ENTRETENIMIENTO

Así va la reactivación de los clubes sociales

Los campestres han podido reabrir sus puertas para la práctica de deportes, mientras que los que están en zona urbanas han tenido más limitaciones.

24 de agosto de 2020
El Club San Andrés, ubicado en Funza, ha logrado aumentar sus socios en la pandemia. | Foto: Archivo Particular

Los clubes sociales fueron creados en el país como puntos de reunión de las clases más adineradas, lo que los convirtió en símbolo de estatus. Esto ha hecho que, al igual que el mercado del lujo, sean muy proclives a los ciclos económicos y la actual crisis económica del coronavirus no ha sido la excepción.

Se estima que en el país hay unos 90 clubes sociales, que emplean a 10.000 personas. En conjunto mueven $600.000 millones y tienen unos 40.000 socios. Su carácter de punto de encuentro social tiene cerrado a la mayoría, solo pueden abrir los que tienen actividad deportiva.

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Uno de los que está pasando la pandemia sin tener que despedir personal y con un mínimo retiro de socios es el Club San Andrés, ubicado en Funza. Su presidente, Ricardo Arango, explica que esto es resultado de un revolcón que le dieron al club, que pasó de estar enfocado solo en golfistas a apuntarle a ser más familiar, lo que además les permitió una renovación generacional de los socios.

Gracias a la venta de un terreno del Club a la Constructora Bolívar, obtuvieron los recursos para una renovación total, en la que invirtieron $6.000 millones. Construyeron un ecoclub, lago para deportes acuáticos, ampliaron el gimnasio, hicieron ecochalets y 6 glampings. “Sin saber, eso nos preparó para esta época, porque ya es toda la familia la que está integrada en el club y demanda sus servicios”, explica Arango y recuerda que mientras en la crisis de 1999 se retiraron 25% de los socios, esta vez, en plena pandemia lograron vincular 10 socios.

Desde julio obtuvieron autorización de la Alcaldía de Funza para permitir las prácticas de golf, tenis e hípica. Ahora lo que piden es que se permita el acceso a los menores de 18 años, que son parte fundamental del Club, pues 40% socios son milenials y asisten en compañía de su familia.

Así mismo, crearon la figura de inspector de bioseguridad capacitando a funcionarios del club como meseros o gente de la cocina, para que ayuden en ese frente.

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No obstante, la historia del San Andrés no es igual a los demás clubes sociales, donde el retiro de socios está en promedio entre 15% y 25%. Los más golpeados son los que está en zonas urbanas, pues los campestres ya han podido abrir algunas de sus actividades.

Rafael Blanco, presidente de la Asociación Colombiana de Clubes Sociales y Deportivos, Asocolclubes, entidad que representa a 40 clubes del país, dice que es claro que las actividades sociales se van a demorar en reabrir por completo, pero que como sector ya han preparado protocolos de bioseguridad que permitan mezclar los dos escenarios: el deportivo y el social. Esta propuesta la presentaron al Gobierno a través del Ministerio de Comercio y están pendientes de que sea aprobada para luego recibir el visto bueno de las alcaldías.

La propuesta del gremio para poder seguir consiste en combinar una apertura gradual y permitir eventos con aforos determinados por el Gobierno. Si ben 75% de los ingresos promedio de los clubes vienen de las cuotas de mantenimiento, el resto depende del consumo en comedores y bares, así como de la realización de eventos, que son las actividades que aún no tienen un panorama de apertura claro.

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