PABLO LODOÑO
La muerte del capitalismo salvaje
El 13 de deptiembre de 1970, en un artículo considerado histórico publicado en 'The New York Times', Milton Friedman, el premio nobel, padre del Neoliberalismo y de la llamada Escuela de Chicago, planteó lo que sería el mantra del sistema capitalista del futuro.
En términos simples, la suya, que se ha conocido posteriormente como “La doctrina Friedman”, planteó que la responsabilidad social de las empresas es, sencillamente, incrementar sus beneficios. En otros términos simplificó el trabajo y la función de las empresas a generar valor a sus accionistas: nada más.
Este dictamen, porque así se entendió, determinó en gran parte el discurso y la formación académica de las instituciones de élite, y se trasladó como obsesión al mundo corporativo que en pos de generar valor a los accionistas, a veces por encima de todo, relativizaron la ética (la reescribieron dirían algunos), porque todo los demás, es decir, el valor a trabajadores, proveedores, consumidores o a la sociedad en su conjunto, quedaba supeditado, subordinado para ser más exactos, a la rentabilidad creada a los socios.
El pasado 19 de agosto, el Business Roundtable, la asociación de lobby empresarial más importante de los Estados Unidos, compuesta por 181 CEO de las empresas más grandes del vecino del norte (que representan 30 % de la capitalización total del mercado), dieron un viraje que pareciera fundamental, frente a la misión del mundo empresarial.
En su más reciente declaración de principios (su nueva misión), este grupo, a cuya mesa se sientan personajes tan influyentes como Bezos de Amazon, Cook de Apple y Barra de General Motors, ponen en pie de igualdad, por primera vez desde su creación (casi a la par del artículo de Friedman), los intereses de los famosos “Stakeholders” (es decir de trabajadores, proveedores, consumidores y sociedad) que los de los accionistas.
“Declaración sobre el propósito de una corporación"
Publicado por Business Roundtable, 19 de agosto de 2019
Los norteamericanos merecen una economía que permita a cada persona tener éxito a través del trabajo duro y la creatividad, y llevar una vida con sentido y dignidad. Creemos que el sistema de libre mercado es el mejor medio para generar buenos empleos, una economía fuerte y sostenible, innovación, un ambiente saludable y oportunidades económicas para todos.
Las empresas desempeñan un papel vital en la economía al crear empleos, fomentar la innovación y proporcionar bienes y servicios esenciales. Las empresas fabrican y venden productos de consumo; fabrican equipos y vehículos; apoyan la defensa nacional; cultivan y producen alimentos; brindan atención médica; generan y entregan energía; y ofrecen servicios financieros, de comunicaciones y de otros tipos que apuntalan el crecimiento económico.
Si bien cada una de nuestras empresas individuales cumple su propio propósito corporativo, compartimos un compromiso fundamental con todos nuestros grupos de interés. Nos comprometemos a:
– Entregar valor a nuestros clientes. Promoveremos la tradición de las empresas estadounidenses que lideran el camino para cumplir o superar las expectativas de los clientes.
– Invertir en nuestros empleados. Esto comienza con compensarlos de manera justa y proporcionarles importantes beneficios. También incluye el apoyarlos a través de capacitación y educación que ayuden a desarrollar nuevas habilidades para un mundo rápidamente cambiante. Fomentamos la diversidad, la inclusión, la dignidad y el respeto.
– Tratar de manera justa y ética a nuestros proveedores. Ser buenos socios para otras compañías, grandes y pequeñas, que nos ayudan a cumplir con nuestra misión.
– Apoyar a las comunidades en las que trabajamos. Respetar a las personas en nuestras comunidades y proteger el medio ambiente adoptando prácticas sostenibles en todos nuestros negocios.
– Generar valor a largo plazo para los accionistas. Ellos proporcionan el capital que permite a las empresas invertir, crecer e innovar. Estamos comprometidos con la transparencia y el compromiso efectivo con los accionistas.
- Cada uno de nuestros grupos de interés es esencial. Nos comprometemos a entregar valor a todos ellos, para el éxito futuro de nuestras empresas, nuestras comunidades y nuestro país.”
Ni los grandes cambios culturales, ni las grandes teorías económicas mueren con una declaración de principios, pero es sin duda un paso importante. En un mundo tan pequeño como el actual, esta declaración, dicha por quienes lo dicen, tiene un impacto relevante.
Esta demencial, arbitraria y por veces aberrante carrera por crear valor en el corto plazo, se ha llevado por delante comunidades, leyes, ecosistemas completos y lo peor, una dignidad humana relativizada en pos de la rentabilidad salvaje.
Por algo teníamos que empezar, y ahora que el Amazonas arde en llamas, no podían estos líderes estar por debajo de la historia poniendo a Friedman donde debe estar, tal vez como uno de los grande villanos de la humanidad.