institucionalidad.

Creería que para el Congreso de los Estados Unidos, al igual que para el Departamento de Estado, ha resultado absolutamente irregular que se trate de judicializar, a través de mentiras y señalamientos falsos a la directora de la revista Semana, que lo único que ha hecho es trabajar con profesionalismo y dedicación para prestar el mejor servicio informativo posible a los colombianos y extranjeros a los cuales informa.

Muy seguramente, el presidente Trump estará al tanto de todas estas circunstancias extrañas que se están presentando en Colombia, bien sea a través de sus asesores directos o por vía de sus congresistas más cercanos, como los republicanos anteriormente mencionados. Para Donald Trump, Latinoamérica es importante, parte de su electorado es de esta región del mundo.

Carlos Diaz-Rosillo, director del Instituto Adam Smith para la Libertad Económica del FIU, quien se desempeñara como asesor directo de Donald Trump cuando fue Presidente de los Estados Unidos, así como Director de Políticas Públicas de la Casa Blanca — en donde se encargaba de supervisar la aplicación de la política de seguridad nacional— es una persona que siempre ha estado muy interesado en nuestro país, y con absoluta certeza informará al presidente electo y a su bancada lo que está sucediendo en Colombia.

Al momento de escribir esta columna, algunos medios de comunicación estadounidense dan como un hecho que el senador Marco Rubio fue designado por Trump como secretario de Estado. He tenido la oportunidad de reunirme con él y puedo decir que tiene a Colombia en el radar y como una de sus prioridades.

Solo espero que el presidente Petro entienda que Estados Unidos no es el enemigo, que con la utilización del software Pegasus no se buscó nada distinto que atacar a los carteles y a los narcotraficantes. Estados Unidos es nuestro aliado y esta relación debemos mantenerla intacta para siempre.

Nota final: Quiero felicitar muy especialmente a Fabio Andrade, un gran colombiano y patriota, quien ha sido elegido este 5 de noviembre como comisionado en la ciudad de Weston (Florida). Enhorabuena, Fabio. Tu trabajo por Colombia en Estados Unidos, desde la ONG ColombiaHablaUs ha sido fundamental para nuestro país.