GUILLERMO VALENCIA
Las 3 grandes oportunidades del siglo XXI
Construir nuestro futuro entendiendo las reglas de la nueva configuración mundial es una oportunidad sin precedentes para la creación de riqueza y generación de bienestar social.
Las diferentes cadenas de información a la cual accedemos vía medios de comunicación masivos o alternativos en sus distintos dispositivos nos hacen sentir a veces como si viviéramos dentro del libreto de una serie de Netflix. Y no es para menos, el mundo está en el zenit de la creación destructiva. ¡La globalización se está reconfigurando!
“Hay algo que ha de ser aprendido de una lluvia de tormenta. Cuando uno queda bajo una lluvia súbita, se intenta no mojar y corre rápidamente al lado del sendero. Pero aún cuando uno hace esto y pasa bajo las cornisas de las casas, uno se sigue mojando.
Cuando uno está centrado y decidido desde el inicio, no quedará perplejo, aún cuando igual se siga mojando.
Comprender esto aplica a todas las cosas y eventos”.
Yamamoto Tsunemoto. Hagakure (En la sombra del follaje)
Nuestra intención en este artículo es empoderar a nuestros lectores con una brújula que les permita entender los nuevos polos magnéticos que se despliegan hoy. Lo que puede, en cortas, afectar su trayectoria de viaje hacia un futuro revolucionando y vibrante.
De esa manera esto va dirigido a tomadores de riesgo, emprendedores, empresarios, educadores, creadores de políticas y artistas.
Y hacemos esto porque confiamos en el talento humano que ha perfeccionado su poder de ejecución después de 20 años de tendencia a capacitarse fuera de sus países de origen (en un volumen sin precedentes). Esos latinos del siglo XXI que tienen relaciones profesionales y personales combinando la cultura de más de 20 países diferentes. Estos latinos del siglo XXI que entienden la importancia de la tecnología y su poder catalizador del desarrollo humano.
Vemos el clima propicio para que se pueda exigir que se cristalice adecuadamente tanto legislación como implementación de dinámicas económicas que nos permitan recuperar en tiempo corto lo que se ha desperdiciado por polarización política de una era pre-internet. Para generar un cambio estructural que corte con la historia pasada de atraso productivo y tensión social. Uno en el que hablar de un conjunto de países no implique una afiliación política solo disruptiva o de maquillaje, sino interdependiente.
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A Latinoamérica no la cambian ni sincronizan solo los políticos: la cambiamos las distintas clases sociales creando vasos comunicantes que permitan igualar los privilegios a los que tengamos acceso, y con ello disminuir el esfuerzo necesario para ser prósperos.
Así, si queremos ser protagonistas del siglo XXI debemos cambiar nuestra interacción tímida y periférica con el capitalismo.
Latinoamérica solo ha interactuado con el capitalismo por medio de exportación de materias primas y el consumo de bienes con valor agregado, y así está siendo vista por parte gruesa de la dirigencia actual como el único presente y futuro posibles. Por más de un siglo hemos desaprovechado la mayor virtud del capitalismo que es la creación de valor, la libertad para crear un nuevo juego en distintas áreas interrelacionadas de la productividad.
Con esto ya delineado, pasamos a indicarle a nuestros lectores los 3 conflictos que pueden magnetizar las mayores oportunidades del siglo XXI.
Millennials Vs Baby Boomers
Generacional, y no definido sólo por un afán de marketing, es el primer polo de tensión.
El conflicto cultural empieza en una pequeña isla donde el ciclo de reproducción ha sido mermado por numerosas dinámicas. Sí, el “Milagro del Pacífico” ha envejecido y este fenómeno no pertenece solo a Japón, ya que las pirámides demográficas de China, Surcorea y otros tigres asiáticos muestran una alta concentración de la población entre los 60 a 80 años.
El contraste está en India, el mundo Islámico (que incluye algunos países asiáticos a tomar en cuenta) y Latinoamérica entera, donde la mayoría de la población está entre los 15-38 años y como tal consume y propone.
La gráfica 1 muestra la pirámide demográfica de India (izq) comparada con la de Japón.
Esto tiene implicaciones enormes porque indica que demográficamente en el siglo XXI los efectos mercantiles de la globalización se van a trasladar del Océano Pacífico al Índico.
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Lo nuevo y lo viejo se están enfrentando y pueden crear una gran tensión geopolítica en el Pacífico entre China y Japón. China ya no va a ser la fábrica del mundo, su modelo basado en la exportaciones, se va a transformar en un modelo de crecimiento económico basado en el consumo interno.
La automatización y su efecto en tiempo real: máquina versus empleo humano
Este problema demográfico nos lleva a un segundo tema: la población vieja concibe válida la intervención cada vez mayor de los robots. ¿Cuál es la tendencia?
-Japón: 300 Robots/10.000 trabajadores
-Corea del Sur: 350 Robots/10.000 trabajadores
-Alemania: 270 Robots/10.000 trabajadores
-Estados Unidos de Norteamérica: 150 Robots/10.000 trabajadores
-China: 30 Robots/10.000 trabajadores
Son datos de máquinas existentes ya al 2017 y activas.
Dichos robots van a competir con la mano de obra no calificada en la generación de valor agregado. Se desee o no.
El hecho de que el costo de un bien manufacturado en China tenga el mismo precio de un bien manufacturado por mano de obra automatizada implica un cambio estructural en todo el sistema de producción global.
Así, la dinámica donde la producción mundial se realizaba en Asia, México y demás países con mano de obra barata pierde sentido e insistir en ello pasará una factura además ecológica que retrasará el flujo de capital en distintos países.
Los centros de producción se van a concentrar en los lugares con mayor capacidad instalada de mano de obra automatizada, que esté alfabetizada en el lenguaje cibernético y sea capaz de proponer aparte de consumir.
¿Son nuestros gobernantes conscientes de que estamos ad portas de una cuarta revolución industrial? ¿Estámos listos para entender a la máquina como el complemento del desarrollo humano y para ofrecer productos y servicios donde la interacción hombre máquina está en el centro?
Globalistas Vs Proteccionistas y Globalistas del siglo XX
La hegemonía de EUA después de la Guerra Fría creó una etapa de progreso y cambio demográfico pero al mismo tiempo una hiperconcentración de riqueza en Wall Street y Silicon Valley. Al mismo tiempo también creó una gran divergencia económica entre los países de la Unión Europea y Alemania.
Esta divergencia al no ser tomada en cuenta creó fenómenos populistas de proteccionismo como el Brexit en UK y Donald Trump en EUA. Desde nuestra óptica el país más vulnerable a una nueva escala populista en Europa es Italia.
Los populistas toman ventaja del miedo al Islam, la necesidad de evadir control fiscal de parte de alianzas entre algunos empresarios y políticos, junto con la inequidad que ha generado la globalización.
Mas no son las únicas influencias de poder.
Con un acercamiento más horizontal -y tomando en cuenta la apuesta de Macron de ser el receptor mundial de la nueva ola de científicos interesados en solucionar en sus propios países los desafíos medioambientales de producción energética y de contaminación-, los valores más benéficos de la globalización y la coordinación aún viven tanto en Francia, Alemania, así como se desarrollan en China.
Visualizamos entonces que una segunda fase de la globalización, la de la alternatividad de poder, va a desplegarse. Dejando ya la fase de experimentación pura para pasar a la implementación.
Desde Macrowise sugerimos estudiar el rápido proceso de transformación de infraestructura tanto en transporte como en salud en la península Índica. La nueva ruta de la seda y el gran gasto fiscal del reino Saudí alrededor del Índico, junto con su demografía vibrante, van a crear las mejores oportunidades de inversión y desarrollo en el universo de los países emergentes.
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Es imperativo revisar las actuales relaciones con el Índico, para mirar qué tipo de respuestas podemos sincronizar en nuestros desafíos locales y evitar desperdiciar tanto tiempo como recursos en transformaciones sin contexto global.
Construir nuestro futuro entendiendo las reglas de la nueva configuración mundial es una oportunidad sin precedentes para la creación de riqueza y generación de bienestar social.