JOSÉ MIGUEL SANTAMARÍA

La necesidad tiene cara de perro

Pueden pasar millones de años más de evolución y las decisiones que toman los humanos estarán basadas en dos conceptos, lo correcto y lo necesario, que generalmente están en contraposición.

José Miguel Santamaría, José Miguel Santamaría
22 de marzo de 2019

Difícilmente podemos encontrar un gobierno más pro mercado, empresa privada y emprendimiento que el que preside Iván Duque: él es un convencido de estos temas, pero desafortunadamente las medidas que le ha tocado tomar no son favorables a estos temas, es más van en contra del desarrollo empresarial y de la libre iniciativa.

El sector privado es el generador de más del 90% del empleo del país, por lo cual si se bajan los impuestos a las empresas, estas terminan generando más empleo, son mas competitivas y ayudan a generar riqueza; el problema radica en que el estado es ineficiente y derrochón y por cuenta de eso el gobierno termina pasando una ley de financiamiento para hacer todo lo contrario a lo correcto, sube impuestos para cubrir el déficit fiscal y de esa manera termina perjudicando al sector empresarial.

Algo parecido ocurre cuando se hacen nombramientos en el sector público, en vez de nombrar a la persona más idónea, o la que más conoce del tema en cuestión, se termina nombrando a lo que tienen el respaldo o pertenecen a un grupo en particular al que de lejos saben que no posee ni la mitad de los conocimientos del otro, la necesidad de obtener respaldos hace que nunca nos gobiernen los más preparados o los más idóneos.

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Es tan evidente la necesidad del ser humano a tener poder político y económico o simplemente reconocimiento que en infinidad de ocasiones aceptan cargos para lo que son conscientes que no están capacitados, no tienen el conocimiento ni la experiencia, hagan un recuento de la cantidad de entidades en las cuales se pierde el tiempo, pasan  años sin pena ni gloria, lo peor nadie se da cuenta.

Aunque en el sector público se hace mucho más frecuente este tema, el sector privado no está ajeno a lo mismo, la vida de las grandes corporaciones termina pareciéndose mucho, en estas entidades existen empleados que aprenden a sobrevivir y a tener grandes dignidades sin hacer ni saber mucho, a medida que las corporaciones crecen también lo hace la burocracia y esta está llena de estos personajes.

Otro de los aspectos que es bastante revelador e interesante es cuando se crean o contratan los equipos de trabajo, muchas veces los jefes no quieren subalternos que puedan en algún momento correrles el butaco, esto quiere decir que sea más competente que el, esa es la manera que mantener sus privilegios a costa del buen desempeño de la compañía, en fin a los mediocres les gustan lo mas mediocres.

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A nivel familiar o empresas familiares pasan cosas parecidas, aunque por lo general existe mucha armonía entre hermanos y parientes cercanos, esa necesidad de ser el más rico o el más reconocido hace que se cometan errores e injusticias que terminan acabando la armonía familiar, las compañías familiares tienen los mismos problemas de gobernabilidad que se acrecientan por los lazos de sangre.

Como vemos la tecnología evoluciona, los descubrimientos nos hacen cada día menos vulnerables, lo único que cambia poco a través del tiempo es la condición humana, “homo homini lupus” decían en latín desde tiempo inmemoriales.

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