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Columna de opinión Julián Arévalo

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Resolver nuestros conflictos es abrir la puerta a la cooperación

Confiamos en que la capacidad de superar nuestros conflictos y encauzarnos en una lógica de cooperación serán fundamentales para superar un escenario tan complejo como el que nos deja la pandemia.

14 de abril de 2021

Para el profesor de matemáticas de la Universidad Nacional, y quien para muchos es el padre de las matemáticas en Colombia, Yu Takeuchi, si comparamos un colombiano y un japonés, el primero será más hábil y tendrá mejores resultados en diferentes pruebas. Sin embargo, si comparamos un equipo de dos colombianos, frente a dos japoneses, los asiáticos serán mejores que los nuestros; si comparamos equipos de 5 o 10 integrantes, la cosa será aún peor.

Cuando vemos el agregado de las sociedades, inmediatamente surgen múltiples preguntas acerca de por qué tenemos, en diferentes ámbitos, resultados tan disímiles. No se trata únicamente de la comparación de estas dos sociedades; desde luego.

En múltiples escenarios, individuos en países como el nuestro tenemos muchos problemas a la hora de cooperar con otros. Con frecuencia surgen todo tipo de conflictos, envidias, celos, afanes de protagonismo, trampas, traiciones o hasta usos indebidos del lenguaje, que se vuelven un obstáculo insuperable para la cooperación. Esto nos condena a perpetuar nuestros conflictos y a tener que cooperar solo con aquellos muy cercanos en quienes confiamos, impidiéndonos a nosotros mismos aprovechar las fortalezas, habilidades y dedicación de muchos otros.

Esto es particularmente importante en sociedades pluralistas, donde el conflicto siempre nos acompañará. Es decir, lejos de la utopía de un mundo sin conflictos, tal vez deberíamos ser cada vez más conscientes de que el conflicto será parte de la vida en sociedades que aceptan la diferencia. Por tanto, nuestra aspiración no debería ser que el conflicto desaparezca, sino que logremos encausarlo de tal manera que no degenere en situaciones indeseables.

Nuestros fracasos a la hora de cooperar en ámbitos económicos, sociales, políticos, artísticos o deportivos, entre otros, nos invitan a poner de presente la importancia de este tema en nuestra vida en sociedad.

Desafortunadamente, en sociedades como la nuestra no tenemos los mejores referentes en este ámbito.

- Las narconovelas nos han mostrado cómo se resuelven las diferencias en el mundo del crimen, y difícilmente alguien pueda argumentar que esto es un ejemplo que seguir. Aunque muchos lo sigan.

- Por décadas, guerrillas, paramilitares, carteles, bandas criminales, han buscado imponerse a sangre y fuego, y con frecuencia el Estado ha respondido de la misma manera.

- Periódicamente las calles y carreteras del país se llenan de estudiantes, trabajadores, indígenas, campesinos, entre otros, y a menudo pasan semanas, sino meses, para que sus inconformidades sean atendidas. Y con frecuencia, también, la respuesta a sus demandas no es honrada, lo que genera una nueva ola de protestas; y hace que el ciclo se repita.

Con este diagnóstico en mente, y luego de múltiples conversaciones sobre estos temas, un equipo de profesores e investigadores de varias disciplinas nos dimos a la tarea de poner a disposición de la sociedad un conjunto de herramientas y experiencias sobre tratamiento de conflictos y cooperación.

El libro ‘Negociación y Cooperación. Teoría y experiencias en resolución de conflictos’ reúne a 16 expertos en estos temas, desde áreas del conocimiento tan diversas como la economía, la ciencia política, la teoría de juegos, la historia, la psicología y la sociología, entre otras.

Experiencias comparadas en procesos de paz, lecciones de negociaciones que permitieron la transición a la democracia o prácticas que funcionaron para establecer dinámicas de entendimiento entre enemigos acérrimos, son ilustradas en detalle en el texto.

Pero quisiera señalar dos temas especiales que juegan un papel clave a lo largo del libro y de muchas negociaciones: la dignidad y el liderazgo.

Respecto a la primera, vale decir que cada ser humano tiene expectativas de cierto trato digno, lo cual es especialmente cierto en una negociación. Cada individuo y cada colectivo aspira a ser respetado, a ser reconocido, a que su desempeño le permita honrar ciertos valores y principios; a sentir que su comportamiento y la forma como otros lo tratan son dignas desde su propio punto de vista.

En la medida en que este hecho se olvide, los riesgos de fracasar en nuestros esfuerzos de entendimiento con otros serán cada vez mayores. Y aunque esto parece algo básico, es también algo que con frecuencia se olvida y que se convierte en fuente de múltiples conflictos.

En situaciones tan diversas como las negociaciones del gobierno anterior con las Farc y el ELN, los esfuerzos en Venezuela por encontrar una solución a la crisis, o las iniciativas de paz en el Medio Oriente, honrar o desconocer los principios de dignidad hace una diferencia importante.

Es mucho lo que podemos avanzar en el tratamiento de nuestros conflictos si volvemos a elementos básicos como adoptar acciones que permitan honrar la dignidad de aquellos con quienes nos relacionamos.

Un segundo elemento crucial hacia la resolución de conflictos y la promoción de la cooperación es el liderazgo. No somos simples individuos inermes en un escenario donde las estructuras lo determinan todo, sino que tenemos espacio para la agencia. Muchas de nuestras decisiones importan, y son clave a la hora de abordar conflictos.

Quienes lideran procesos de diálogo, ya sea en un escenario político, administrativo o en sus tareas diarias tienen una responsabilidad importante a la hora de buscar entendimientos y abrir las puertas a la cooperación.

Allí vale la pena abordar varias preguntas: ¿Qué tanto se prepara un líder a la hora de enfrentar una negociación complicada?, ¿Qué tanto honra acuerdos anteriores?, ¿Cómo establece una relación que permita la construcción de confianza y no que los conflictos escalen?, ¿Qué errores pueden cometerse al abordar múltiples negociaciones que se desarrollan de manera simultánea?

Las entrevistas realizadas para el libro, en las cuales participaron figuras protagónicas de las negociaciones políticas más importantes en la historia reciente del país, dejan algunas lecciones valiosas para enfrentar diferentes conflictos.

- La importancia de atacar los conflictos cuando inician, y no dejarlos crecer a un punto en que se vuelven inmanejables.

- La necesidad de estudiar a fondo a la contraparte.

- El carácter irreemplazable que tiene una amplia preparación, previa al inicio de una negociación.

- El papel de los elementos relacionados con el diseño de la negociación.

- La invitación a conocerse a uno mismo al tiempo que se avanza en la negociación con otros.

- La necesidad de que ante dos posiciones sobre la mesa no se busque un punto medio, como argumentan muchos, sino que se construya una tercera posición que recoja las dos ya existentes.

- Y como hemos dicho, los elementos de dignidad.

Si bien el texto recoge múltiples experiencias de negociaciones de muy alto nivel, su propósito es brindar herramientas para que conflictos cotidianos sean abordados de mejor manera y con ello se abran puertas a una cooperación a mayor escala.

Cada conflicto es diferente, y cada negociación es diferente; desde luego. Pero también hay aprendizajes de conflictos y negociaciones pasadas que, con la distancia suficiente y sabiendo leer entre líneas, pueden aportar mucho para el tratamiento de conflictos nuevos.

Confiamos en que la capacidad de superar nuestros conflictos y encauzarnos en una lógica de cooperación serán fundamentales para superar un escenario tan complejo como el que nos deja la pandemia. También es importante contar con mejores herramientas para enfrentar el problema de cooperación más grande que se avecina y que ya muchos empiezan a llamar “el único problema que importa”: la nueva realidad generada por el cambio climático.

Queda abierta la invitación para que, desde la política, la academia, el mundo de los negocios, y tantos otros ámbitos, avancemos en nuestros esfuerzos por comprender la importancia de tener mejores herramientas para el tratamiento de conflictos, y resaltar la importancia de la cooperación. Esperamos que este libro haga un aporte, así sea pequeño, a estos fines.

* Decano de la Facultad de Economía, de la Universidad Externado de Colombia

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