INFRAESTRUCTURA

Lo que debe superar Colombia para convertirse en una potencial tunelera

El país con los túneles más largos de América está aprendiendo con sangre, sudor y lágrimas a construirlos.

20 de agosto de 2020
Los túneles son estructuras seguras. Sin embargo, es necesario impedir el ingreso de agua a la obra y optimizar la iluminación. | Foto: Afp

Luego de una década de construcción, el gobierno nacional pondrá al servicio el próximo 4 de septiembre el túnel más largo de América: La Línea

La apertura de esta obra será un hito para la ingeniería nacional, pero no hay que olvidar que el proceso de licitación y construcción fue tortuoso y costoso. Las reclamaciones del constructor y del Gobierno son multimillonarias por lo que los nuevos capítulos de esta novela serán dirimidos por los jueces de la República.

En una primera entrega sobre el tema de los túneles en Colombia (edición de Dinero 595), se destacó la ejecución de otros ductos con muy buenas especificaciones técnicas y otros en donde solo se hizo el hueco y se pavimentó la vía. Está claro que el país va a medio camino y que es necesario seguir mejorando si queremos continuar los pasos de naciones con amplia reputación como Austria y Suiza.  

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Algunos túneles en Europa incorporan tecnologías que brindan calidez y confort.

Estas son las 5 características más relevantes de este tipo de obras en el país llamado a ser la potencia tunelera de América. 

1. Los más largos

Colombia tiene los túneles carreteros más largos de América. En la actualidad, el ducto más extenso es el de Oriente con una longitud de 8,2 kilómetros (ver tabla). Sin embargo, el más largo se pondrá en operación el próximo 4 de septiembre, cuando se inaugure la Línea de 8,6 kilómetros. Así mismo, en unos 4 años estará en operación el túnel del Toyo (Antioquia) que tendrá 10 kilómetros.

Hace casi 100 años (1929) Colombia también fue noticia cuando construyó el túnel de la Quiebra, de 3,4 kilómetros, para la movilización de productos con locomotora.

“70% de la población y economía están ubicadas en el sector andino y eso explica la gran cantidad de túneles que se necesitan”, explica el ingeniero PhD Héctor Salazar, gerente del Grupo Andina, una empresa especializada en este tipo de obras. 

2. El aprendizaje

Aunque algunas comunidades indígenas realizaban antes del descubrimiento de América excavaciones subterráneas a gran escala para explotación minera, la experiencia colombiana en túneles de altas especificaciones solo se produjo en las dos últimas décadas. Firmas italianas, españolas, austriacas y hasta ecuatorianas eran las encargadas de perforar las cordilleras en este país. En las dos últimas décadas vino una explosión de proyectos con amplios presupuestos que dio lugar a un nuevo tejido empresarial que empíricamente fue aprendiendo esta compleja labor. En los años más recientes la capacitación y conocimiento técnico especializados aumentó tanto, que varias firmas diseñan y construyen túneles en Panamá, Costa Rica, Perú e incluso Chile.

3. Montañas caprichosas

Un ingeniero avezado tiene claro que debe tratar las montañas de Colombia con mucho respeto. La calidad de la roca puede cambiar en solo unos metros. Antes de iniciar la Línea, el Gobierno contrató un túnel piloto para recabar información geológica de la zona y así tener un mejor panorama de los trabajos y los costos. La obra se terminó con éxito, pero lo que pocos sabían era que el túnel principal que se construyó –solo unos metros al lado– iba a mostrar su lado más caprichoso. “En su geología se encontraron varias fallas, siendo la más compleja La Soledad, considerada una de las más difíciles en todo el mundo”, dijo Juan Esteban Gil, director del Invías.

4. Un manual ayudaría

Aunque cada montaña y proyecto es distinto, un manual de buenas prácticas que incorpore altos estándares de calidad y seguridad en construcción y operación podría ayudar en estas complejas tareas de ingeniería civil. El Invías anunció su intención de desempolvar un manual elaborado entre 2014 y 2015. En materia ambiental también hay algunos avances positivos. El director de Cornare, Javier Parra, explicó que ya existe un marco de referencia desde 2011 para sellar los cuerpos de agua atrapados en la roca y que, en el momento de la voladura con dinamita, empiezan a fluir casi sin control. En el túnel de Oriente se invirtieron cerca de $50.000 millones solo en estas labores, lo que contribuyó a avanzar con mejor ritmo en las obras. El túnel de la Línea presentó muchos problemas debido al mal manejo que les dio en un inicio a las aguas que salían del ducto y terminaban en una quebrada, fuente de varios acueductos.

5. Más seguridad

Este nuevo boom tunelero se debe acompañar de un mejor mantenimiento de las obras. El Invías no cuenta con el presupuesto suficiente para atender todos los túneles a su cargo o para repotenciarlos con mejores especificaciones. De ahí la importancia de diseñarlos y construirlos de una manera más inteligente. La seguridad es otro aspecto clave. El director de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, Felipe Lota, indicó que trabaja con ANI, Invías y Ministerio del Transporte para definir una política que permita mejorar la seguridad en las vías de Colombia, incluyendo los túneles. En dos meses habría definiciones con acciones puntuales.