GREGORIO GANDINI

Reviviendo la Ruta de la Seda

Escribiendo un post de mi blog la semana pasada sobre Xi Jinping, presidente de China, me topé con una de sus iniciativas y me pareció muy interesante, “One Belt, One Road” que busca revivir la Ruta de la Seda y creo que vale profundizar un poco más en ella, por eso voy a dedicarle mi columna de hoy.

Gregorio Gandini, Gregorio Gandini
4 de abril de 2018

Central a la visión de Xi Jinping, siempre ha estado el concepto de China como una fuerza significativa dentro del escenario geopolítico mundial. Atrás quedó el país aislado oculto detrás de su muralla y ahora hay un gigante fuerte y dinámico que toma por asalto el escenario mundial. Esto por supuesto se presenta en medio de los primeros lances de lo que parece ser una larga batalla ente China y Estados Unidos sobre aranceles y tarifas de productos, lo que hace que iniciativas como “One Belt, One Road” y el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, jugadas estratégicas para que China gane protagonismo geopolítico.

¿Que era la Ruta de la Seda?

Pero antes de hablar de la iniciativa que busca revivir la Ruta de la Seda, es necesario entender el contexto histórico y su significado cultural en China. Lo que llegó a conocerse como la Ruta de la Seda era una red de diferentes rutas comerciales que se dieron alrededor del siglo I A.C, teniendo en común que era ese el producto más valioso que se comerciaba. Sin embargo, a pesar de que el término “Ruta de la Seda” fue acuñado por el geógrafo alemán Ferdinand Freiherr von Richthofen en sus obras en 1877, este no era el púnico bien que se negociaba en ella, ya que había un intenso intercambio de piedras preciosas, metales, lanas, ámbar, marfil y especias entre otros.

Tomado de Wikipedia

 

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Tal y como se puede ver en el mapa, en su máxima extensión la Ruta de la Seda conectaba lejano y cercano oriente, lo que permitía a su vez en ciudades como Damasco y Constantinopla conectar con rutas adicionales de comercio para suplir a Europa de diferentes bienes.

Para ubicarnos un poco mejor en el momento que se desarrolló la ruta de la seda, está en su apogeo cuando el Imperio Romano conquistó Egipto lo que aumento aún más su impacto y capacidad de conexión con Europa, ya que en esa época se intensificó el comercio entre Egipto y la India. Después de la caída de Roma la ruta sobrevivió muchos imperios y reinos, pero finalmente durante el Imperio Otomano en Constantinopla cesó su uso como ruta marítima comercial, alrededor de 1453 debido a las tensiones existes entre los otomanos y europeos.

One Belt, One Road

Xi Jinping el presidente chino, ha sido un político muy hábil que ha sabido echar mano de la rica historia y tradiciones de su país cuando más le conviene y la iniciativa “Un cinturón, una ruta” o “One Belt, One Road” en inglés, es un claro ejemplo de esto. Una obsesión del presidente Xi ha sido no solo conectar a China con el mundo sino darle un papel preponderante entre las fuerzas globales, basta recordar la creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, una entidad multilateral del estilo del Banco Interamericano de Desarrollo pero liderado por China, para entender el alcance de la visión de su presidente. Por lo que revivir la Ruta de la Seda es una iniciativa que tiene mucho sentido como complemento a estos esfuerzos de integración y además apela al imaginario colectivo de una época de expansión de la influencia china en el mundo.

Fuente: Xinhua

La iniciativa se divide en dos partes, la primera es la constitución de lo que sería el cinturón económico de la Ruta de la Seda, señalado en rojo en el mapa, que busca unir a los países de la Ruta de la Seda original a través de un aumento en el comercio y construcción de infraestructura. La segunda es la creación de la Ruta Marítima de la Seda del siglo 21 (Señalada en azul) que busca complementar el ejercicio creando conexiones por todo el sudeste asiático, la India y África.

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Un detalle que no puede perderse de vista es que esta iniciativa apunta a las dos grandes fortalezas chinas de los últimos 10 años, el gasto en infraestructura y el comercio internacional y tiene tanto peso que en la última reorganización del gobierno se creó una agencia que encause y armonice todos los esfuerzos en este frente.

Tal y como mencioné antes, este tipo de iniciativas van a redituar en lo que el presidente Xi quiere, una mayor influencia de China en la esfera geopolítica mundial, en especial en Eurasia, mientras Trump se empeña en aislar a Estados Unidos con medidas proteccionistas como el aumento de los aranceles del acero y el aluminio. La pregunta que queda flotando en el aire es si Trump le está dando a Xi Jinping el espacio para que este logre sus objetivos y convierta a China en un jugador importante, no solo en Eurasia sino en el mundo, llenando el vacío de poder que puede estar dejando Estados Unidos al voltear la política comercial hacia adentro en un enfoque cada vez más proteccionista. Así que no solo es conveniente seguir de cerca las decisiones sobre comercio que haga Trump, sino cómo parece ser que Xi Jinping está sacándoles provecho.