UNA ENTREVISTA CON LIAM NEESON

Liam Neeson: “Crecer católico me llevó a ser actor”

Hablamos con el actor irlandés sobre literatura, religión y el futuro del cine a propósito de su actuación en 'Silencio', la nueva película de Martin Scorsese, que llega a salas de cine el 16 de marzo.

Ana Gutiérrez* Bogotá
24 de febrero de 2017
Liam Neeson.

Hasta por teléfono Liam Neeson es un hombre cuya presencia se hace sentir. Su poderosa voz, que no ha perdido el acento irlandés a pesar de décadas en Hollywood, fluye con claridad por el auricular. Es un hombre serio pero también un entusiasta del arte, dispuesto a elogiar los méritos de los actores y directores con los que ha trabajado: Denzel Washington “siempre es excelente”, Meryl Streep “hizo un discurso extraordinario en los Golden Globes”, Viola Davis “es una tremenda actriz” y “hay unos directores extraordinarios, que se pueden contar con los dedos de una sola mano, y creo que Martin Scorsese es uno de ellos, de los mejores”. Quince años después de filmar Pandillas de Nueva York, Neeson se reunió de nuevo con Scorsese para iniciar el rodaje de Silencio, basada en la novela homónima de Shusaku Endo. La película narra la historia de dos sacerdotes jesuitas (interpretados por Andrew Garfield y Adam Driver) que se enfrentan a una violenta persecución religiosa cuando viajan a Japón en 1640, a buscar a su mentor desaparecido (Neeson).

En Silencio, su personaje viaja a esparcir el catolicismo en un país donde pocos practican esa fe. Es un extraño paralelo de su vida, usted fue criado católico en Irlanda del Norte, donde la religión es minoritaria frente a la cristiandad protestante y también hay mucha tensión. ¿Eso influenció su interpretación?

Claro que sí. No tuve que investigar tanto porque conozco el tema, me criaron en un ambiente firmemente católico. Fui monaguillo, me encantaba todo, la ceremonia, las vestiduras, el incienso, las velas. Tiene una teatralidad maravillosa y estoy seguro de que eso tuvo que ver con mi decisión de ser actor.

No pensé conscientemente en el paralelo de la tensión y la minoría, pero supongo que estaba ahí. Hizo que fuera más fácil ubicarme en la situación del padre Ferreira, mi personaje. En Irlanda del Norte uno nace cauteloso, así lo crían a uno. Siento que Ferreira y otros padres jesuitas que fueron enviados a países foráneos debían tener esa misma sensación, de mantenerse alerta para continuar vivos.

Silencio está basada en la novela del escritor japonés Shusaku Endo. ¿La leyó?

Sí, la leí. Pero la traducción se me hizo muy, muy aburrida, debo admitir que tuve problemas para terminar de leerla. Fue cuando leí el guion de Jay Cocks y Scorsese que sentí que la historia cobró vida.

¿Está leyendo algo ahora?

Acabo de terminar un libro de Sebastian Barry, un excelente escritor irlandés, que se llama Days Without End (Días sin fin). Acaba de ganarse un prestigioso premio. Me lo terminé hace unos días, es un libro maravilloso. Tengo que mencionar otro libro magnífico, que todavía siento retumbar en mí, The Goldfinch (El Jilguero) de Donna Tartt. Es un texto extraordinario, yo lo pondría a la altura de Moby Dick. Es así de épico.

Parece que usted es un buen lector...

Soy un lector entusiasta. No paso un día sin leer. Además, soy un lector muy lento, entonces tengo la costumbre de estar leyendo unos dos libros al tiempo. Aún así me demoro mucho, quisiera ser más rápido, pero no lo soy.

Este año, debido a Donald Trump, los premios Óscar tienen un matiz político fuerte. ¿Cuál es su opinión sobre la intersección de arte y política?

Me parece que es importante hacer lo que se ha hecho en esta temporada de premios, estas protestas y discursos. Estamos viviendo en tiempos muy peligrosos y los artistas siempre parecen estar atentos a lo que sucede. Es importante además que podamos hacerlo, creo que si uno trata de protestar de esa manera en Rusia acabas en la cárcel o muerto.

Creo que algo que vale la pena destacar de su carrera es que por una parte ha trabajado con directores como Scorsese y Spielberg y fue nominado para un Óscar. Pero por otra parte ha sido un villano de Batman, Zeus y un jedi en La guerra de las galaxias. ¿Cómo escoge sus papeles?

Sé cuando se siente bien, ¿sabe a lo que me refiero? Si algo me llama la atención, me dejo llevar. Leo muchos guiones, algunos que son adecuados para mí y otros que no, pero me gusta estar al tanto de lo que se está haciendo en Hollywood. A veces tengo ganas de hacer un papel intenso y espiritual, como el de Silencio, y otras veces encuentro una película de acción bastante básica, pero que me permite pasar tiempo con los dobles de acción y coordinadores de pelea durante unas semanas y eso es divertido, disfruto de hacer ambas cosas.

¿Para dónde cree que va la industria?

Ay, Dios, no sé. Todos repiten que la gente va a querer quedarse en su casa, pero siento que el cine no se va a ir a ninguna parte. Si la gente solo ve Netflix eventualmente les va a hacer falta entrar en un cuarto oscuro con otras personas viendo una pantalla y compartiendo una experiencia. Esa sensación se remonta miles de años, a cuando la gente veía obras de teatro en la Grecia Antigua. Es algo muy poderoso. A la gente le encanta ver cómo se desenvuelve una historia y compartir eso con desconocidos.

*Editora web de Arcadia

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