Sociedad 5.0: tecnología centrada en el bienestar

El concepto de sociedad 5.0 proviene de Japón y es el último escalón de una megacivilización hiperconectada y que parece evolucionar constantemente. Después de la sociedad recolectora y cazadora (1.0), la sociedad agrícola (2.0), la sociedad industrial (3.0) y la sociedad de la información (4.0), hemos llegado a una sociedad megainteligente, de la imaginación, que usa la tecnología para garantizar el bienestar de las personas.

Se trata de una sociedad que pretende centrarse en lo humano para equilibrar el despliegue del big data, el internet de las cosas o la inteligencia artificial con la resolución de grandes problemas de la sociedad tales como: competitividad, productividad, conexión y bienestar.

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No es de extrañar que Japón sea el país abanderado de este nuevo concepto. Desde que tecnificó su producción gracias al desarrollo de la industria automotriz, el avance de Japón ha sido exponencial. Algunos artículos manifiestan que tienen la cuarta tasa de robots más alta por cada 100 trabajadores (3,03, según datos de 2017), superada solo por países como Corea del Sur (6,31), Singapur (4,88) y Alemania. Viví allá hace unos años y estar en Japón es como avanzar 20 años en tecnología.

La pandemia nos mostró que nuestras empresas, gobierno, academia y líderes tuvieron que detenerse y adoptar la tecnología como una manera de mantener el empleo y sostener la economía.

Solo adoptando más la inteligencia artificial lograríamos en Colombia incrementar el desarrollo del país, hacer más productivos a nuestros colaboradores y facilitar trabajos dondeellos se sientan más felices. Un estudio de Accenture encontró que el crecimiento del PIB de Colombia sería del 0,8% si realizara inversiones en Inteligencia Artificial. La automatización traería para el país unos US$78.000 millones más a la economía si creciera más la inteligencia artificial.

El sector de servicios financieros sería uno de los más favorecidos debido a los avances que ha realizado, pero también la logística y sectores como los de call centers. Pese a eso, todavía no se han realizado las reformas normativas necesarias y los vacíos jurídicos hacen que no estemos preparados para el ritmo actual del cambio tecnológico.

El concepto de sociedad 5.0 en Colombia y el resto de Suramérica no es algo que podamos darnos el lujo de ignorar. En el mundo de la hiperconectividad, dejar pasar algo puede representar lustros o décadas de atraso.

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Creo además que estamos a pocos años de cambiar el orden laboral. Las personas valoran el ingreso tanto como el salario emocional, denominado así por ser el generador de bienestar. Los jóvenes nos están mostrando que, más allá de perseguir solo una vacante en una empresa que ofrece un buen salario, quieren trabajos con sentido que les den propósito a sus vidas. La tecnología es la mejor aliada para estos propósitos ya que puede conectar a estos jóvenes con las mejores oportunidades alrededor del mundo.

Mi invitación es a empezar a construir ese concepto desde nuestra propia idiosincrasia, conociendo nuestras debilidades, así como sacándoles el máximo provecho a nuestras fortalezas.

Un país que piensa en el bienestar de su fuerza laboral necesita proteger el derecho a la conectividad, a fortalecer el dominio del inglés como lengua universal y a brindar todos los recursos legales que permitan que los colombianos fácilmente puedan contratar o ser contratados por otros países, en forma remota.

Es un trabajo en conjunto porque vamos a necesitar líderes idóneos para formar individuos capaces de abrazar la tecnología. Todos los aportes son bienvenidos, porque para tener una sociedad de la imaginación necesitamos pensarla entre todos: empresas, empresarios, personas, gobierno, entidades educativas y dirigentes.

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