PABLO LONDOÑO
La paradoja del permiso
“Nos medimos por todo aquello que nos sentimos capaces de hacer, mientras que los demás lo hacen por todo aquello que ya hemos hecho” -Henry Wadsworth
Muchos creen por mi oficio que soy psicólogo de profesión. La verdad es que soy abogado, aunque no le dediqué un solo minuto de mi vida profesional a su ejercicio. Trabajé de estudiante varios años como aprendiz de abogado en una prestigiosa empresa, y creo que fue precisamente esa experiencia, en donde me aburría como ostra, la que me hizo tomar la decisión, habiendo terminado mis estudios, de salir corriendo a buscar mi verdadera pasión en el mundo de los negocios.
Traigo a colación la historia, porque de un lado es muy común el haber errado nuestra vocación profesional (yo, afortunadamente me di cuenta rápido), pero de otro lado es bien difícil tratar de hacerse campo en un espacio diferente cuando no se tiene ni el conocimiento ni la experiencia.
A esta realidad se le ha llamado en el mercado la “paradoja del permiso” que no significa nada diferente que la realidad de no poder conseguir un trabajo sin la experiencia, al tiempo que no podemos conseguir la experiencia sin el trabajo.
En mi caso creo haber tenido algo de suerte: Un curso de seis meses en el Banco de Bogotá para ser gerente, y una vez terminado, la bendición de haber coincidido en el Citibank con Gloria Anne Larkin, una salvadoreña que desde la misma entrevista descubrió en mí dos cosas: que no tenía idea alguna de riesgo bancario, y que tenía unas ganas infinitas de aprender y de quedarme con el cargo. Ella se comprometió conmigo a enseñarme y la recordaré siempre como una de las mejores jefes que haya tenido.
Esa misma suerte, sin embargo, no la corren todos. Incluso aquellos que tienen definida su estructura vocacional y la validan desde la universidad con un “sobresaliente” en sus notas, muchas veces chocan con un mercado que sigue y seguirá por algún tiempo prefiriendo la experiencia sobre el potencial, y que pone todo tipo de trabas a “correr riesgos”, aunque la economía global muestre hoy claras evidencias de que de todas las competencias exigidas, la más relevante hoy, es la capacidad de aprender con agilidad.
En estadios iniciales de carrera el tema puede no ser tan dramático, al fin y al cabo salimos todos de la universidad siendo “producto en construcción”. Los reclutadores se fijan muchas veces más en el potencial en donde la actitud, el entusiasmo, las habilidades de comunicación, la ética de trabajo y la capacidad de aprendizaje pesan más que la experiencia. En estadios de madurez profesional sin embargo, el mercado es bien miope, exige casi que con exclusividad experiencia, castiga salarialmente un cambio de carrera o de función y la paradoja del permiso se convierte bien sea en un obstáculo paralizante o en una profecía autocumplida.
Si bien es más fácil vencer esta realidad siendo un profesional joven que definitivamente va a encontrar menos resistencias del mercado frente a la experiencia, los siguientes consejos pueden ser útiles no importa su nivel de madurez gerencial:
- Obtenga credenciales: Están a la mano. Con los sistemas de educación abierta, virtuales, de gran calidad y muchos de ellos gratis, no tener un conocimiento específico hoy, es simplemente una gran excusa. De acuerdo con el Wall Street Journal 15 % de los actuales programadores de Google no cuentan con título universitario y han aprendido por sí mismos sus habilidades de manera virtual.
- Dos pasos atrás: A veces hay que retroceder para coger impulso. Por supuesto el mundo ideal es el del crecimiento jerárquico y salarial, pero en la práctica, sobre todo cuando se está tratando de construir una nueva experiencia, es más inteligente aceptar un rol de menor responsabilidad y dinero que permite de un lado aprender las habilidades requeridas para crecer, y de otro el tiempo necesario para ganar experiencia en una nueva industria.
- Su tiempo es un gran activo: Si está en un proceso de búsqueda activa uno de sus grandes activos es su tiempo, que es de enorme valor para una gran cantidad de empresas en donde los recursos son limitados. Es muy inteligente ofrecer su experiencia para apoyar un proyecto puntual de alto impacto, que le permita abrirse camino internamente, mostrar sus capacidades y hacerse imprescindible. Son miles los casos de personas que entraron a través de un proyecto de consultoría y se quedaron luego como parte del equipo.
- Redefina su experiencia: Apelar a una posición específica desde el descriptivo de su último rol es limitante. Si no me cree trate de postularse en Linkedin al rol de gerente financiero cuando su último rol fue el de director financiero. Puede que en la práctica la única diferencia sea el título, pero la realidad es que el algoritmo de Linkedin lo saca a uno del mercado por errores de parametrización. Desafortunadamente es la misma forma como muchas veces opera el mercado. La forma lógica de obviar este problema es redefiniendo su experiencia a través de historias que cuenten el tipo de problemas que usted es capaz de solucionar incluso apelando a experiencias que no siempre son de tipo laboral.
El mercado va a cambiar. Vengo insistiendo en que estamos a minutos de que se llegue incluso al extremo de obviar el título universitario (ya en programación es una realidad). La paradoja del permiso seguirá siendo, sin embargo, una realidad que hay que aprender a manejar con inteligencia.