OPINIÓN
Se acerca la ‘continuación del mando’ en Venezuela
El reto de nuestro país seguirá siendo el de mantener la relación con Venezuela, no importa el gobierno que tenga.
En varios sectores de nuestra opinión pública se ha generado expectativa sobre la actitud que adopte el gobierno, sobre el régimen de Maduro después del 10 de enero de 2025, cuando se oficializa, no la ‘trasmisión’, sino la ‘continuación’ del mando en ese país.
También se está preguntando si Petro asistirá a la ceremonia a la que ha sido expresamente invitado. En el debate están interviniendo, el Congreso, los expresidentes y muchos comentaristas.
Se han levantado voces de censura, debido a la posición anunciada por la cancillería colombiana en el sentido de que las relaciones con Venezuela continuaran normalmente, aunque no se reconocerá el triunfo de Maduro en las elecciones, hasta tanto el gobierno no publique las actas.
Esa es una salida retórica, ya que las actas han sido divulgadas en diferentes medios, mientras que Maduro jamás las va a publicar, porque el gigantesco fraude fue evidente.
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En Colombia, no ha existido la práctica de reconocer expresamente el triunfo de un candidato en las elecciones presidenciales en otro Estado. Sería asumir la condición de árbitro en los comicios que se celebren en todas las naciones con las que se tienen relaciones.
Igualmente, en ninguna de las elecciones celebradas en Colombia, algunas de ellas calificadas de fraudulentas, se ha requerido un reconocimiento expreso del triunfador.
Incluso se han hecho requerimientos para que se reconozca como presidente a Edmundo González. Algunas naciones lo han hecho generando una fuerte reacción del dictador venezolano, incluyendo la suspensión de relaciones y la exigencia del retiro de los representantes diplomáticos de Caracas.
Petro no ha hecho una afirmación similar. Tampoco ha dicho si asistirá a la ceremonia de ‘continuación del mando’. Solo en una perorata pública soltó una confusa puya, afirmando que no se sabía si el régimen venezolano era una revolución o una democracia. Incluso esa ambigua frase generó una inmediata reacción de Maduro y de sus esbirros.
En las transmisiones de mando, la presencia de mandatarios es ocasional y el hecho de que uno de ellos no asista, por más vecino que sea, no tiene mayor connotación. Puede asistir el embajador acreditado en el país, o incluso un funcionario subalterno de la misión diplomática.
Se ha dicho reiteradamente que el caso de Venezuela no es igual para Colombia, que para los demás países del continente. No puede ser igual, con una frontera abierta de 2.219 kilómetros, afectada por una delincuencia rampante y por el tráfico de drogas; con más de tres millones de venezolanos establecidos en nuestro país; con varios grupos armados actuando desde territorio venezolano; con muchas personas de origen colombiano en Venezuela; con un comercio importante, aunque no sea del volumen existente hace algunos años, y, con Venezuela como facilitador y testigo en el proceso de la frustrada paz total de Petro.
Maduro es de los personajes que merece más rechazo por parte de la opinión pública colombiana. No puede ser en otra forma. Sin embargo, un eventual rompimiento de relaciones, debido a un reconocimiento de González, sería muy complejo. Ya tuvimos esa desafortunada experiencia en el gobierno anterior.
Por lo tanto, el reto de nuestro país es y seguirá siendo mantener pragmáticamente la relación con Venezuela, no importa el gobierno que tenga.