OPINIÓN
El voto útil en el centro
A poco más de una semana de la primera vuelta presidencial todo parece indicar que aquella frase de que los colombianos en primera vuelta votan con el corazón y en segunda con la razón, esta vez será errada.
Con una contienda electoral como la actual, es muy posible que los últimos 15 días de la campaña y sobre todo el día de las elecciones, definan muchas de las preferencias, es decir, mucha gente decidirá su voto, más de un 10 por ciento de los votantes escogerán ese día. Pero sobre todo, con el actual mapa electoral es muy probable que el segundo, tercero y cuarto lugar queden muy cerca, con diferencias pequeñas. Todo dependerá del voto útil.
Tal vez uno de los casos más complicados se encuentra en el centro del espectro político, donde están Humberto de la Calle y Sergio Fajardo. La conclusión es muy sencilla: si los votantes de Humberto de la Calle se escurren, los últimos días antes de elecciones, hacia Sergio Fajardo, es muy probable que Fajardo logre pasar a segunda vuelta. De no ser así, lo más probable es que pase Petro y el país se defina entre los dos extremos del espectro político (Duque o Petro), o que en medio de la disputa entre Fajardo y Petro por el segundo puesto se cuele Vargas Lleras, y así la disputa en segunda vuelta sea entre las dos derechas.
Los votantes de centro, en su mayoría son de opinión, se ubican en las grandes ciudades y en general ambos candidatos tienen aparatos políticos débiles. Fajardo es un candidato que ha logrado despertar una ola verde en la juventud, su estrategia de recorrer 100 universidades dio frutos importantes, además es un candidato que no polariza, del cual nadie desconfía y por el contrario su experiencia en la Alcaldía de Medellín y la Gobernación de Antioquia le da tranquilidad a sus votantes de que el país será bien gobernado. Es un candidato preparado y ha demostrado seriedad cuando ha gobernado. En las últimas encuestas Fajardo viene subiendo, en algunas encuestas tres, en otras, cuatro puntos.
Humberto de la Calle es tal vez uno de los últimos estadistas que le quedan a Colombia, o al menos, el más lúcido desde López Michelsen. A pesar de venir del viejo establecimiento se ha renovado políticamente y ha creado un grupo importante de seguidores a partir de una ideología liberal reformista, sus posiciones sobre minorías sexuales, la dosis mínima y el tema de impuestos lo hacen ver como uno de los políticos más de avanzada en el país. Además, Colombia le debe la negociación de paz de La Habana. Seguramente en algunos años, cuando pase la polarización y el país abra los ojos, Humberto de la Calle pasará a la historia como uno de los ciudadanos colombianos más grandes de del siglo XXI. Pero su candidatura es inviable, apenas llega a 3 o máximo 5 puntos en las encuestas electorales, mientras que Fajardo está entre los 14 y 17 puntos en las preferencias.
Así las cosas, de una forma racional, aquellos colombianos que no quieren vivir entre extremos, que no quieren el pasado corrupto y mafioso, pero tampoco las innovaciones políticas arriesgadas, tendrán que definir el día de las elecciones si se inmolan con su candidato del corazón o dan un voto útil para impulsar el candidato del centro, es decir, Fajardo, y votar con la razón y no con el corazón.
Algo parecido a lo que pasó en Medellín en el año 2015, en ese momento, la última semana previo a las elecciones, los votantes de Alonso Salazar se deslizaron hacia Federico Gutiérrez para evitar que ganara Juan Carlos Vélez. Este último lideraba las encuestas con cerca de 10 puntos de ventaja sobre Federico, al final, luego del voto útil, Federico Gutiérrez se impuso y hoy es alcalde.
Ahora bien, esto también dependerá de la lluvia de encuestas que saldrán en las próximas horas, allí se determinará si Fajardo siguió creciendo o ya se detuvo, y se mirará qué tan cerca está el segundo lugar. Eso determinará ese voto útil.