‘El fracking es una práctica insostenible’: Mabel Torres, MinCiencia

Torres indicó que el cuidado del medioambiente y el desarrollo de prácticas sostenibles debe ser una prioridad, por lo que es fundamental pensar en opciones diferentes al fracking. 

Así mismo, la ministra explicó que aunque el fracturamiento hidráulico puede ser muy rentable en términos económicos, se volverá una práctica insostenible en el largo plazo, e indicó, que Colombia tiene que concebir una economía distinta y donde el fracking no sea una opción de productividad y competitividad.

Torres también sentó posición frente a la minería. Argumentó que las prácticas de la minería actual, sea legal o ilegal, envenenan las aguas, causan afecciones de salud a la población y son generadoras de desplazamiento.

Evidentemente, estas declaraciones de la ministra riñen con posiciones como la de la ministra de Minas y Energía, Sandra Suárez, quien ha sido una férrea defensora de la implementación del fracking en el país.

Precisamente, hace pocos días la cartera de Suárez dio a conocer el proyecto de decreto que reglamentará el inicio de los Proyectos Piloto de fracking que fueron recomendados por la comisión de expertos que nombró el presidente Iván Duque y que publicaron varias recomendaciones a principios de este año. 

A través los Proyectos Pilotos se buscará definir la viabilidad de la técnica y recoger la información para tomar las medidas necesarias en materia de institucionalidad y controles para mitigar los impactos ambientales, sociales y hasta sísmicos, para más adelante desarrollar una eventual exploración y explotación comercial por medio del fracturamiento hidráulico. 

Sin duda, este decreto significa el primer paso para poner en marcha los pilotos de Fracking (PPI), esto a pesar de las medidas cautelares que tienen suspendida esta técnica en Colombia pero que no impiden la realización de los PPII.Sin duda, este año que apenas comienza será un periodo decisivo para el fracking, pues se espera que  el Consejo de Estado se pronuncie de fondo sobre el futuro de este tema. 

Las implicaciones de esta decisión no son menores, pues se estima que  eventual desarrollo de fracking le permitirá a Colombia triplicar sus reservas y así garantizar el abastecimiento de las próximas décadas.

Así mismo, es importante considerar que una eventual prohibición definitiva de esta técnica podría poner en problemas las cuentas públicas, ya que se calcula que importar el crudo requerido para alimentar las refinerías y producir los combustibles que necesita el país costaría más de $30 billones anuales. Eso sin contar con los recursos que produce en materia de exportaciones este sector: unos US$15.000 millones anuales en promedio.