POPULISMO DE SANTOS

Semana
2 de mayo de 2012

Antes de existir el Estado Moderno, en época feudal, a los pobres los sostenían los ricos. Los pobres como los árboles, eran parte de la tierra y tributaban a los propietarios del feudo, pero disponían de una parcela para su propio sustento. Luego cuando apareció el Estado burgués que se montó sobre la libertad de los siervos de la tierra y el enriquecimiento de comerciantes y manufactureros, los pobres, libres ya, no tenían quien los sostuviera. De ahí que una de las tareas y responsabilidades del nuevo Estado del siglo 18 fue la de cargar con la función de sostener a los pobres, bajo los principios de lo que siempre se ha llamado la política social.

 

Durante más de dos siglos siempre se aceptó. El Capitalismo Empresarial fue socio del Estado Benefactor y para nada mortificaba que el  organismo oficial suministrara en forma gratuita bienes y servicios para satisfacer las necesidades de los pobres.  El asistencialismo era parte de la esencia del Estado y principio fundacional desde finales de los años mil setecientos.

 

Pero cuando el Capitalismo Rentista tomó fuerza en los años ochentas del siglo pasado y los fondos de inversión cogieron al Estado de marrano para su negocio, la doctrina neoliberal, que respalda conceptualmente a esta modalidad del sistema económico, satanizó la función de otorgar gratuitamente bienes y servicios a los pobres y de manera despectiva condenan el asistencialismo como un pecado de lesa humanidad. Bajo esta consigna, la tarea del Estado es simplemente limitarse a recaudar impuestos para pagar cumplidamente el servicio de la deuda a los fondos de inversión y demás especuladores del dinero, evitando gastar los recursos fiscales en el sostenimiento de los pobres.

 

Ahora cuando el gobierno nacional anuncia un programa de suministrar a los pobres vivienda gratis, al mejor estilo del Estado Moderno pero en contra de los principios del Estado Postmoderno que se limita simplemente a garantizarles derechos, como si con los derechos los pobres comieran pero sin entregarles ningún satisfactor de necesidades, saltan al debate público los neoliberales a censurar el proyecto utilizando toda clase de epítetos para condenar la aplicación de una acción que corresponde consecuentemente con la razón de ser del
Estado, porque para los neoliberales, los pobres deben, ellos mismos, salir de la pobreza aprovechando las supuestas oportunidades que son, también supuestamente, iguales para todos, en lugar de realizar programas como los de la vivienda gratis que según ellos, corresponde simplemente al populismo de Santos.