GUILLERMO VALENCIA
La ruptura de la globalización comienza en los mercados emergentes
Viven un doble ‘shock’ por cuenta de la devaluación de sus monedas y una epidemia que se extendería en el largo plazo. Mientras tanto, Trump busca una solución que contenga la caída del precio del petróleo.
Las próximas dos semanas serán críticas para los mercados emergentes. De los cuales dos países en particular enfrentan un aumento rápido y exponencial en el número de casos de covid-19. Se trata de Turquía y Brasil.
La forma en que ambos controlen la infección no solo tendrá implicaciones en las vidas de millones de personas, sino también repercusiones dramáticas en la economía. Este virus, como lo hemos contado en otras columnas, desnuda el agotamiento de la globalización y las cadenas de valor. Justamente es un modelo que los líderes populistas de todo el mundo han atacado.
En esta coyuntura, tanto Recep Tayyip Erdogan como Jair Bolsonaro enfrentan cada uno un desafío político, que se agudiza por el estado de la economía de sus respectivos países. Los ministros de finanzas y jefes de bancos centrales necesitarán aumentar déficits, niveles de deuda e imprimir dinero para superar el reto económico y social, que representa la pandemia. En esta situación no será fácil defender la moneda local frente a una devaluación, que este año ha caído con todo su peso sobre los países emergentes.
Ponderación del aumento de casos por covid-19 en Turquía. Fuente: https://covid19dashboards.com/growth-bayes/
Ponderación del aumento de casos por covid-19 en Brasil. Fuente: https://covid19dashboards.com/growth-bayes/
Erdogan, quien ha buscado que Turquía se proyecte como una potencia en la región, con influencia geopolítica en Siria, Grecia y Libia, ya aplicó medidas en todo el país frente a la covid-19. Por el contrario, Bolsonaro no solo subestima al virus, sino que lo ha usado como arma contra sus rivales. Ambos se enfrentan a la oposición, mientras ven cómo la lira turca y el real brasileño mantienen devaluaciones históricas.
Por su parte, Colombia vive la incertidumbre por definir cuánto más debe extenderse la cuarentena y cuándo se deberá reactivar la economía. Es claro que no se pueden tomar decisiones si no hay indicadores que midan su efectividad. Por ello, mantener el aislamiento es un acierto, y también lo es que el Gobierno colombiano aplique el modelo de Corea del Sur, en el que tests masivos permitieron contener el avance del virus.
Esperemos que por este camino se aplane la curva de propagación, y el sistema de salud del país pueda responder a este inmenso reto.
El nudo petrolero
Sin embargo, mientras el mundo afronta la pandemia, Donald Trump despliega su arsenal político y trata de convencer a la Opep para que pacte un nuevo acuerdo que estabilice los precios del petróleo.
Este nudo gordiano que representa el petróleo depende totalmente de factores externos. Pues, aunque la Opep a menudo invoca "estabilización de precios" como su misión, en la práctica este es un objetivo difícil de alcanzar.
El verdadero interés del cartel es dejar que el mercado pase de los mítines a las ventas masivas. Cuando los precios suben, el "monopolio" se beneficia de mayores ingresos, pero pierde participación de mercado ante su "margen competitivo" de productores de mayor costo.
Al parecer la única opción para EE.UU. será unirse al cartel, con lo cual le restará poder a Rusia y Arabia Saudita. No obstante, la guerra de precios entre estos antiguos aliados los ha dejado con todos los incentivos para negociar con Washington desde una posición débil.
Con un choque en la demanda y la oferta al mismo tiempo, una situación donde los grandes traders y los traders de petróleo no encuentran dónde almacenarlo los precios del petróleo mantendrán su descenso.
En este escenario, la presión sobre los países emergentes continuará. Estos deberán replantearse sus modelos económicos, depender menos de las virtudes de su geografía y más de la capacidad para innovar y crear soluciones a los desafíos del futuro.