OPINIÓN
Tecnología con seguridad humana
No cabe duda de que gran parte de la esperanza de la humanidad para detener el cambio climático se encuentra en los avances tecnológicos que se den en las próximas décadas.
El pasado mes de enero se realizó en Las Vegas, EE. UU., el Consumer Electronic Show (CES), la feria de tecnología más grande del mundo. El tema principal de este año se centró en discutir la responsabilidad que tiene la tecnología ante los retos globales como el cambio climático, la lucha contra la pobreza, la producción sostenible de alimentos y la defensa de los derechos humanos. Este objetivo responde a la campaña ‘Seguridad humana para todos’, que han venido impulsando Naciones Unidas y la Academia Mundial de Arte y Ciencia.
El concepto de seguridad humana apareció por primera vez en el Informe sobre Desarrollo Humano de 1994, publicado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), como una respuesta a los nuevos retos que exigían una ampliación del restringido concepto de seguridad nacional. Las catástrofes naturales, el deterioro medioambiental, las precariedades económicas, políticas y sociales de los denominados Estados débiles o fallidos, las pandemias, etc., puso en evidencia la existencia de riesgos y amenazas globales que iban más allá de soluciones militares. La seguridad humana nace como una visión integral que se enfoca en la defensa de la dignidad de cada individuo, a través del fomento del desarrollo humano, la promoción de los DD. HH. y la sostenibilidad medioambiental.
En este contexto, la tecnología se ha convertido en una herramienta eficaz para impulsar transformaciones políticas, sociales, culturales y económicas, necesarias para construir un mundo más inclusivo, justo y, por supuesto, sostenible. Por ello, la mayoría de compañías y startups que asistieron al CES presentaron las innovaciones que han estado trabajando, enfocadas en construir un mundo mejor y más equitativo, a través del desarrollo de proyectos que generen agua potable, aire limpio, energías verdes, salud y seguridad. Gigantes tecnológicos como Samsung, Sony, Microsoft, LG Electronics, entre otros, participaron de dicho evento.
Por ejemplo, Samsung se comprometió para 2050 a utilizar energías renovables en todos sus negocios en el mundo, con el fin de lograr cero emisiones de carbono. Además, se alió con la marca de ropa Patagonia, para reducir la contaminación por microplástico a través de una tecnología de filtros especiales incorporados en las lavadoras, con el objetivo de atrapar las microfibras contenidas en la ropa y evitar que lleguen a los océanos, ríos y lagos.
La reconocida compañía productora de maquinaria e insumos para la agricultura John Deere mostró la última tecnología para granjas con el fin de hacer uso eficiente de los recursos y así garantizar la seguridad alimentaria de millones de personas. Con el robot ExactShot, que utiliza sensores para identificar la localización de las semillas y esparcir fertilizantes solo en la zona plantada, se busca evitar el desperdicio en el uso de fertilizantes y agua.
Por su parte, la startup Source Global presentó hidropaneles solares que tienen la capacidad de extraer la humedad del aire, condensarla, purificarla a través de filtros y así obtener agua potable. Esta tecnología permitirá producir agua en cualquier parte del mundo, lo que aliviará la falta de este recurso fundamental para millones de seres humanos que no tienen acceso al preciado líquido.
No cabe duda de que gran parte de la esperanza de la humanidad para detener el cambio climático se encuentra en los avances tecnológicos que se den en las próximas décadas. De ello dependerá transformar lo que vestimos, lo que comemos, lo que habitamos, cómo nos transportamos, cómo nos comunicamos. La tecnología ya no solo tiene la responsabilidad de aumentar la productividad y eficiencia de las actividades humanas, sino que se debe encargar de hacerlo de una manera sostenible para garantizar la supervivencia de las futuras generaciones.