RAÚL ÁVILA FORERO

Sin contacto… y sin efectivo

Ninguna economía es inmune a los efectos de la covid. La afectación no para de propagarse, pero la situación en sectores como el comercio y el financiero se viene agudizando. Ante esto, parece pertinente que oferta y demanda tomen una transición al dinero plástico y electrónico.

Raúl Ávila Forero, Raúl Ávila Forero
31 de agosto de 2020

Día a día se van sumando los consumidores que quedan desempleados o que luchan por encontrar un empleo que les brinde la estabilidad que tanto se necesita en un momento como este. Así mismo, en la medida en que se incorpora el distanciamiento social y se evitan grandes reuniones, e incluso los viajes, se presentan importantes retos y oportunidades para sobrevivir a las necesidades de la demanda en medio de la pandemia.

Euromonitor, a través de su publicación sobre los cambios en las finanzas del consumidor después del coronavirus, evalúa los desafíos y oportunidades que tiene el sector financiero en tres frentes: las redes de tarjetas, los emisores de las tarjetas y las fintech. Así, en los dos primeros reside principalmente una clave importante que miles de negocios tendrán que acoplar para continuar el desarrollo de sus operaciones.

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En primer lugar, las redes de tarjetas se han visto impactadas, en el corto plazo, de una manera negativa por la contracción económica que acompaña a la pandemia. Pero si se amplía la visión a mediano y largo plazo, tendremos un escenario en el que muchos consumidores tienen arraigados, en mayor medida, los hábitos de pago con tarjetas de crédito y medios electrónicos evitando el efectivo. Esto implica un fortalecimiento de estas redes, en la medida en que más personas se alejan de los pagos físicos con contacto. 

Algunos de los impactos específicos en estas redes son la disminución de los gastos transfronterizos con la contracción de los viajes, el aumento en la demanda de servicios adicionales (yendo más allá del procesamiento de los pagos), el cambio en las preferencias en función de la tarjeta y una mayor demanda de los pagos sin contacto.

Pero si bien se reforzarán los pagos con tarjeta de crédito desde la demanda, la parte de la oferta debe estar en la capacidad de ofrecer este medio de pago para contribuir a este fortalecimiento y, por otro lado, facilitar la supervivencia de los negocios. Allí se debe poner especial atención a las micro y pequeñas empresas, hecho que pone a estas redes de tarjetas en una posición única para brindar soluciones y servicios que faciliten las transacciones de recaudo y pago.

Hace unos años era una opción. Ahora, como negocio, recibir pagos con tarjetas débito y crédito es una necesidad. Para esto, se debe pedir asesoría con el banco de su preferencia para consultar el servicio y habilitar una cuenta para recaudar el dinero generado a través de estas tarjetas. Sin embargo, es importante saber el costo de comisión que debe pagarle a la entidad financiera, ya que la inversión vale la pena únicamente si las utilidades del negocio superan, considerablemente, este costo.

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También se requiere la asignación de un código único que servirá para identificar su negocio, con un costo único de afiliación. El datáfono, que es el dispositivo para procesar las transferencias, se debe solicitar a compañías como Redeban Multicolor o CredibanCo, quienes lo entregan bajo un modelo de alquiler, parecido a la cuota de manejo de una tarjeta de crédito: los comercios deben pagar mensualmente una cuota por el arrendamiento del datáfono, salvo que superen determinado número de transacciones mensuales para quedar exentos de la cuota de arrendamiento mensual.  

En Colombia, dada la buena dinámica en estas modalidades de pago, plataformas como TuPago, que trabaja bajo la figura de pasarela al lado de Bancolombia, ofrece el servicio de datáfonos a cero costo y, especialmente, a pequeños comerciantes que no se encuentran bancarizados. Por ende, el pago por estos servicios consiste en un porcentaje del total de la compra.

Con una tendencia de los consumidores a distancia, la banca digital va a entrar en un auge importante que, a su vez, será determinante para contribuir a la recuperación de las economías. Y en miras de retener a los clientes de tarjetas de crédito, y hasta de débito, los emisores de estas tarjetas deben reconsiderar sus programas de recompensas para reflejar la ‘nueva normalidad‘ que tendrá como protagonismo los pagos sin contacto.

Según Euromonitor, muchos emisores de tarjetas de todo el mundo han presentado programas diseñados para flexibilizar los compromisos de pago que tienen sus clientes. Esto teniendo en cuenta el constante aumento en el desempleo y las dificultades de muchos para pagar sus obligaciones.

De igual forma, la industria fintech ha causado una disrupción considerable y se ha convertido en el foco de atención por la demanda de plataformas que permitan el comercio en línea, con un componente importante de seguridad de la información. Las fintech se catalogan como una oportunidad innovadora que mejora la experiencia de pago en línea con mayor comodidad, seguridad y velocidad.

El alcance que ha tenido esta pandemia ha sido devastador para miles de comercios en todo el mundo. Por ahora, hay una buena capacidad de adaptación, a partir de las modalidades digitales y virtuales, en aras de conservar el distanciamiento y un confinamiento parcial. Allí, toda la red que promueve el dinero plástico es crucial para ayudar a comerciantes y clientes para facilitar las transacciones. Por ende, la transición es necesaria.