OPINIÓN
Razones para marchar
En toda sociedad, y en particular en una con tantos problemas y desafíos como Colombia, lo que hay son razones para marchar. Todas legítimas e independientes de la sedición o el terrorismo. No respetarlas es lo que lleva a la violencia.
Por: Camilo Granada
A raíz de las manifestaciones de la semana pasada y de las de noviembre del año anterior, se ha cuestionado en algunos sectores las razones por las cuales los ciudadanos salen a marchar y protestar. Algunos no ven razón válida para hacerlo. Otros consideran que con la crisis económica que deja la pandemia “el palo no está para cucharas” y habría que posponer cualquier reclamo para cuando la economía esté boyante.
Yo no comparto esas opiniones. Creo que lo que tenemos en Colombia son razones para marchar, para movilizarnos y para actuar. La democracia no se puede poner en suspenso mientras vuelven tiempos mejores. Los cambios que necesita nuestra sociedad son más urgentes que nunca. Y, si algo bueno podemos sacar de tanto dolor y muerte que nos deja la covid-19, es la posibilidad de hacer un alto en el camino, ver lo que no funciona, acordar lo que queremos como país, y actuar de conjunto para cambiarlo.
Yo estoy convencido de que hay muchas cosas contra las cuales movilizarse. Pero marchar y manifestar no se hace solo en contra de algo. También se puede –se debe—hacer en favor de algo. Y también hay muchas cosas por las cuales es necesario marchar.
Tendencias
Aquí comparto algunos problemas contra los que creo debemos movilizarnos.
1. Contra las masacres que no cesan, por el contrario, crecen y el Gobierno no tiene respuestas.
2. Contra los feminicidios que ya superan los 178 casos este año y muchos hombres creen que eso no es motivo de escándalo.
3. Contra el abuso infantil que sigue creciendo, y algunos creen que se resuelve con la cadena perpetua.
4. Contra el asesinato de líderes sociales, campesinos y de derechos humanos, dejados a su suerte por el Estado.
5. Contra los que sabotean el acuerdo de paz, desde la derecha y desde la izquierda, incluyendo varios líderes del partido Farc.
6. Contra los grupos armados ilegales sin importar su pseudoideología.
7. Contra los que se roban la alimentación de los niños o les dan carne de burro.
8. Contra los que gastan los recursos públicos en elefantes blancos.
9. Contra los que se roban los recursos públicos.
10. Contra los que no usan los recursos públicos para invertir en mejorar las condiciones de vida de sus conciudadanos.
11. Contra los abusos de la policía y contra el irrespeto a los policías.
12. Contra los infiltrados que vandalizan y hacen el juego de los que no quieren oír la protesta ciudadana.
13. Contra la demagogia populista de los extremos que solo piensan en destruir a su adversario y no construir país.
14. Contra el santanderismo leguleyo que enreda todo y a cada solución le encuentra un problema.
15. Contra la falta de propuestas y organización de los partidos políticos que solo piensan en puestos y votos.
Y también estoy convencido de que hay causas por las cuales marchar.
1. Por el derecho de las mujeres a decidir libremente sobre su cuerpo y su sexualidad.
2. Por el respeto a la libertad de orientación sexual.
3. Por el fin del racismo latente y explícito que sufre Colombia.
4. Por la reducción de las desigualdades y por el fin del clasismo que las alimenta.
5. Por la memoria de las 246 víctimas de masacres este año.
6. Por la eutanasia y el derecho a morir dignamente.
7. Por la renovación de los partidos políticos y la construcción de una democracia deliberante y diversa.
8. Por el retorno del debate de ideas y propuestas reales.
9. Por la defensa del medio ambiente.
10. Por el respeto al disenso.
11. Por el diálogo constructivo que permita encontrar puntos reales de encuentro nacional.
12. Por el reconocimiento del descontento social por parte del Gobierno.
13. Por la apertura sincera a escuchar la crítica y ajustar el rumbo.
14. Por retomar la esperanza de paz para Colombia.
15. Finalmente,y sobre todo, por el derecho a marchar en democracia.
Marchar, protestar, manifestarse, participar y votar son todas formas legítimas y complementarias de ejercer la democracia, entendida como la manera pacífica y deseable de ajustar el funcionamiento de una sociedad en pos de un mejor presente y un mejor futuro. Las marchas en Selma contra la segregación racial en Estados Unidos, o la marcha del 10 de mayo de 1957 contra la dictadura de Rojas Pinilla en Colombia y la del 4 de febrero de 2008 contra las Farc demuestran que las protestas pacíficas son mecanismos efectivos para lograr cambios trascendentales. Amputar algunas de ellas, estigmatizándolas o ilegitimándolas, va en contra de una democracia plena y cierra la posibilidad de construir soluciones colectivas a los problemas que tenemos.
P.D.: El fallo de la Corte Suprema sobre las protestas y la forma de mantener el orden ratifica el mandato democrático al Estado de defender las libertades públicas. El Gobierno debe acatarlo y cumplirlo.