Lucia Bastidas

Opinión

¿Qué más debe pasar para que la seguridad sea una prioridad en Bogotá?

Los atracos siguen siendo violentos y más frecuentes; en uno de esos casos, la semana anterior, un joven murió por numerosas puñaladas cuando hombres armados le robaron su bicicleta en Teusaquillo.

27 de abril de 2022

En la capital del país, pasamos de una ola de inseguridad en la que la mayor preocupación era el hurto por raponazo a evidenciar otra todavía más grave que es el homicidio, bajo la modalidad de sicariato por ajuste de cuentas, desaparición y en medio de atracos cada vez más violentos.

Lo cierto es que se salió de control la seguridad de Bogotá. Cuerpos encontrados en bolsas de basura a lo largo de la ciudad, 10 en total durante el mes de abril, en las localidades de: San Cristóbal, Kennedy, Engativá, Los Mártires, Tunjuelito, Usme y Ciudad Bolívar; según las primeras hipótesis, casos relacionados con conflictos entre bandas criminales por el control de territorios. Y un patrón alarmante que se está develando en la modalidad de sicariato con cuerpos que han sido encontrados amarrados de pies y manos, envueltos en lonas, o incluso, abandonados en humedales como ocurrió la semana pasada en el Humedal Jaboque de un joven que apareció degollado, en hechos que todavía se investigan.

A estos hallazgos se suma la confirmación de la Policía Nacional sobre la ubicación de lo que serían ‘casas de pique’ en el barrio San Bernardo de la localidad de Santa Fe, en inmediaciones de un predio abandonado que está dentro del Plan de Renovación del Centro, que hace tiempo debió ser demolido y donde según inteligencia, se cometían todo tipo de torturas y asesinatos.

Como si fuera poco, las desapariciones de personas comenzaron a aumentar también, tan solo este fin de semana en la ciudad se reportaron tres, incluida una menor de edad. Uno de los adultos involucrados fue hallado muerto, según Medicina Legal por una sobredosis de escopolamina, y los otros dos que aparecieron con vida, no recuerdan qué les pasó; en lo corrido del año son 322 casos con estas mismas características.

Los atracos siguen siendo violentos y más frecuentes; en uno de esos casos, la semana anterior, un joven murió por numerosas puñaladas cuando hombres armados le robaron su bicicleta en Teusaquillo; y ahora surge la nueva modalidad de hurtar a los pasajeros de rutas escolares y Transmilenio con delincuentes que trepan las ventanas en pleno trancón, con adultos y niños como víctimas. Si hablamos de la violencia contra las mujeres que no para, la seguridad pone su buena parte en este flagelo. Una joven de 17 años, este domingo denunció haber sido violada por un taxista bajo estado la influencia de drogas en Chapinero; y en Bosa, a una niña de tan solo 14 años fue apuñalada también por atracadores a la salida de su colegio.

Se quedan cortas las medidas de seguridad que implementó el gobierno de Claudia López, frente a hechos tan violentos y escabrosos como los de estas últimas dos semanas. La seguridad va mal y es hora de que escuchemos a la alcaldesa pronunciarse de fondo con un paquete de medidas certeras para enfrentar esta nueva amenaza de la delincuencia común y organizada. No es un tema menor, hay mucho silencio de la Administración alrededor de esta situación, mientras los ciudadanos siguen preguntándose ¿Quién manda en Bogotá? ¿Dónde está el gobierno cuidador que prometió la alcaldesa en campaña? ¿Cuál es realmente su prioridad? ¿Qué más debe pasar? ¿Qué hay que hacer?

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