ALEJANDRA CARVAJAL
No se deprima: sonríale a la vida
Una sociedad saludable necesita que todos sus miembros reconozcan que pueden florecer y volver a florecer, crecer y recuperarse y tener éxito a lo largo de sus vidas.
En un universo colmado de incertidumbre puede pasar cualquier cosa en el momento menos pensado. La certeza sobre las distintas circunstancias de la vida nos ayuda a llevarla mejor, sin embargo navegamos en medio de una espiral de incertidumbre que implica que cualquier cosa puede suceder en el instante menos esperado. Cuando se nos derrumba ese mundo lineal y confiable que hemos construido, podemos quedarnos sumidos en la desgracia, la tristeza y la desesperanza. Pero los seres humanos tenemos la capacidad de reinventarnos y sacar de las dificultades una mejor versión de nosotros mismos.
Desde que somos niños avizoramos una serie de dificultades que nos parecen insuperables, pero que realmente no lo son. Para un niño la pérdida de un año escolar puede ser el fin del mundo (creo que todos los niños en edad escolar pasamos por ese miedo), incluso la pérdida de un examen. Un ejemplo de esto es lo sucedido hace un par de semanas en el Estado de Telangana en la India donde se suicidaron 21 niños justo por eso. Uno de ellos se tiro de un tren, otra estudiante se prendió fuego. Al final, la Junta de Educación Intermedia, responsable del examen, reconoció que había un error técnico en la evaluación de las pruebas, lo que significa que los niños no perdieron el examen, sino que lo aprobaron.
Estos niños por decisión propia perdieron la oportunidad de crecer, estudiar una carrera, tener una familia, ser felices…por un examen que no valía la pena. Cuantas veces no pasamos por situaciones adversas y creemos que es el fin del mundo (la pérdida de un semestre de la universidad, la quiebra de la empresa, la infidelidad en el matrimonio, el que este se termine, que los hijos sean adictos a las drogas, que lo despidan de su trabajo, el fallecimiento de un ser querido, una enfermedad grave). Todas son opciones posibles.
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Al igual que los niños de Telangana, pasamos a lo largo de la vida por una serie de experiencias difíciles. Pensamos que es el fin del mundo… y no. El secreto de superar esto es la resiliencia, que no es otra cosa que la capacidad que tenemos de recuperarnos ante un evento traumático y que siempre, siempre es posible.
Algunos ejemplos fantásticos
En la esfera empresarial podemos encontrar varios ejemplos. Uno de los que más me gusta es el de Marvel. La empresa en 1996 se declaró en bancarrota. La industria del Comic entró en crisis lo que hizo que Marvel quebrara. La empresa se reinventó dejando de lado los comics impresos, tomándose las pantallas. El resultado no pudo ser mejor, pues su última película Avengers EndGame ha recaudado a 12 días de su estreno 2.189 millones de dólares, siendo la segunda película más taquillera en la historia de la industria del cine. Estoy segura de que muy pronto será la primera, desplazando a Avatar. Otros ejemplos de resiliencia empresarial los encontramos en empresas como Apple, Hugo Boss, Lacoste, Starbucks, General Motors, Delta Airlines, Lego, Nintendo y Converse entre otras. Hay mucha literatura sobre esto para los que quieran profundizar.
En cuanto a personas, son innumerables los casos. Un ejemplo clásico es el de Nelson Mandela (27 años en la cárcel), Stephen Hawking (a pesar de su enfermedad, aportó mas que muchos al mundo) o Malala (la joven paquistaní premio nobel de 2014, que recibió un disparo en la cabeza por defender su derecho a la educación).
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Hace poco una amiga me hablaba de un buen ejemplo, el de Immaculée Ilibagiza, una joven ruandesa sobreviviente del genocidio de 1994, en el que masacraron a su familia. Sobrevivió en condiciones extremas (encerrada por 91 días junto con 7 mujeres en un baño de menos de dos metros), llegando posteriormente a perdonar a sus victimarios. Hoy en día es una escritora y speaker reconocida en el mundo. Los que estén interesados en este link pueden ver una conferencia completa de ella, por demás inspiradora.
Con frecuencia he oído una frase muy trillada, y que me resulta sumamente aburridora: “la desgracia puede estar a la vuelta de la esquina”. Eso dicen por ahí, yo creo que los miembros del club de los deprimidos. La buena noticia es que al igual que ella, e incluso después de ella está la vida y la felicidad inherente al ser humano y que siempre nos acompaña. Yo cambiaría la frase por esta: “la felicidad, también está a la vuelta de la esquina”. Otros en la misma sintonía dicen: “la desgracia cualquier día puede tocar tu puerta”, a lo que respondo que la felicidad también.
Cada día es una oportunidad para reinventarnos. Como personas y como sociedad. El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional. Si la vida le da limones, es mejor hacer limonada y preferiblemente una muy dulce.
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