Con innovación y talento las universidades se unen contra la covid-19

Al llegar la pandemia, las universidades tuvieron que enviar a sus estudiantes a casa y acelerar la transformación digital. Eso ha concentrado buena parte de su esfuerzo. Sin embargo, no se han quedado allí: muchas han estado muy atentas a contribuir en la lucha contra el virus. Entre sus aportes han destinado sus laboratorios para evaluar pruebas de coronavirus y diseñar equipamiento médico.

Esto ha resultado primordial para mejorar la situación del país. En términos de evaluación de pruebas, el Instituto Nacional de Salud (INS) hace cerca de 34%, mientras otros entes privados y públicos se encargan del resto. Allí las universidades ha desempeñado un papel clave.

Así mismo, han sentado las bases de un vínculo que debería fortalecerse en el futuro: academia e instituciones públicas y privadas pueden afrontar problemas desde la investigación y el desarrollo. Además de las pruebas, los centros de educación superior han contribuido al desarrollar máquinas que ayudan a paliar el efecto de la pandemia, como los respiradores.

Haciendo pruebas

A diario procesan más de 10.000 pruebas en el país. Las universidades hacen una gran parte. 

Cuando comenzó a extenderse el contagio, quedó claro que el Instituto Nacional de Salud, INS, no alcanzaría a evaluar todas las pruebas.

La Universidad del Rosario se adelantó a tramitar el permiso para hacer esa tarea. El laboratorio de microbiología de la institución ha evaluado desde entonces más de 15.000 pruebas, esto es más de 3,5% del total nacional y espera evaluar un total de 110.000. Juan David Ramírez, director del laboratorio, explica que su capacidad de evaluación se ha ido incrementando hasta el punto de hacer un poco más de mil diagnósticos diarios. Lo lograron gracias a la llegada del robot Hamilton.

El rector del Rosario, Alejandro Cheyne, espera en septiembre haber completado la meta de pruebas.

La Universidad de Los Andes ocupa el segundo lugar con 1.000 pruebas diarias hechas por 25 profesionales. De acuerdo con Silvia Restrepo, vicerrectora de Investigación y Creación de la universidad, la inversión total del proyecto covid-19 asciende a $15.000 millones. Así mismo, gracias a dos robots que extraen el ácido nucléico han podido aumentar el número de pruebas diarias. El primero de estos llegó por una donación y el otro por medio de un comodato.

Después de esto, otras universidades se sumaron como la Universidad Industrial de Santander, la Universidad del Bosque, la Universidad del Atlántico y la Universidad Simón Bolívar, entre otras.

Innovando

Las pruebas forman parte fundamental del proceso de diagnóstico. Sin embargo, muchas instituciones han ido más allá y han apostado por innovar. La Universidad de La Sabana presentó un ventilador mecánico muy económico y cuya patente liberó para que cualquiera pueda usarlo y replicarlo. Rolando Roncancio, su vicerrector de procesos académicos, explica que esto forma parte de un proceso de innovación con impacto social que pretende convertir a La Sabana en una universidad de tercera generación. Así mismo, esa alma mater presentó un modelo de resucitador que ayuda a los médicos a mantener la seguridad propia al automatizar el proceso para reanimar al paciente. Este también tendrá patente abierta.

Así mismo, la Universidad de Antioquia y la Universidad Nacional se aliaron para desarrollar unidades de cuidados intensivos portátiles, módulos fáciles de armar y capaces de solucionar una situación en la que un hospital vea copado su límite.

La Universidad de La Salle también aporta por medio de dos proyectos. El primero de ellos, unos módulos inflables con capacidad para acoger 16 pacientes. Estos servirán para ampliar la capacidad instalada en zonas alejadas cuya infraestructura no alcance para atender la contingencia. Según Alejandro Martínez, director de programas y proyectos de investigación, espera tener listo el primero de estos en dos meses y luego construir otros 19.

El otro consiste en modelos de simulación epidemiológicos y econométricos para apoyar la eficaz toma de decisiones. Este proyecto permite proyectar el impacto económico, político y epidemiológico de cualquier medida.

La Universidad Javeriana, sede Cali, presentó en la ‘mincienciatón‘ el proyecto de un bionanosensor portable, ultrasensitivo y de respuesta rápida para el diagnóstico y seguimiento del SARS-CoV-2. Este desarrollo usa organismos como enzimas para detectar otros organismos, en este caso de la proteína estructural que media el ingreso del virus al organismo. Esto mejora el tiempo de detección y rompería la cadena de contagio. El profesor Andrés Jaramillo Botero, líder del proyecto, afirma que tomaría unos 10 a 11 meses tener la tecnología desarrollada.

Las universidades han contribuido al mejor manejo de la crisis. En estos momentos de alta tensión para la sociedad, las instituciones de educación superior se han apropiado del proceso de cambio y han impactado favorablemente a la comunidad.