Poly Martínez

OPINIÓN

Se buscan congresistas

Sumar seguidores y nuevas caras no necesariamente significa una transformación en la forma de liderazgo de los partidos o movimientos que convocan. Y ese será un reto adicional a lo largo de la campaña.

12 de febrero de 2021

El pacto es histórico. Pero no por lograr el acuerdo entre fuerzas políticas tan similares que llevan unos cuantos años marchando juntas y lidiando sus diferencias, sino por la puerta que dicen van a abrirle a la ciudadanía para la renovación de los candidatos al Senado y la Cámara de Representantes. Por las listas.

Semejante apertura y un llamado al que se anime es, al menos, diferente e interesante. Y nos da un respiro frente al tema de la coalición de centroizquierda. Siempre es difícil ese acertijo entre la necesidad de renovar la política y conseguir nuevas personas que se le midan, que no siempre aparecen y resulta más cómodo seguir con los mismos.

Y es un reto adicional para la paridad de género que busca el pacto lanzado ayer, pues para las mujeres el costo de hacer política es más alto, además de que las estructuras partidistas son patriarcales y no facilitan su liderazgo, un debate que la izquierda de todos los matices aún debe propiciar.

Por eso, falta ver el detalle de la mecánica, de cómo hay que presentar la hoja de vida o hacer la fila para entrar en la lista cerrada: si es por fases, como la vacunación, partiendo de los que tienen una mayoría de edad en esa izquierda más a la izquierda, para de allí ir sumando gente realmente joven en la política, sin comorbilidades ideológicas y que ofrezca alternativas que inclusive puedan sacudir los lugares comunes de los partidos que lideran esta coalición.

Aunque se ha equiparado a renovación, ser alternativo en política se refiere más a una opción de poder local a través de plataformas ciudadanas transitorias que a un esquema partidista, organizado que supuestamente refleja de un cambio real en las maneras de hacer política. Sumar seguidores y nuevas caras no necesariamente significa una transformación en la forma de liderazgo de los partidos o movimientos que convocan. Y ese será un reto adicional a lo largo de la campaña.

Pero bueno, aún estamos en el manifiesto, en el segundo de la ilusión, en el cuarto de hora para animar y sensibilizar a la gente, para un rayito de luz que ilumine otro país posible. Eso es lo bonito de los manifiestos, aunque este empieza raro, sin una frase que quedé enganchada en la cabeza, como eso de “yo tengo un sueño” o “nos reunimos porque hemos elegido la esperanza sobre el miedo”. La crisis climática es fundamental, sin duda, y los residuos tóxicos, incluidos los de la política, hay que combatirlos, pero para lanzar un manifiesto creo que esas primeras líneas despistan, no inspiran ni motivan. Les recomiendo empezar por el segundo párrafo.

“Se buscan” personas interesadas en hacer política, en sumarse a esta iniciativa. El reto es grande y como título da juego: Manifiesto 55/86. El número de congresistas que pretenden es realmente significativo si miramos los resultados de las elecciones de 2018, cuando sumados estos movimientos que hoy convocan (Mais, Colombia Humana, la Unión Patriótica, al Partido Comunista, Todos Somos Colombia) no pasaron de 14 curules en el Congreso. De cumplirse, así sea la mitad, la cifra será histórica. Pero si la logran y se mantienen alineados hasta 2026, marcarán un hito en la política colombiana.

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