OpiNión
Reforma pensional = expropiación
Lo que no puede ocurrir por ningún motivo es que se expropie el ahorro de los hogares colombianos para dilapidarlo en gasto público de corto plazo.
Sin rodeos, hay que decirlo: el Gobierno quiere expropiar los ahorros de 18 millones de colombianos que a lo largo de sus vidas han cotizado en fondos privados de pensión, para llevarlos a gasto público, lo que, en el largo plazo, solo crearía más pobreza. En la campaña a la Presidencia, este fue uno de los temas más discutidos. Debatí con el hoy presidente Petro y demostré, en muchas oportunidades, que sus propuestas sobre el sistema de pensiones eran absurdas y malintencionadas. Los ahorros pensionales de 30 años suman hoy 350 billones de pesos. Y me imagino que el Gobierno, al ver semejante canasta de recursos, ahora quiere disponer de ellos sin restricciones. Nacionalizar el ahorro de la gente para que el Estado se lo gaste sería expropiarlo. Eso no tiene otro nombre.
Hoy la propuesta del Gobierno sigue siendo la misma que se enunció en campaña, sin ninguna elaboración o cálculo sobre los impactos de los colombianos. Soy defensor de los adultos mayores y de sus ahorros para la pensión. Estoy de acuerdo con asegurar un mejor ingreso para los adultos mayores, pero no con la plata de los trabajadores. No me corresponde defender a los fondos de pensiones, pero sí defiendo el ahorro de los colombianos.
Nuestro sistema pensional hoy tiene dos caminos para la pensión, el de Colpensiones, en el que se pensiona solo un 10 por ciento de los adultos mayores, y el de ahorro individual, en el que se pensiona un 25 por ciento de la población que cotiza. En el sistema de ahorro individual la realidad es que los dueños de lo ahorrado son los 18 millones de trabajadores que aportan un 16 por ciento a partir de su salario (12 por ciento lo hace el empleador y 4 por ciento el empleado). Esos ahorros son su seguridad para la vejez, y reciben un extracto del Estado de su cuenta individual cada tres meses. Lo que no puede ocurrir es que lo ahorrado cada mes se convierta en un impuesto para que el Gobierno se lo gaste en lo que quiera.
Hay casos cercanos y desastrosos, muy similares a lo que se quiere hacer ahora en Colombia, que vale la pena recordar. En Argentina, el gobierno de Cristina Kirchner se gastó el ahorro de las pensiones, como propone Petro, y para pagarlas tuvieron que poner la máquina de hacer billetes a funcionar (lo que también quiere hacer él); eso generó inflación y hoy esas pensiones no les alcanzan a los adultos mayores para comprar nada.
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Siendo realistas y serios en la discusión, es claro que se necesita una reforma al sistema pensional debido a su baja cobertura, su alta inequidad y su insostenibilidad financiera a futuro. En términos de cobertura, de acuerdo con la Gran Encuesta de Hogares (GEIH), del total de 6 millones de adultos mayores de 60 años, solo 1,7 millones (28 por ciento) tiene una pensión de al menos un salario mínimo. De ese total de adultos mayores, 1,2 millones (20 por ciento) son beneficiarios de Colombia Mayor. Pero los beneficiarios potenciales de Colombia Mayor superan los 3 millones, es decir, menos de la mitad de los potenciales adultos mayores está recibiendo subsidio.
Hoy el Gobierno debe destinar cerca de 40 billones de pesos por año a las pensiones, y después de pagarlos es un país más desigual porque el subsidio total de pensiones públicas se estima en 2,3 por ciento del PIB, y la gran mayoría se destina al 40 por ciento de la población de más altos ingresos. No tiene presentación que el Estado siga subsidiando las pensiones altas. A todas luces esto es inequitativo en términos sociales. Y por ahí debería arrancar la reforma.
Por último, en términos de sostenibilidad, hay que tener en cuenta que en el sistema público los aportes de los jóvenes pagan las pensiones actuales y la diferencia la pone el Estado. Sin embargo, dado el envejecimiento de la población, este sistema por sí solo no es viable. Hoy hay 5 trabajadores por cada adulto mayor; en 2050 serán 2 por 1.
La propuesta del actual Gobierno no prevé ninguna solución a estos problemas estructurales del sistema. Es pan para hoy, pobreza para mañana. Yo le propongo lo siguiente presidente Petro: es necesario crear un sistema de protección a la vejez que permita eliminar la pobreza, no solo de los 6 millones de adultos mayores de hoy, sino de los 14 millones de mañana. Esto se logra defendiendo el ahorro pensional de quienes logran cotizar, dejando de dar subsidios a las pensiones más altas (respetando los derechos ya adquiridos) y focalizando correctamente los recursos públicos a quienes sí los necesitan.
Además, le propongo conformar un fondo público para que con esos recursos aseguremos que quienes no cumplen con requisitos de pensión tengan un ingreso mínimo mensual vitalicio.
Lo que no puede ocurrir por ningún motivo es que se expropie el ahorro de los hogares colombianos para dilapidarlo en gasto público de corto plazo y, como consecuencia, que en 4 años millones de colombianos se queden sin pensión. Porque el problema vendrá en el futuro, pero claro, Petro y sus aliados cómplices, como ya es usual, usarán su narrativa para decir que no fue culpa de ellos sino de los otros gobiernos.