SECTOR EXTERNO
Las importaciones que están impulsando el PIB de Colombia
Las empresas colombianas modernizan su tecnología con frecuencia. Aún así, ¿por qué no exportan más?
Actualmente el déficit en cuenta corriente se ha convertido en la principal preocupación de autoridades y expertos. Por ejemplo, el gerente del Banco de la República, Juan José Echavarría, ha dicho insistentemente en muchos escenarios que Colombia tiene que exportar más. Pero hay un dato que parece contraintuitivo: en los últimos 20 años, las empresas colombianas han importado en promedio más de US$12.000 millones en bienes de capital. La cifra significa que, al menos en promedio, una tercera parte de las compras totales que hacen en el exterior ayudan a aumentar la productividad.
Las estadísticas del Dane muestran años récord, como por ejemplo el período 2011-2014, cuando esas importaciones superaron los US$20.000 millones por año. Y en 2018 llegaron a US$15.779 millones. Otro dato significativo: sin contar las importaciones de bienes de capital, el país muestra superávit comercial durante los últimos 20 años. Así, se podría decir que Colombia se ha venido endeudando con el mundo para mejorar su competitividad al modernizar su aparato industrial y empresarial. Esa muy buena noticia muestra otra faceta del más importante riesgo macroeconómico actual para el país: el déficit en cuenta corriente.
El ministro de Comercio. Industria y Turismo, José Manuel Restrepo, confirmó que los bienes de capital significaron 33,2% de las importaciones de Colombia a mayo de 2019. De hecho, al primer semestre de este año se registró un crecimiento de 9,3%, frente a 6,5% en igual periodo del año pasado.
Para el funcionario esto "es positivo, porque permite la modernización productiva y tecnológica de las empresas, lo que las ayuda a ser más competitivas y a crecer más. La industria adquiere maquinaria que el país no produce y esto indica que el aparato productivo se está fortaleciendo y preparando para competir en los mercados local e internacional".
Restrepo insistió en que gracias a eso hay una variación positiva en la producción industrial. "Los acuerdos comerciales que tenemos y en los que hemos negociado preferencias arancelarias, tanto para vender como para comprar, justamente nos sirven para adquirir ese tipo de bienes a precios competitivos", dijo.
Es claro que cualquier economía necesita importar bienes de capital. "Los industriales necesitan abastecerse de materias primas y maquinaria que no tenemos en Colombia para transformar productos y ponerlos en los mercados internacionales y el local", comentó Restrepo.
El equipo de transporte también sobresale en este tipo de importaciones.
Sin lugar a dudas, entre esas importaciones una porción importante corresponde a maquinaria para petróleo y minería. Sin embargo, hay algunas sorpresas como la industria, la agricultura y la construcción que también están importando para mejorar su competitividad.
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Algunos incentivos han servido, como el descuento del IVA que quedó vigente con la Ley de Financiamiento impulsada por el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, y el descuento de bienes de capital en renta que rigió durante un buen tiempo.
Sin embargo, vale la pena preguntarse las razones por las que, a pesar de esta tendencia, no se ha visto una mayor productividad de la industria reflejada en mayor competitividad de las exportaciones industriales del país.
Algunos factores permiten sacar una conclusión. Primero, las empresas colombianas sí han mostrado resiliencia en el mercado interno. Tuvieron que enfrentar prácticamente una década de revaluación, lo que implica un techo para sus precios frente a productos importados. Además, han venido sufriendo enormes presiones por cuenta de las cargas tributarias.
Las empresas colombianas han logrado mantener posiciones sólidas de caja y sus inversiones en bienes de capital pueden explicar parte del éxito. Pero las exportaciones colombianas dependen demasiado de sectores básicos. Se puede concluir que las inversiones en bienes de capital no han contribuido a que las empresas logren ganar más mercados en el exterior.
Así las cosas, las empresas colombianas tienen una zona de confort: son muy fuertes en el mercado interno. Y justamente esa comodidad no las incentiva a exportar masivamente y tomarse los mercados internacionales.
En suma, la importación de bienes de capital, una tendencia positiva, se ha mantenido constante durante las últimas dos décadas. No obstante, solo ha servido para que las empresas colombianas se consoliden en el mercado local. La apertura "hacia afuera" sigue pendiente.