Consulta Anticorrupción: Con la mano en el bolsillo

No hay que comer cuento de sirenos que andan diciendo mentiras sobre la consulta anticorrupción porque ven amenazados sus intereses. Así de simple, la corrupción de hoy son los impuestos de mañana y de todos los días.

Los $50 billones anuales que se roban los corruptos son una factura que pagamos todos con nuestros impuestos, a la renta, el IVA, al consumo, rodamiento, predial y sobretasa a los combustibles; ninguno de nosotros se escapa de pagar la factura de la corrupción.

Esos $50 billones, que calculó la Contraloría valen más que el programa de vías 4G; más de lo que ganó Ecopetrol en los últimos 5 años; 16 veces los $3 billones que se recogerían si se extiende el IVA del 19% a la canasta familiar; y más que los $40 billones que el Estado paga en pensiones.  

Entonces lo que hay que hacer es ponernos la mano en el bolsillo para evitar que los corruptos nos sigan metiendo la de ellos. Solo hay que ir mañana y votar sí en todas las preguntas de la consulta anticorrupción para cerrar la vena rota de la que se pegan los corruptos.

También para mesurar las necesidades de gasto e inversión del Estado, que termina teniéndose que financiar con más deuda o impuestos, porque le roban tremendamente cada año.  

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Votar sí en las siete preguntas es impedir que el ladrón le meta a uno la mano al drill. Por ejemplo, votar sí en la pregunta dos es evitar que la corrupción sea rentable; hoy en día se roban $10.000 millones, pagan casa por cárcel, y a los 5 años están libres con todo el botín, es decir el año de cárcel a $2.000 millones de ganancia.

Al votar sí se aprueba que los corruptos no vuelvan a contratar con el Estado y tengan que pagar toda la condena en cárcel de verdad, tampoco que puedan recibir indemnizaciones o demandar como lo ha hecho Odebrecht.

Votar sí por la pregunta tres, obliga a que toda la contratación estatal se lleve a cabo con pliegos estandarizados, de tal manera que se acabe con la práctica corrupta de hacer licitaciones amañadas que dejan por fuera a las empresas y contratistas honestos.

Ejemplos abundan, el programa de alimentación escolar, la salud, las obras públicas etc. son contratadas frecuentemente con licitaciones amañadas para beneficiar a políticos corruptos y los contratistas que los financian. El resultado es que se roban el dinero, no hacen la obra y vuelve y juega.

Hay que decir sí a la pregunta cuatro, que pone a que el presupuesto público sea discutido con la ciudadanía discriminando cuánto para cada cosa y a cargo de quien. Además de que se priorice de acuerdo con las necesidades de los ciudadanos, escuelas, parques, hospitales, transporte, no dependiendo del negocio que le conviene al alcalde, gobernador, o congresista.

Muy diferente será Bogotá, Yopal tendrá acueducto, la Guajira no se la robaran a diario y veremos la luz al final del túnel de La Línea. Por eso la oportunidad es mañana.

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La cinco y seis van a la médula de los congresistas ladrones. Primero, los pone a rendir cuentas de su trabajo si van o no a las sesiones, y si presentan o no proyectos de ley. Un montón de pillos solo van a calentar silla y a vender el voto si les dan algo de tajada por aprobar proyectos mientras buscan contratos para sus socios.

Segundo, conocer cuál es el patrimonio que tienen y de dónde provino. Más de un “genio” solo va a robar y a negociar, y al final del periodo sale con una fortuna fruto de lo que nos robó a todos.

La siete es la imperdible del sí, porque hace que solo sean máximo tres periodos en el Congreso, Asambleas Departamentales, y Consejos municipales. Con eso se les corta el chorro de vivir del Estado, hacer serrucho, cuadrar contratos, adueñarse de entidades, (¿han escuchado que tal político es el dueño de un ministerio, etc.?) y que por fin desocupen el puesto, algunos llevan más de treinta años y no hacen nada.

Aquí está el link de la Registraduría para practicar, con eso mañana solo es pum, pum, pum… chao ladrón y a nuestro bolsillo parte de los $50 billones.