ALIMENTOS
Venezolanos impulsan ventas de pasta
El consumo de pasta crece en el país de la mano de los venezolanos. En este mercado, que ya alcanza $787.000 millones, mandan Nutresa y Harinera del Valle.
Hasta 2017, Venezuela se ubicaba como el cuarto mayor consumidor mundial, a nivel per cápita, de pastas alimenticias. Lo precedían Italia, Túnez y Grecia.
Estas cifras de la Asociación Venezolana de Fabricantes de Pastas Alimenticias indican que en el vecino país cada persona consume en promedio 12 kilos al año. El desabastecimiento, la fuerte inflación y la crisis social pueden haber modificado ese indicador. Pero eso no implica que los venezolanos hayan disminuido su gusto por la pasta.
Por este motivo, la migración de más de un millón de venezolanos al país también se está sintiendo en la venta de productos de consumo masivo, como la pasta. Porque además se trata de un alimento económico.
Cifras de Euromonitor indican que la categoría de pastas, que incluye spaghetti, tortellini, fusilli, etc., así como pastas listas y refrigeradas, alcanzó el año pasado ventas de $787.600 millones en el país. Esto implica que en promedio cada colombiano destinó casi $16.000 a comprar pasta.
Varias marcas compiten en las góndolas de los supermercados, pero las de Nutresa y Harinera del Valle (HV) tienen la mayor participación. Según Euromonitor, encabeza la lista Doria, de Nutresa, con 34,9% del mercado, seguida de La Muñeca, de Harinera, con 28,3%. Completan el top 5 Comarrico, Conzazoni y Monticello, que pertenecen también a los dos principales jugadores.
Principal producto
José González, gerente de la Unidad de Consumo Masivo de HV, sostiene que del portafolio de alimentos de consumo masivo de la compañía, la categoría de pastas ocupa el primer lugar, con 45% de las ventas.
De hecho, durante los últimos diez años (2008-2018), las ventas de pastas de Harinera crecieron 46%. Lo atribuyen a las fortalezas regionales de sus marcas (La Muñeca, Conzazoni, San Remo y Pugliese), que además apuestan por segmentos socioeconómicos específicos.
Pese a las mayores ventas y al impulso de los venezolanos, el consumo per cápita de pasta en Colombia sigue siendo el más bajo de la región, 3 kilos al año por persona. En Ecuador y Perú, por ejemplo, consumen el doble.
En cuanto a cifras nacionales, según datos de Nielsen, la costa Atlántica lleva la delantera, con 33%, seguido de Cundinamarca (30%) y Pacífica (9%).
En cuanto al tipo de pasta, cifras de Kantar World Panel, relevadas por HV, indican que en primer lugar está el spaghetti con 56%, seguido de fideos con 15% y conchitas con 8%. Este último formato presenta un crecimiento de 14% frente a años anteriores.
Tendencias
Por el lado de Nutresa, que desde 1996 adquirió a la bogotana Pastas Doria, las ventas de estos productos alcanzaron el año pasado $302.000 millones, lo que implicó un crecimiento anual de 2,9%. Así mismo, esta línea de negocios registró un Ebitda de $33.000 millones en 2018, es decir, 12,3% más que un año atrás.
De acuerdo con el informe anual de Nutresa, la rentabilidad del negocio de pastas aumentó a partir de iniciativas de productividad y eficiencia operacional. Además, fortalecieron la gestión del capital de trabajo, al disminuir inventarios. Y el año pasado introdujeron una innovaciópn al lanzar salsas de tomate saborizadas para acompañar las pastas
El negocio de las pastas representa 3,4% del total de las ventas de Grupo Nutresa, que para esta actividad emplea a 697 personas en dos plantas de producción.
Tendencia saludable
La pasta, al ser un derivado del cereal de trigo, tiene fama de ser un alimento saludable por su amplia variedad de micronutrientes, vitaminas y minerales, al igual que por su baja proporción de lípidos y grasas. Quienes están en la onda fit valoran esas características así como quienes practican deportes y los vegetarianos y veganos. Todos esos factores han impulsado su mercado.
Además, su facilidad de preparación ofrece una alternativa para los hogares unipersonales, que cada vez avanzan más en el país. Esto explica también el crecimiento de las pastas listas, que ocupan cada vez más espacio en las góndolas de los supermercados.
Los fabricantes de este alimento dicen que hoy con las nuevas tendencias de consumo, la pasta tiene potencial para ser el plato principal de las comidas de los colombianos –y no solo como acompañamiento–, tal como sucede en otros países como Italia y Venezuela.
El experto Camilo Herrera coincide en que el impacto de la migración venezolana ya se está sintiendo en temas de consumo masivo.
"La migración siempre tiene tres fases: llegada de personas de altos ingresos; llegada de personas de ingresos medios y bajos y permanencia definitiva de algunos migrantes", dice. Agrega que esas fases tienden a durar de 5 a 10 años en su totalidad.
En el caso de los venezolanos en Colombia, los impactos de las dos primeras fases han sido evidentes. Los de ingresos altos aumentaron la demanda por metros cuadrados en estratos altos, subieron el precio de la vivienda y dinamizaron el mercado de lujo.
Luego, la llegada de venezolanos de clase media y baja ha aumentado las ventas en muchas categorías, porque se deben vender más productos para ese millón de personas adicionales. En el mismo sentido, comidas y productos venezolanos comienzan a verse en las calles. Por ejemplo, las arepas rellenas y los taqueños.
"La tercera fase aún no es clara, pero, si un millón de ellos decide quedarse en el país, serán una población muy importante para el comercio y la industria. No obstante, si se van, implicarán una caída en ventas", estima Herrera.
¿Cómo se ajustará al país a esa nueva realidad de sus cifras de consumo masivo? La repuesta estará en las decisiones que tomen industriales y comerciantes.