Alejandra Carvajal Reyes Columna Semana

Opinión

Uribe nunca JAMÁS ordenó los falsos positivos

Este es un llamado, una alarma importante para los jueces de la República que piensen que esto es un juego.

2 de noviembre de 2022

Gilberto Tobón Sanín siempre ha sido uno de los principales detractores de Uribe. Así y todo, en recientes declaraciones manifestó qué Uribe no había ordenado los falsos positivos. De manera precisa dijo que “Él no ordenó los falsos positivos, fueron los militares, que son educados para matar gente, los que en su afán (dijeron) hay que hacer algo y se pusieron a hacer eso. Uribe no hizo eso, yo lo defiendo desde aquí, así me caigan encima rayos y centellas, pero su gerencia al menudeo facilitó eso”.

Muchos dicen qué en su afán de ser alcalde de Medellín, el señor Tobón Sanín hizo estas afirmaciones sobre Uribe, que a muchos tomó por sorpresa dada su postura ideológica. Es grato ver como personas que pertenecen a la izquierda radical reconocen en su discurso, que Alvaro Uribe no es el autor de uno de los episodios más dolorosos para todos los colombianos, el de los falsos positivos. Es grato además porque es la verdad total.

Y es que antes de hablar de “Paz Total”, tenemos que hablar de verdades totales, y esta es una de ellas. Durante la campaña electoral se hizo una infografía contundente que tenía por objetivo multiplicar el mensaje alusivo a que Uribe era un asesino y por ende responsable de la muerte de 6402 personas por cuenta de los falsos positivos.

Aun hoy la Primera Línea sale con orgullo a las calles con pancartas y banderas que tienen como protagonista el número 6402. Este tipo de propaganda, hasta ahora más que reflejar una triste realidad, se ha convertido en un incentivo para que otros jóvenes tachen a Uribe de asesino y a los uribistas de matones, lo cual válida que sea sujeta a cualquier tipo de vejámenes.

Para no ir muy lejos, este tipo de discurso es el que alentó a jóvenes como “Alias 19″, recientemente condenado por articular el grupo llamado “Resistencia Portal Américas”, a torturar, maltratar, hurtar y herir a personas que le parecían eran sospechosas de ser miembros de la Policía. A un transeúnte incluso llegaron a rociarle gasolina por todo el cuerpo, para luego amenazar con quemarlo hasta morir.

El 6402 les da incluso a miembros de la Primera Línea licencia para amenazar jueces de la República, como el que condeno a “Alias 19″ y en plena audiencia este le dijo “nos vemos en las calles”.

Esta frase “nos vemos en las calles”, no es otra cosa que el sentir de un preso que sabe que detrás suyo tiene a un Presidente que le prometió libertad, y que le dará licencia para cometer cualquier delito que haga parte de la narrativa del “6402″. Pareciera irreal, pero es cierto, los delincuentes desafían a los jueces porque sienten que su protector, su mesías, jamás permitirá que sean enjuiciados.

Además, si matan a un juez es solo UNO, que frente a los 6042 falsos positivos no es nada, entonces, creen que estará bien. Ese es el tipo de narrativa que maneja la Primera Línea, fomentada por el respaldo que ha tenido del Presidente.

Antes de que empiecen a matar jueces, como en las peores épocas del narcotráfico y Pablo Escobar ponía precio a sus cabezas, se espera que el gobierno nacional rectifique y desista de su promesa de indultar a la Primera Línea. Ya fue suficiente el espectáculo que dio el viceministro del Interior en días pasados, cuando poco le faltó para arrodillarse y pedirles perdón a los capturados que participaron hace poco en desórdenes, justo en el Portal Américas, donde “Alias 19″, lideraba una peligrosa célula urbana de un grupo al margen de la ley, llamado Primera Línea.

Este mismo grupo por el que Gustavo Bolívar hacía vakis, recolectando dinero para fortalecer a personas como “Alias 19″, con el fin de doblegar a un país a costa de lo que fuera. Por lo menos eso es lo que se percibe. Ahora, desde el gobierno, no pretenden hacer “vakis”, ya que quieren que con nuestros impuestos financiemos a la Primera Línea, un subsidio de 800 mil pesos para jóvenes que delincan, torturen, y si es el caso maten a todo aquel que se oponga a aquel que le da el subsidio. En Venezuela los llaman colectivos chavistas.

Este es un llamado, una alarma importante para los jueces de la República que piensen que esto es un juego. La Rama Judicial debería pronunciarse en contra de las amenazas que recibió este juez. Hasta el momento no se ha emitido ningún comunicado. Deberían hacerlo pronto, porque de lo contrario el siguiente puede ser cualquiera de ellos.

Enhorabuena por el señor Tobón Sanín, a quien no conocía más allá de unos tuits, por este pronunciamiento, tan oportuno por el bien de nuestra democracia. Decirle también que muchos colombianos lo acompañan en su apreciación sobre Iván Cepeda, al invitarlo a que fuera al psicoanalista, pues lo suyo con Uribe va más allá de una terrible obsesión.

También quiero decirle al señor Tobón Sanín que no comparto su opinión sobre los militares al decir que son educados para matar gente. Los militares son formados para defender a sus compatriotas, en especial a los más débiles. Los que atentan contra este principio son un grupo minúsculo sobre el que debe caer todo el peso de la ley, e incluso más.

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