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Aprenda a gestionar la resistencia frente al cambio
Una consecuencia natural del cambio es la resistencia. Esta no puede evitarse, pero sí se puede gestionar. Encuentre aquí algunos consejos para lograrlo con éxito.
Nuevos proyectos implican cambios, que ineludiblemente traen resistencia. Aquí el problema no es que se presenten estas resistencias, sino que no sepamos manejarlas, pues entre más se agudizan, más se retrasan los objetivos, se pierde dinero y se corre el riesgo de perder a las personas talentosas; pues en últimas, los que se van son los que tienen la certeza de que pueden encontrar algo bueno. Pero los que se quedan son, por lo general, los del montón. Para que esto no suceda, se debe hacer una buena gestión del cambio que cuenten con un plan de gestión de la resistencia. A continuación algunos consejos para tener en cuenta:
- Antes de implementar el cambio, anticipe las áreas de resistencia: entender el entorno es vital para tener éxito en los procesos de implementación. Por eso, es importante tomarse un tiempo para analizar qué tan preparadas están las personas para asumir el cambio, cuáles podrían ser sus principales razones de resistencia y qué tanto conocen sobre el cambio. De esta manera se pueden diseñar planes para adelantarse a las situaciones difíciles. Tenga en cuenta, además, las historias pasadas de cambio, pues si en el pasado el cambio llevo a situaciones que generaron temor, despidos o alto desconocimiento; la resistencia puede anticiparse incluso antes de hablar con la gente. Lo importante aquí es aprender a escuchar más allá de lo que se dice
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- Lo que parece resistencia puede ser desconocimiento: cualquier tipo de cambio genera incertidumbre por no saber a ciencia cierta qué es lo que va a pasar. Por eso, es muy importante que se dé una comunicación abierta acerca de lo que está sucediendo y que se expliquen las razones desde el punto de vista del negocio, pero también cubriendo las implicaciones individuales que esto puede tener tanto a nivel personal como profesional.
- Provea soluciones simples pero también explique las consecuencias: muestre con claridad los riesgos de no cambiar, demuestre las formas en que éste puede asumirse y cuál será el proceso para acompañar a las personas en este cambio. Sin embargo, no deje de lado las consecuencias de no cambiar tanto para el individuo como para el negocio. No se trata de meterle miedo a la gente, sino de que se tenga muy presente qué puede suceder si las cosas no pasan como se requiere.
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- Convierta a los fuertes opositores: Bien dice el dicho “si no puedes contra tu enemigo, ¡únete!”, por eso, antes que satanizar a los opositores, póngase en su lugar y busque formas de traerlos de su lado. Pues con uno solo que se convierta, todo el panorama de resistencia puede cambiar.
- Cree un sacrificio: Si cada una de las estrategias anteriores no le funciona, es tiempo de hacer sacrificios; deje ir a aquellos que realmente no contribuirán con alcanzar los objetivos propuestos: ¿Qué se requiere para que usted se vaya feliz?” Otra opción que se puede tener a la mano no es retirarlos, sino simplemente cambiar su rol o limitar su poder.
En conclusión, diferentes tipos de resistencia requieren diferentes tipos de estrategia. Lo importante es implementarlas a tiempo a modo de contener la crisis por miedo o desconocimiento.