OPINIÓN
Venezuela y Guyana ante la corte
Se inicia la parte final de un proceso ante la Corte Internacional de Justicia en el que puede hundir para siempre la pretensión venezolana sobre el Territorio Esequibo.
La Corte Internacional de Justicia ha convocado a Venezuela y a Guyana el próximo 30 de junio a audiencias públicas virtuales, en el caso de la pretensión venezolana sobre la nulidad del laudo arbitral de 1899, que estableció la frontera entre los dos países.
No obstante ser Venezuela la que aspira a derogar el laudo y aumentar su territorio, se ha negado reiteradamente a acudir a un arbitraje internacional. La única explicación, es que presume que un fallo le sería adverso. La misma conducta y por idéntica razón ha seguido respecto a la delimitación marítima con Colombia en el Golfo de Venezuela.
En 1899 un tribunal arbitral escogido por Venezuela y el Reino Unido, profirió un fallo estableciendo la frontera terrestre entre Venezuela y la Guayana Británica, que pocos meses más tarde accedería a la independencia con el nombre de Guyana. Venezuela 63 años después, desconoció la frontera establecida aduciendo que la sentencia era “nula e inválida”.
En 1966, pocas semanas antes de la independencia de la Guayana, se concertó un acuerdo entre Venezuela y el Reino Unido mediante el cual se sometía el diferendo a un procedimiento de negociación directa, con una cláusula según la cual, a falta de acuerdo, el Secretario General de Naciones Unidas decidiría el procedimiento de solución pacífica para resolver la controversia que heredaría Guyana. Al Secretario General se le pidió posteriormente que actuara como mediador.
El 30 de enero de 2018, después de décadas de infructuosos esfuerzos para propiciar un acuerdo, el Secretario General de Naciones Unidas, de conformidad con lo establecido en el acuerdo y ante la sorpresa de Venezuela, puso la controversia a consideración de la Corte Internacional de Justicia. Guyana manifestó su disposición de someterse a la Corte, no así Venezuela que notificó que su país no participaría en el proceso.
La Corte señaló que, existiendo una diferencia sobre su competencia, esta debía ser resuelta previamente. Sin embargo, como Venezuela no manifestó que objetaría la competencia mediante excepciones preliminares, la Corte se limitó a fijar fechas para la presentación de los alegatos sobre el fondo, dejando abierta la puerta para que formulara las excepciones.
Venezuela ha reiterado que no comparecerá ante la Corte. Pero además sus fuerzas armadas se han pronunciado formalmente exigiendo que no se acuda a las audiencias. Por lo tanto, será muy difícil que Maduro lo haga, aún para anunciar que presentará excepciones preliminares
Ante la ausencia de Venezuela, Guyana podrá pedir a la Corte que falle a su favor. Eso podría conducir a que el alto tribunal resuelva, que el territorio que Venezuela denomina “en reclamación” -las dos terceras partes de Guyana- que por muchos años ha sido una causa nacional, es de Guyana.
Algo parecido a lo que le sucedió a Daniel Ortega cuando la Corte Internacional de Justicia en el 2012 afirmó que el archipiélago de San Andrés y todos los cayos eran colombianos. No obstante que él mismo había declarado en 1980 que el tratado con Colombia era “nulo e inválido , que el archipiélago pertenecía a Nicaragua y que el caso era igualmente una causa nacional nicaragüense.
Maduro podría tener una compleja derrota internacional, en un asunto de alta sensibilidad en ese país. Veremos qué pasa en las audiencias del 30 de junio.
(*) Decano de la facultad de estudios internacionales, políticos y urbanos de la Universidad del Rosario