OpiNión
¿Quién financió la campaña en la Costa?
Ojalá Armando Benedetti cuente a quiénes se refería con sus señalamientos, quiénes fueron esos “no emprendedores” que financiaron la campaña de Petro en la Costa y quiénes participaron de ese apoyo electoral en el Caribe que ahora todos niegan, como lo niegan a él hoy los que antes lo ensalzaron.
La turbulencia ha sido la constante en los últimos días en el país, luego de que esta revista publicara los audios en los que el exembajador Armando Benedetti arremetió contra la exjefa de gabinete Laura Sarabia. Su reclamo por la poca participación que la administración Petro le había dado, a pesar de que, según Benedetti, fue él una persona clave en la elección de Gustavo Petro como presidente, desató una tormenta política que terminó con la salida de ambos. Entre insultos y señalamientos de todotipo, Benedetti hace una afirmación que merece ser explicada: “Qué tal que uno diga quién fue el que puso la plata en la Costa”, pregunta el exembajador en los audios. Y luego le dice a Sarabia: “Averigüe como inició el Proceso 8.000… Ahí está la clave de todo lo que te va a pasar”, le replica Benedetti.
En esa llamada filtrada, el embajador de Colombia en Venezuela habla de haber realizado más de 100 reuniones en la costa caribe y de haber recogido 15.000 millones de pesos para la campaña de Petro, para luego sentenciar que si cuenta “Nos caemos todos, hp”.
¿A quién se refería Benedetti al hablar de quienes financiaron la campaña en la Costa? ¿Por qué hay que ocultarlos? ¿Qué tiene que ver todo esto con el Proceso 8.000?
En entrevista al día siguiente, Vicky Dávila le insiste, ¿quiénes son estos financiadores?, pero lo único que responde el exembajador es: “No eran emprendedores”.
Si se quiere hilar delgado, hay que relacionar lo dicho por Armando Benedetti, con las declaraciones de Day Vásquez, la exesposa de Nicolás Petro Burgos, el hijo del presidente.
Day Vásquez ha dicho que Samuel Santander Lopesierra, el Hombre Marlboro, le entregó al hijo del presidente 600 millones de pesos, destinados a financiar la campaña Petro Presidente. Sin embargo, según Vásquez, terminaron en los bolsillos de Nicolás Petro, al igual que otros aportes que no fueron declarados en la campaña. ¿Qué tiene que ver el Hombre Marlboro con la campaña de Gustavo Petro?
Santander Lopesierra es un excongresista que en 1997 fue capturado en La Guajira, cuando, whisky en mano, vigilaba el descargue de toneladas de mercancía de contrabando de su propiedad. Lo detuvieron en una operación apoyada por la DEA, junto con otras 14 personas acusadas de narcotráfico y lavado de dinero. Fue extraditado a Estados Unidos, donde estuvo 18 años en prisión, pero días antes de ser extraditado, la revista Cambio lo entrevistó en la cárcel. En esta entrevista, López Sierra afirmó que había aportes a la campaña de Samper a la presidencia que no se registraron y que 500.000 dólares que se habían entregado en cheque antes de la segunda vuelta presidencial, a través de Elizabeth Montoya de Sarria, la Monita Retrechera, eran dineros del narcotráfico. Este fue el inicio del Proceso 8.000, por el que se investigó la infiltración de dineros del cartel de Cali a la campaña presidencial de Ernesto Samper.
La Monita Retrechera era el enlace que recogía las donaciones que no entraban a la campaña y la artífice de que dineros del cartel llegaran a la campaña de Samper, en hechos que fueron ratificados por Santiago Medina, extesorero de la campaña. Elizabeth Sarria fue asesinada con 14 disparos, después de que se comprobaran estos hechos y se señaló a Orlando Sánchez Cristancho, el Hombre del Overol, de haber ordenado su muerte. Precisamente, Sánchez Cristancho fue a quien Santander Lopesierra señaló de haberle pedido dinero para desaparecer las pruebas de la presencia de dineros del narcotráfico en la campaña de Samper.
Hoy, Santander Lopesierra aspira a la alcaldía de Maicao. Según ha publicado la brillante periodista Laura Ardila Arrieta, quien lleva décadas denunciando la corrupción política en la Costa, el Hombre Marlboro cuenta con el respaldo de un sector de la Colombia Humana, en cabeza de un reconocido petrista, Alí Ibrahim Fakih, Alito. Cuenta Ardila que Ibrahim es uno de los líderes más visibles de la Colombia Humana en Maicao y en sus redes hay fotos de su trabajo en la campaña con Petro y junto al embajador Armando Benedetti.
¿Es a esta financiación a quienes se refirió Benedetti cuando mandó a Laura Sarabia a recordar el Proceso 8.000?
Todos niegan hoy en el Gobierno que Benedetti haya recogido dineros para la campaña de Petro. Incluso su gerente, hoy presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, ha sido enfático: “Desde la gerencia general de la campaña jamás se recibieron aportes, ni donaciones, ni directamente de Armando Benedetti, ni de sus referidos”, aseguró.
Hoy está en manos del Consejo Nacional Electoral y de la Fiscalía General de la Nación investigar si es cierto que a la campaña Petro presidente entraron dineros que no fueron reportados y de dudoso origen. Y faltará ver si, una vez citado, Benedetti sostendrá lo que dijo.
Lo cierto es que este episodio deja al descubierto, una vez más, cuál es la realidad de la financiación de las campañas en Colombia, llenas de dineros no reportados, compra de votos, trasteo de gente. Campañas que financian muchas veces personajes oscuros que necesitan blanquear su dinero asegurando a los gobernantes. O contratistas que luego se cobran su inversión a través de contrataciones directas y pliegos amañados. Una mafia que ha permitido que los clanes políticos se enquisten en las regiones y que delincuentes salgan elegidos alcaldes, gobernadores y congresistas.
Ahora que empieza la contienda para las elecciones regionales de octubre, veremos, una vez más, la danza de los millones frente a nuestros ojos, la compra descarada de votos, la financiación de campañas por delincuentes.
Ojalá Armando Benedetti cuente a quiénes se refería con sus señalamientos, quiénes fueron esos “no emprendedores” que financiaron la campaña de Petro en la Costa y quiénes participaron de ese apoyo electoral en el Caribe que ahora todos niegan, como lo niegan a él hoy los que antes lo ensalzaron.