Los ataques a la ETB. Parte I
Ineficiencia del sistema jurídico colombiano, intereses ocultos o desconocimiento del Concejo de Bogotá y atraso tecnológico tras su fallido proceso de venta, son los retos que debe enfrentar la empresa de telecomunicaciones de los bogotanos.
La competencia de la ETB debe estar feliz. Durante los últimos meses, sus altos ejecutivos no se pueden concentrar totalmente en el negocio por defenderse de los ataques que reciben, unas veces para dar explicaciones públicas por lo que hicieron o dejaron de hacer y otras para enfrentar la ineficiencia de nuestro sistema de justicia.
El pasado lunes 18 de junio, mientras los colombianos tratábamos de entender todo lo que había pasado por cuenta de la aprobación por parte del Congreso de la oprobiosa Reforma a la Justicia, los magistrados de la sección tercera del Consejo de Estado estaban en audiencia, concentrados en pedirle explicaciones a Saúl Kattan, Presidente de la ETB por sus declaraciones contra ellos, con el fin de evaluar si había lugar a medidas correccionales.
Resulta que semanas, antes en una entrevista radial, Kattan dijo que los magistrados del Consejo de Estado “… se están haciendo los de la vista gorda …” para enfatizar la demora que él consideraba injustificada por cuenta de no acatar un fallo del Tribunal Andino de Justicia que ordenaba anular el resultado de varios laudos arbitrales que Comcel le había ganado a la ETB.
El efecto de la anulación no era simbólico ni menor. Era de la mayor importancia. Comcel le debía devolver a la ETB una cifra de alrededor de unos 134 mil millones de pesos más intereses.
Lo cierto es que la sentencia del Tribunal Andino fue del 26 de Agosto de 2011, se notificó debidamente a la República de Colombia el 13 de septiembre y además se publicó en la Gaceta Oficial del Acuerdo de Cartagena el día 11 de octubre de ese mismo año (VER GACETA OFICIAL). Colombia tenía 90 días para su cumplimiento y en el escenario más amable, ese plazo se había vencido a mediados de enero de 2012 y según la ETB a finales de diciembre de 2011. Incumplir el fallo enfrentaba a Colombia a entrar en estado delicado de incumplimiento ante la comunidad andina.
Las palabras de Kattan, que son de uso coloquial en Colombia, fueron hechas 4 meses después de la fecha límite para que el Consejo de Estado se pronunciara frente al fallo del Tribunal Andino y por lo tanto, sus declaraciones no solo no eran ofensivas sino además ciertas y muy dicientes de la ineficiencia con la que el Consejo de Estado estaba tratado el asunto.
Para responder a las declaraciones de Kattan, el Consejo de Estado emitió un lacónico comunicado diciendo que no se había pronunciado sobre el fallo del Tribunal Andino de Justicia, excusándose en la importancia jurídica del caso y aludiendo fechas particulares sin comprometerse a decir desde donde contaban, para ellos, los 90 días ni cuando emitirían su fallo. Para internacionalistas consultados estas excusas resultaban inaceptables, pero supongo que para Comcel y otros interesados en que la ETB no triunfara, eran recibidas con aplausos.
Independiente de quien tuviera razón, el Tribunal Andino de Justicia tuvo que pronunciarse nuevamente a finales de julio pasado y esta vez con un pliego de cargos contra la República de Colombia formulando “el cargo de incumplimiento”, por no haber ejecutado la sentencia de dicho tribunal (VER PLIEGO DE CARGOS). Un cargo muy serio que no fue tomado a la ligera por los diferentes Ministerios involucrados. Las alarmas estaban prendidas ante la pachorra del Consejo de Estado.
El asunto era serio y grave para Colombia. Sin embargo, días después de esa delicada notificación perentoria y evidente “jalón de orejas” oficial, el Consejo de Estado anunció que daba cumplimiento a lo ordenado por el Tribunal Andino de Justicia, dejando sin efecto los laudos arbitrales en contra de la ETB y ordenándole a Comcel a devolver 134 mil millones de pesos.
Ahora falta ver si los magistrados del Consejo de Estado siguen molestos por las declaraciones del gerente de la ETB y buscarán amonestarlo. De ser así, los molestos deberíamos ser los bogotanos que por cuenta de la ineficiencia del Consejo de Estado esa plata se nos iba embolatando.
La ETB ganó este importante round y de paso los bogotanos y los accionistas de la ETB tienen más recursos para invertir en los proyectos estratégicos bandera que van a definir la supervivencia de la empresa. Algo que parece que algunos concejales de Bogotá quieren torpedear.
Continuará…