OPINIÓN
¿Un Congreso paralelo para hacer la constituyente?
Ahora pretenden cambiar las reglas de juego para sucumbir a Colombia en una dictadura comunista tratando de hacer una leguleyada para atornillar al exguerrillero en el poder.
Entre Álvaro Leyva y el exfiscal Eduardo Montealegre, Gustavo Petro está buscando a como dé lugar lograr una asamblea constituyente que no sea pasando por la vía legal, o sea, por la vía constitucional, pasando por el Congreso e ir a un referendo para que el verdadero pueblo decida si quiere o no modificar la Constitución del 91. Pretende dar el golpe de Estado con la tramoya de que por medio del acuerdo de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y los narcoterroristas de las Farc, que supuestamente no se ha cumplido, se puede buscar la constituyente. Petro viene desde hace varios días ambientando que no se ha cumplido el acuerdo de paz con Farc, pero él lleva dos años en la Presidencia y como Estado no los ha cumplido. ¿Por qué no ha implementado el acuerdo? ¿Por qué ahora que sus amigotes le dicen que por ahí puede meterse para buscar la constituyente si quiere ejecutarlos?
Petro, a través de una carta enviada al consejo de Seguridad de las Naciones Unidas dice que asume la responsabilidad y se compromete a implementarlos bajo la gravedad de juramento, pero al ver la entrevista que le hizo Vicky Dávila a Leyva en Revista Semana, se da uno cuenta de que todo es con doble intención, buscando asestar el golpe y tomar el control. Cuando se posesionó como presidente, también bajo la gravedad de juramento, prometió cumplir con la Constitución con la que democráticamente se hizo elegir, y mírenlo ahora buscando acabarla.
La polémica respuesta de Juan Manuel Santos no se hizo esperar, en la que él frena en seco a su pupilo Petro -porque fue él mismo y los más cercanos alfiles del santismo quienes lo llevaron a la Presidencia, pero no contaron con que el exguerrillero es mucho más astuto de lo que creían y se les salió de las manos. Santos se le adelantó a Petro y envió una carta al secretario general de la ONU en la que plasma su postura aprovechando su credibilidad como nobel y el poder que tiene ante los medios de comunicación y la comunidad internacional para atajar las intenciones del dictador. En esta carta, Santos asegura que en ningún aparte del Acuerdo Final se propone o insinúa que se puedan desconocer en el futuro las reglas establecidas en la Constitución vigente. También dice que los acuerdos fueron ratificados por el Senado de Colombia el 29 de noviembre de 2016 y por la Cámara de Representantes el 30 de noviembre de 2016, o sea que no se manoseó la Constitución para buscar la “paz” como lo quiere hacer Petro para reelegirse y quedarse en el poder.
Termina Santos de atajar a Petro advirtiéndole que en su próxima visita a la ONU puede hacer el ridículo y que el estamento militar no apoyaría el golpe de Estado que pretende darle a la Constitución.
Con la narrativa del “poder constituyente”, Petro pretende convocar a estudiantes, trabajadores, a través de supuestas asambleas de barrio, juntas de acción comunal y de cabildos, que le aprueben los proyectos que el Congreso ha rechazado y no ha apoyado, o sea, pretende instalar un “Congreso del pueblo” paralelo al Congreso que estipula nuestra Constitución. Más de acuerdo no puedo estar con María Isabel Rueda. Pretende la transformación y el cambio de modelo económico del país, agarrando a pupitrazo limpio las normas y leyes que nos rigen. Cabe recordar que los famosos cabildos, juntas de acción comunal y la mayoría de las universidades públicas en que hay milicias urbanas, son controladas por grupos narcoterroristas como Farc y ELN. La primera línea es un ejemplo de ello.
Genera también mucha suspicacia la reaparición del narcoterrorista Iván Márquez, que ahora pretende dizque volverse a desmovilizar. ¿Cuántas veces pretende reinsertarse a la vida civil este bandido que hoy goza de impunidad y vive muy relajado en Venezuela gracias a la protección del narcorrégimen de Maduro? Esta pantomima llamada “proceso de paz con la Segunda Marquetalia” la van a emplear para deslegitimar el nefasto acuerdo de paz de Santos para meter un ‘orangután’ para la constituyente chavista que están orquestando. Por eso, Petro no los está cumpliendo.
En julio de este año comienzan las supuestas negociaciones en Venezuela –una semana antes de las elecciones de ese país y cerca del día que supuestamente Petro pretende armar un Congreso paralelo al legítimo para dar el golpe, con Cuba, Venezuela y Noruega (que no sé qué pitos toca aquí) de garantes de las negociaciones. ¡Hágame el favor!
Por otra parte, recuerden el video de la reaparición del bandido Márquez hace más de tres semanas en el que incita a una asonada invitando a volcarse a las calles con el argumento de ponerse en la “primera línea del cambio” para lograr las reformas políticas y argumenta que soplan vientos constituyentes, brindando así su apoyo incondicional a lo que pretende el inquilino de la Casa de Nariño. ¿Es esto un llamado a las milicias para que se alisten al llamado del presidente que nunca se ha marginado de la vida guerrillera?
Aquí lo único que estos personajes que llevan más de 40 años apoyando grupos al margen de la ley y viviendo de la teta del Estado, es respetar y cumplir con la Constitución. No traten de manosearla. Ahora pretenden cambiar las reglas de juego para sucumbir a Colombia en una dictadura comunista tratando de hacer una leguleyada para atornillar al exguerrillero en el poder y quitarles el derecho a los colombianos de salir a las urnas para escoger quién quiere que gobierne su país.
Ñapa: la que pretende ser presidente de Colombia, Claudia López, con la bendición de Petro, bajo un guiño que le hizo a la nueva presidente de México, Claudia Sheinbaum, seguramente comenzó a soñar con un día llegar a la Casa de Nariño para continuar con el modelo fracasado de la izquierda radical. Con lo que no cuenta la señora López es con que suenan trompetas que despiertan temor a muchos en el círculo petrista y de muchos colegas periodistas. Una voz contundente que los tiene en calzas prietas por su compromiso real por el retorno de la verdadera democracia a nuestro país.