OPINIÓN

¿Y si cambiamos el modelo de desarrollo económico?

El Chocó requiere un plan ambicioso y con un seguimiento riguroso a través de una secretaría técnica de alto nivel académico, conformada principalmente por profesionales chocoanos que se hayan formado en las mejores universidades del país y del mundo, aprendamos de Casa Grande Caribe.

2 de diciembre de 2020

Sin duda 2020 ha sido un año difícil para todos. En el caso del Chocó, no solo la pandemia de covid -19 ha causado la mayor problemática social y económica. La grave situación de orden público, sumado a la ola invernal que volvió a ocasionar inundaciones en varios municipios y como si fuera poco, la madrugada del 29 de noviembre se incineraron alrededor de 90 viviendas en el municipio de Riosucio a causa de un incendio. Estos hechos dejaron varios muertos y pérdidas materiales.

Estos fenómenos profundizan las brechas del Chocó, considerando que los indicadores socioeconómicos no han mostrado una mejoría significativa. Por ejemplo: Según datos del Dane en 2019, el Chocó fue el tercer departamento con menor PIB per cápita y uno de los que menos aportó al PIB del país. Sobre la medida del PIB, podemos discutir entre otras cosas, que no contabiliza los beneficios ambientales y de conservación de la biodiversidad que genera el Chocó. Sin embargo, indicadores como desempleo, pobreza extrema, necesidades básicas insatisfechas, entre otros, ubican al Chocó en los últimos lugares. Las transferencias monetarias por parte del Estado siguen siendo la principal fuente de ingresos para el departamento.

El Chocó lleva toda su existencia apostándole a la economía extractiva. La minería de oro y deforestación han dejado externalidades negativas para el territorio y riqueza para los foráneos que extraen dicha materia prima. La agricultura, ganadería y pesca, principalmente destinadas para el autoconsumo. Con la mayoría de los municipios del Chocó en déficit fiscal, la generación de recursos propios debe ser uno de los caminos para salir de esta profunda crisis. Pero para ello, primo hay que invertir.

¿Y si cambiamos el modelo de desarrollo económico?: No hablo de cambiar el modelo de desarrollo para sobrevivir, o para reducir marginalmente la pobreza ¡No! Me refiero a generar cambios de fondo, para que la población cuente con servicios de salud, empleo, seguridad y otros bienes públicos de calidad. Los gobernantes locales deberían diseñar y poner en marcha políticas públicas de largo plazo. No únicamente durante los cuatro años del periodo de gobierno, hablo de un horizonte mínimo de 40 años, con un objetivo común: Transformar al Chocó.

Las vías y otros proyectos de infraestructura son necesarios para generar competitividad. No estoy proponiendo a acabar con la selva, ¡NO! tampoco hablo de generar infraestructura convencional. Me refiero a que hay que aprender de experiencias de otras regiones del mundo, con características ambientales parecidas a las nuestras, para diseñar e implementar proyectos de infraestructura amigables con el medio ambiente.

La biodiversidad no puede seguir siendo concebida como la piedra en el zapato del desarrollo. El mayor activo del Chocó es la biodiversidad, por lo que se debe pensar en un modelo de desarrollo económico en torno a ella.

Pensemos en un desarrollo sostenible alrededor de los siguientes sectores: i) Educación de calidad: Además de los programas académicos ya existentes, se requiere formar capital humano bilingüe, con habilidades para diseño de software, programación, inteligencia artificial; prepararnos para la revolución 4.0. Que un programador en un barrio de Quibdó pueda trabajar para una firma nacional o internacional, como se ha implementado en la India. Entendiendo que existen retos importantes en materia de conectividad a internet. ii) Emprendimientos locales: usar la base natural para elaborar productos farmacéuticos, cosméticos y alimenticios (agro con valor agregado).

iii) Hidroeléctricas pequeñas que utilicen el caudal de los ríos como mecanismo para generar energía eléctrica, para garantizar el suministro local y venta de los excedentes. iv) Turismo de naturaleza: que los consejos comunitarios y resguardos indígenas sean socios integrales de los proyectos y que reciban dividendos, la conservación cuesta. Por último, V) comercio internacional: pero diseñado en función de las características del territorio (no como el puerto de Tribugá). Que permita comercializar al mercado asiático la producción local. Debemos apostarle a generar encadenamiento productivo en cada uno de estos sectores, para crear empleos de calidad y que los municipios recauden impuestos derivados de la actividad económica de las firmas que operen en el territorio.

El Chocó requiere un plan ambicioso y con un seguimiento riguroso a través de una secretaría técnica de alto nivel académico, conformada principalmente por profesionales chocoanos que se hayan formado en las mejores universidades del país y del mundo, aprendamos de Casa Grande Caribe. Para transformar al Chocó, se requiere de voluntad política por parte del Gobierno Nacional, los gobernantes locales y de la ciudadanía en general.

Noticias Destacadas