La tercera vía no es Santos
De tanto repetir el presidente Juan Manuel Santos que en materia de intervención económica, él prefiere “el mercado hasta donde sea posible, y el Estado hasta donde sea necesario”, terminó por invocar la tercera vía, que no es precisamente una salida para la economía como él mismo lo planteó en un libro que se lleva ese nombre, sino una tercera vía política que lo puede mover del cargo.
El primer mandatario colombiano que es economista y tiene una probable proyección de estadista, no se cansa de repetirlo, a cuanto foro asiste y a cuanta entrevista de economía concede: “tercera vía, tercera vía y tercera vía”. Como lo reza la biblia: “las palabras tienen poder”, y terminaron por convertirse en una realidad que lidera su antiguo jefe y antecesor Álvaro Uribe, quien le anda buscando reemplazo.
Como Uribe no puede ser otra vez presidente, ni quiere que Santos repita, ha optado por una tercera vía que aún no se ve con claridad quién puede ser, porque los que suenan y los que quiere el ex presidente, no truenan lo suficiente.
Uribe también ha optado por la tercera vía, pero no la económica, - él de eso sabe, pero no tanto como Santos- sino por la tercera vía política. Ya no es derecha, nunca ha sido de izquierda, ahora es del centro – del Puro Centro Democrático - y el candidato que busca es de ese centro, es decir de la tercera vía.
Lo que busca Uribe es que el candidato sea parecido a Santos, que le guste la tercera vía – esa si económica - , que tenga una impecable estrategia en medios y se deje mandar. Esas características tenía el Santos en el que Uribe creyó en las elecciones presidenciales pasadas, pero nunca contó con que el ministro fiel era más astuto que él, y además de tener plan B siempre tiene un plan C.
Pero el candidato que Uribe quiere también tiene que parecerse a él, debe tener mano dura, ser microgerente, regionalista y madrugador. Quiere una mezcla Santos – Uribe.
Santos no es la tercera vía para Uribe, pero en el fondo quiere un candidato muy parecido, que no parezca dócil, sino que lo sea. Lo que no sabe el ex presidente que parece tan curtido en las lides de la politiquería, es que el poder es ingrato y desmemoriado.
Sea cual sea el nuevo presidente, optará por la tercera vía, porque ese es el disfraz de moda en la economía y la política, sino pregúntele al vicepresidente Angelino Garzón.