MIGUEL ÁNGEL HERRERA
La covid-19 es de izquierda
Para los gobiernos de derecha, la covid-19 es más que un adversario sanitario.
Es el mayor reto político que jamás sus líderes imaginaron porque presiona su pensamiento y actuación socioeconómica hacia la izquierda, transformando la identidad de los líderes y de los partidos, como le está sucediendo al presidente Duque y al Centro Democrático.
Los principios políticos que más han criticado las corrientes de derecha, como el excesivo intervencionismo del Estado (versus el libre mercado) y una economía basada en la solidaridad (versus la competitividad), están dominando las decisiones de algunos gobiernos de derecha como el nuestro, por causa de la pandemia.
Millones de colombianos que solamente habían presenciado gobiernos de tendencia económica neoliberal en los últimos 30 años, y de oídas supieron del socialismo económico de otros países, por estos días han podido sentir -al menos en promesas- a un Estado “papá”, benefactor, que parece más grande de lo que creíamos.
El Programa Ingreso Solidario (Subsidio de $160.000 para familias vulnerables que no reciben Devolución del IVA), la devolución del IVA, el Giro adicional para Familias en Acción, Jóvenes en Acción y Colombia Mayor; el Programa de Apoyo al Cesante, la reconexión gratuita de los Servicios Públicos Domiciliarios y el Programa de Apoyo para reintegrados, son apenas algunas de las iniciativas de corte socialista de los últimos 40 días de nuestro gobierno de derecha.
Habla bien del Gobierno nacional que haya suspendido su agenda ideológica para atender la pandemia, pero habrá consecuencias políticas posiblemente injustas. (¡La justicia es una aspiración perenne en política!). En primer lugar, se impondrá aun más el sentimiento ciudadano –por encima de la reflexión de todos los actores de la sociedad- como el factor determinante de las decisiones políticas. En segundo lugar, a Duque le tocará aguantar una gran presión por mantener una agenda económica asistencialista en lo que queda de su mandato. Será muy difícil eliminar la cultura del subsidio y -más allá de eso- se podría instalar la cultura del no pago de las obligaciones. Y por último, el Gobierno tendrá que lidiar con una oposición política feroz, que trabajará para impedir la desaparición del plan benefactor creado.
Estaremos ante lo inimaginable: el Gobierno del Centro Democrático operando con pensamiento de izquierda (o centro-izquierda, si queremos ser moderados en la apreciación), dejando en jaque mate a los aspirantes de derecha a ocupar la Presidencia de la República en el 2022 porque será muy impopular el desmonte del pensamiento político covid y será políticamente muy redituable prometer su continuidad. Es decir, el covid dejará un escenario electoralmente muy favorable para los partidos de izquierda. ¿Será que Claudia lo sospecha?
El nuevo modelo económico que está dejando la pandemia vigoriza la visión ideológica de la izquierda. La contracción del intercambio global, la mayor inequidad que habrá en el comercio internacional y el proteccionismo económico por el que optarán las grandes potencias del mundo, justificarán políticas socio-económicas nacionalistas enfocadas en la autosuficiencia a cualquier costo, la protección de la inversión nacional, la priorización del empleo local y la protección de la producción colombiana.
Además, para completar, la corrupción podría manchar la gestión de la derecha en la emergencia de COVID, aunque su impacto sea “ínfimo”, como dijo el honorable senador Rodrigo Lara. Los escándalos nacionales que comprometan el buen uso de los recursos para la pandemia, así como los resultados de las polémicas posiciones y decisiones de Bolsonaro en Brasil, Piñera en Chile y Trump en Estados Unidos, serán determinantes para la evaluación de la gestión de las políticas de derecha de cara a nuestras elecciones de 2022.
El as bajo la manga que le queda al Gobierno es, paradójicamente, el mismo covid que pareciera beneficiar a la izquierda. Duque y su equipo apostarán por quedarse con la medalla de oro en Latinoamérica por los mejores indicadores sanitarios. Si no lo logran, el partido de Gobierno volverá a la oposición.
El escenario, así las cosas, es desafiante también para los sectores productivos del país. Entrar en el rifirrafe que se avecina entre el Gobierno nacional y su oposición, no parece aconsejable. ¿Presionar para liberar los mercados o alimentar la cultura del subsidio?... Parece que se acerca la hora de que gremios y empresas trabajen con todas las fuerzas políticas, oficialistas y no oficialistas, para ayudar a construir la mejor visión política posible de cara al 2022. Sin tomar partido.