OPINIÓN

La estrangulación de la libertad

Así intentó hace 40 años estrangular a El Espectador el tentacular Grupo Grancolombiano del entonces poderoso banquero Jaime Michelsen, quien después terminó siendo prófugo de la justicia. Aunque no por ese grave crimen contra la libertad.

Antonio Caballero, Antonio Caballero
7 de septiembre de 2019

Noticias Uno es el mejor noticiero de la televisión colombiana, y por ser el mejor es el que ha ganado más premios dados por sus colegas y rivales por su periodismo audaz y riguroso. Más que un simple noticiero, una caja neutra que transmite noticias y anuncios publicitarios, es un órgano de investigación y de denuncia, que averigua el origen de las noticias y sus efectos. Es un periódico, como debieran serlo todos, vigilante y crítico del poder. De todos los poderes: políticos, económicos, militares, y también de los autodenominados revolucionarios y de los pretendidamente espirituales.

Independiente, como lo proclama en su lema: no depende de nadie. Crítico de los abusos del Gobierno –sea este cual sea, desde su fundación con el nombre de NTC Noticias hace casi 30 años bajo la dirección de Daniel Coronell, que perseguido por el presidente Uribe Vélez tuvo que exiliarse, hasta hoy, cuando lo dirige de denuncia en denuncia y de premio en premio la aguerrida periodista Cecilia Orozco–; crítico de la corrupción del Congreso, y no solo de los parlamentarios, sino de su corrupto aparato burocrático; crítico de las trampas y delitos de los grandes grupos económicos, que a su vez suelen ser dueños de casi todos los demás periódicos de papel y de las cadenas de radio y canales de televisión. Algunos de los más graves escándalos morales que han sacudido al país en las últimas décadas se han producido gracias a las revelaciones de los periodistas de Noticias Uno. Así supimos que el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez había comprado los votos parlamentarios que permitieron su inconstitucional reelección, así supimos que el entonces fiscal general Néstor Humberto Martínez se había reído –“ji, ji, ji, marica”– de los sobornos de la multinacional Odebrecht denunciados por el después sospechosamente fallecido por envenenamiento Jorge Enrique Pizano. El noticiero Noticias Uno ha sido perseguido por personajes de la talla de Álvaro Uribe Vélez desde que era presidente y hasta hace pocos meses, cuando advirtió en sus amenazantes trinos que los directores de Noticias Uno deberían temblar ante el Gobierno de su discípulo Iván Duque; del banquero y constructor Luis Carlos Sarmiento, el hombre más rico de Colombia, que le retiró la publicidad de sus múltiples empresas al noticiero; y del más nefasto fiscal general de la nación que ha habido en este país, Néstor Humberto Martínez. El noticiero de Daniel Coronell y Cecilia Orozco está rodeado de tiburones. Y ahora que lo cierran resulta que dicen que lo cierran porque dicen que pierde plata.

¿Ustedes lo creen? Yo no.

Es decir: sí creo que Noticias Uno pierde plata, como la pierde su propietario, el Canal Uno, en su conjunto: con todos sus programas. En estos días pierden plata la casi totalidad de los medios periodísticos de Colombia y del mundo, con escasísimas excepciones. Pero que los dueños de Noticias Uno hayan decidido cerrar ese espacio entre los varios –todos–que pierden plata en su parrilla de ofertas es como si los dueños de El Espectador decidieran echar a las impertinentes Tola y Maruja porque el periódico entero pierde plata (y, a propósito, ¿en dónde están Tola y Maruja?). Plata no gana ya casi ningún órgano periodístico en Colombia y en el mundo. Y a que Noticias Uno no gane plata contribuye, como por casualidad, el hecho de que el tentacular Grupo Aval, de propiedad del banquero Luis Carlos Sarmiento, el hombre más rico del país, le ha retirado la pauta publicitaria de todas sus numerosas empresas. Para que no pueda denunciarlas.

Así intentó hace 40 años estrangular a El Espectador el tentacular Grupo Grancolombiano del entonces poderoso banquero Jaime Michelsen Uribe, quien después terminó siendo prófugo de la justicia, y refugiado primero en Panamá y después escondido en una finca. Aunque no tuvo que fugarse por esa tentativa de estrangulamiento contra un periódico, que podría ser un grave crimen contra la libertad de prensa, pero no era –ni es hoy– un delito tipificado en los códigos.

Así que por el lado de Noticias Uno Sarmiento puede dormir tranquilo.

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