LIBRERÍAS

Cómo va "Adopta una librería", la estrategia para salvar al mercado del libro

La Cámara Colombiana del Libro lanzó esta iniciativa para ayudar a 47 librerías colombianas a sobrevivir en medio de la cuarentena.

27 de abril de 2020
| Foto: Libro digital 123RF

La cuarentena generada por el coronavirus afectó seriamente el negocio de los libros. Con la cancelación de la Filbo presencial, las librerías perdieron cerca del 25% de las ventas del año. La cadena hacia atrás afecta a libreros, editoriales, editores, impresores y autores que también viven en parte de la venta de estos libros. 

Por eso la Cámara Colombiana del Libro lanzó la iniciativa Adopta una Librería con la que busca reunir la nómina de 180 empleados de 47 librerías en riesgo. Esto da una meta de cerca de $400 millones que esperan recaudar antes del 15 de mayo.

Las donaciones se pueden hacer a través del enlace https://vaki.co/vaki/adoptaunalibreria y el aporte mínimo es de $10.000 y en Efecty el mínimo es de $20.000.

Enrique González, presidente de la Cámara, explica que “las librerías son un patrimonio cultural”, razón de sobra para cuidar las librerías que hay en la ciudad. Explica, así mismo, que un buen librero es una persona muy entrenada, que estudia para ayudar a los compradores, “un buen librero es un tesoro”, enfatiza, “no podemos perderlos”. Si a esto se le suma que hay solo 3 librerías por cada 100.000 habitantes, la necesidad de cuidar las que hay es aún más importante. En ciudades como Buenos Aires, esta cifra asciende a 25 librerías por cada 100.000 ciudadanos.

González explica que las editoriales independientes todavía no tienen plataformas para hacer e-commerce y por esto están completamente represados. Además, la compra de libros electrónicos es todavía muy pequeña en el país, pues representa cerca del 3% de las compras totales de libros. 

Esta iniciativa es una una de las alternativas que promueven desde la Cámara, pues también estudian con el gobierno la posibilidad de que se compre una cuota de autores colombianos para las bibliotecas públicas del país. Con esto generarían caja a las editoriales que en este momento tienen los libros represados en las bodegas sin poder venderlos.