LA PELÍCULA DEL MES CINE COLOMBIA-ARCADIA

La profundidad en lo simple

Basada en 'Lady Susan', de Jane Austen, esta película es una deliciosa trama en la que la profundidad de las emociones humanas convive alegremente con la frivolidad mundana. Estreno este 1.º de septiembre en las salas de todo el país.

Melba Escobar
23 de agosto de 2016
Kate Beckinsale en una escena de 'Amor y amistad'.

Basada en Lady Susan, novela de Jane Austen, la película Amor y Amistad comienza con una presentación de cada personaje al lado de la imagen del actor que lo interpreta. Lord Manwaring es descrito como “un hombre divinamente atractivo”. Lady Manwaring, su mujer, aparece como “su acaudalada esposa” y, así sucesivamente, a los doce o quince personajes principales que acompañarán al espectador a lo largo de una historia de hora y media, los vemos aparecer definidos por un par de líneas reduccionistas, sentenciosas e irónicas; un guiño que rompe la solemnidad de un paisaje de época, con el siglo XVIII delicadamente ilustrado en el carruaje, la residencia palaciega, el rígido corsé, los peluquines en punta de nieve y la campiña agrícola británica donde vivió la genial Jane Austen y donde tienen lugar buena parte de sus obras.

Sin embargo, esta ruptura de lo convencional en el manejo de época y en el tratamiento narrativo de la historia acaba siendo quizás una huella de lo asombrosamente anacrónica que fue Austen, quien también rompió esquemas en el estilo, los temas y las estructuras narrativas. Aunque nació en 1775, la visionaria británica dejó una obra en la que vemos retratadas las manipulaciones, estrategias, miedos, deseos y contradicciones del alma humana, tan presentes hace cuatro siglos como ahora.

Conservando intacta su ironía, su elegante sentido del humor, y recordándonos hasta dónde la narrativa puede imbuirnos en una trama compleja, con muchos personajes, donde a pesar de los muchos acontecimientos que se preceden entre sí, la hondura psicológica, la complejidad de las emociones y las intenciones duales están a la orden del día, Jane Austen dejó una novelística ejemplar en pliegues donde la hondura y la superficialidad conviven en cada gesto, cada frase y cada rito social, en particular el rito del casamiento al que la autora inglesa dedicó especial atención.

En Amor y amistad estamos ante la grandeza de una construcción narrativa construida con delicada filigrana con la intención de asombrar y hacer reír, de causar ansiedad y rabia, preocupación y sorpresa, oprimiendo los botones precisos en el momento indicado. En la película, el texto original hace parte de los diálogos entre los personajes, al tiempo que algunos aparecen destacados en letra cursiva sobre la pantalla. La actuación de Chloë Sevigny, Stephen Fry y Kate Beckinsale, su capacidad interpretativa, la oralidad, el gesto, el tic, la fisonomía, la entonación, el histrionismo, el acento, le dan una nota de realismo cómico inigualable, donde se resalta la candidez aparente de la trama, su bien disimulada cotidianidad mundana, detrás de la cual se ocultan ni más ni menos las reglas de juego de la subsistencia, las normas del cortejo, el apareamiento y los modos de alcanzar una vida de confort, así como las obligaciones que esto acarrea para las mujeres y el sometimiento del que son víctimas.

Aunque Austen fue considerada como conservadora, con el paso del tiempo se la ha llegado a catalogar como una de las primeras feministas. Paradójicamente, los motivos económicos como única o principal motivación para celebrar uniones maritales siguen siendo una realidad en el mundo contemporáneo, donde señalar las infamias de las que es víctima una mujer subordinada, incapaz de libertad o autonomía, o bien, las infamias a las que es capaz de llegar por garantizarse una vida de confort, sigue estando aún hoy a la orden del día aunque en menor grado y habiendo conquistado libertades que, frente a las realidades de los personajes femeninos de la película, no puede uno sino aplaudir como grandes victorias transformadoras que podemos disfrutar a pesar de todo lo que aún falta por conquistar.

A pesar de ser una gran obra, Lady Susan es una de las novelas menos conocidas de Jane Austen. Otras novelas de la autora británica como Orgullo y prejuicio, Sentido y Sensibilidad o Mansfield Park han contado con diversas adaptaciones cinematográficas. Sin embargo, a pesar de la fuerza e influencia que tienen sus historias en pleno siglo XXI, Austen no contó con apoyo de la crítica hasta entrado el siglo XIX. Fue Sir Walter Scott quien escribió favorablemente sobre Emma y con ello le dio un empujón a la autora, poco valorada hasta entonces: “Sus personajes son casi sin excepción, personas de clase media, movidos por principios que pueden ser comunes a los de cualquier lector, enclavados no en las exóticas colonias, sino en la campiña inglesa”. Y a esto agrega: “Esa joven dama tiene un talento para describir las relaciones de sentimientos y personajes de la vida ordinaria, lo cual es para mí lo más maravilloso con lo que alguna vez me haya encontrado”.

Amor y amistad es, pues, una deliciosa película donde la profundidad de las emociones humanas convive alegremente con la frivolidad mundana. Sin dejar de disfrutarla, el espectador puede contar con un diálogo inteligente y más de una pregunta existencial oculta tras diálogos de elegante agudeza.

Una vez más, Austen nos recuerda que el realismo no solo no ha muerto ni morirá jamás, sino que puede ser uno de los géneros más sofisticados al intentar hablar de aquello que en apariencia todos vemos y conocemos, pero donde aún existe un ángulo, una veta, nunca vista ni intuida incluso ante un contexto por todos conocido. A través de esta película, dirigida por Whit Stillman, tenemos una ventana al mundo, un deleite a través del lenguaje y sus juegos de humor, y un espejo de las mezquindades, traiciones, pasiones y ansias ocultas tras las relaciones de ahora y siempre.

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